Por Fernando DAddario Después de muchos años, se
ha concretado el milagro de que exporten tango a Buenos Aires, una plaza
habitualmente poco apetecible para los grandes espectáculos del género. El mes que
viene, la cartelera porteña recibirá dos espectáculos de primer nivel: el mundialmente
famoso Tango Argentino, que se presentará el 4, 5 y 6 de noviembre en el teatro Opera,
antes de viajar a Estados Unidos para intentar la reconquista de Broadway, y el también
exitoso (aunque con perfil mediático más bajo) Forever Tango, que el 25 de ese mes hará
una única actuación en el Teatro Colón, a beneficio de una fundación de lucha contra
el cáncer.
El fenómeno del tango for export, que en los 80 volvió a poner al
género en la mira luego de décadas de indiferencia, sigue generando cierta resistencia
entre los puristas criollos. María Graña, que estuvo en aquel Tango Argentino (creado
por Claudio Segovia y Héctor Orezzoli) y estará también en este, señala, en diálogo
con Página/12, que con Tango Argentino le vamos a sacar al público porteño ese
prejuicio, porque lo que hacemos es precisamente la expresión más genuina del tango. No
hay golpes bajos, no hay acróbatas. Pero al mismo tiempo, subraya que para
mí, cantar en Buenos Aires es como viajar por el mundo, porque cuando salgo de gira, de
algún modo estoy llevando Buenos Aires conmigo. Y los porteños tienen la fantasía de
querer saber cómo es un espectáculo de tango en el exterior. De Tango Argentino
hay que agregar que su primera versión, estrenada en París en 1983 (viajamos en un
avión militar, y en el mismo avión había un misil... la verdad es que estábamos
impresionados, admite la cantante) contaba con un seleccionado tanguero: el Polaco
Goyeneche, el Sexteto Mayor, Salgán y Virulazo, entre otros. En los shows que brindarán
en el Opera actuarán varios artistas que estuvieron presentes en aquel boom, como Raúl
Lavié, Alba Solís, Jovita Luna y una legendaria pareja de baile que reaparece
profesionalmente: Juan Carlos Copes y María Nieves. La conducción musical estará a
cargo de Osvaldo Berlinghieri.
En cuanto a Forever Tango, será la primera vez que el Colón abrirá sus puertas a un
musical de Broadway. Luis Bravo, creador de la puesta en 1990, es un cellista que nació
en Santiago del Estero (más precisamente en el pueblo de Añatuya, el mismo pueblo de
Homero Manzi) y que vive desde los 23 años en Los Angeles. No se puede quejar de su
presente, aunque dice haber empezado mal: Cuando empecé, estrenamos en San Diego y
después seguimos con una gira por California: perdí medio millón de dólares. La
situación, nueve años después, es completamente distinta: Bravo mantiene
simultáneamente dos compañías que recrean el mismo espectáculo. Una con base en
Londres, la otra en San Francisco. Como verificación del buen momento de Forever Tango,
cabe señalar que actuaron durante 15 meses en Broadway (todo un logro) y giraron por todo
el mundo con una recaudación total de 100 millones de dólares.
En los últimos años se ha generado una rivalidad sana entre ambas compañías. Los de
Tango Argentino aseguran que los espectáculos que vinieron después (Tango Pasión,
Forever Tango y Tango X 2, entre otros) son buenas copias del original. Bravo sostiene que
Tango Argentino tuvo muy buena prensa y que ellos se preocuparon sólo por girar alrededor
del planeta.
Hay diferencias entre ambos: Tango... (que sólo se vio en Buenos Aires en 1992, en el
marco de la Cumbre Internacional del Tango) se preocupó por desvalentinizar la imagen del
tango en el exterior, con tangueros que escaparan de la caricatura. Forever... se presenta
como un espectáculo preferentemente teatral, que en lo musical deambula entre Arolas y
Rovira. Bravo asume que lo suyo es for export. Pero todo el tango lo es, porque es
lo único que los argentinos podemos exportar. El tango es la mejor carne argentina, y la
mejor manera de expresarlo es adecuarlo al lugar y al momento donde se lo representa. Se
dice que nuestros espectáculos son híbridos, yo les contesto que todo el tango es un
híbrido, porque es producto de un constante mestizaje artístico y cultural. Para Borges,
eltango había muerto en la década del 10. Después, cuando los italianos le incorporaron
sus melodías, los criollos también lo dieron por muerto. Muchos años después dijeron
lo mismo con Piazzolla. La concepción integral de Tango Argentino hizo de Graña
una artista más completa, según sus propias palabras. Ahora soy más actriz que
cantante, reconoce. Y eso se debe a que para hacer este espectáculo tuve que
interpretar más que cantar. Estábamos frente a públicos diversos, que no entendían
nuestro idioma, y de alguna manera tenía que comunicarme. Bravo dice que en la
Argentina el tango está virgen como producto, porque te lo venden mal. Y el que
diga que el tango es otra cosa, ahí tiene las milongas, o los sótanos tangueros, donde
van a encontrar lo que les gusta. Si hiciéramos algo así, a los diez minutos nos bajan.
Lo que hacemos es un espectáculo.
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