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La Justicia puso en manos de la
hija de Santucho pruebas del horror

El Ejército había devuelto al juzgado federal efectos personales del líder del ERP que estaban en el “museo de la subversión”. Había una foto del guerrillero con el rostro destrozado por las balas y un ojo abierto. Puede que haya sido tomada a Santucho estando vivo.

Confesión: “Es la primera vez que tenemos un reconocimiento del Ejército, que tenía una foto del cadáver de mi viejo”, dijo la hija de Santucho, que hoy tiene 35 años.

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Ana Cristina Santucho, hija del jefe del ERP, con un retrato de su padre que le devolvieron ayer.A la izquierda, facsímil del inventario realizado por el Ejército de los efectos personales del guerrillero.


t.gif (862 bytes)  Los familiares del ex líder del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Mario Roberto Santucho, recibieron ayer de manos del juzgado federal número dos de San Martín objetos personales del guerrillero asesinado durante la última dictadura militar. El más espeluznante es también el más importante en el desarrollo de la causa que investiga el destino de su cuerpo: una foto en la aparece con el rostro destrozado por dos impactos de bala y un ojo entreabierto. “Cadáver de Roberto M. Santucho ‘ERP, 19 de Julio de 1976’”, puede leerse en el retrato, que fue entregado oficialmente a la Justicia por el jefe del Ejército, general Martín Balza. El abogado de la familia Santucho, Manuel Gaggero, dijo a Página/12 que el juzgado autorizó que se realizara una pericia para determinar la antigüedad de la foto y si Santucho ya estaba muerto en el momento en que le fue tomada, ya que no descarta la posibilidad de que al momento de tomar la imagen el líder del ERP “haya estado con vida”.Ayer a la mañana, la encargada de recibir los objetos personales de Santucho fue su hija Ana Cristina, quien fue al juzgado esta mañana acompañada por Facundo Urteaga, hermano de Benito Urteaga, otro guerrillero que murió junto a Santucho en un enfrentamiento con fuerzas militares en Villa Martelli, en 1976. Los efectos personales llegaron el viernes pasado a los tribunales de San Martín. Y, según informó oficialmente la secretaria del juzgado, venían de un galpón que el Ejército tiene en Ciudadela, donde están guardados otros objetos que fueron expuestos en el denominado “museo de la subversión”, que funcionó en Campo de Mayo durante la dictadura militar y parte de la restauración democrática.Balza no entregó los objetos motu proprio: lo hizo respondiendo a un oficio librado por el juez federal Alfredo Bustos, en el marco de la causa por la búsqueda de los cuerpos de Santucho, Urteaga, la esposa del primero, Liliana Delfino y otros dirigentes desaparecidos del ERP como Domingo Mena y Ana Lanzilloto de Mena. Además de la foto del cadáver, Ana Cristina recibió el diploma de contador público de su padre, que se recibió en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán. También le entregaron otros dos “cuadros” con fotos del ex guerrillero.“Es la primera vez que tenemos un reconocimiento del Ejército, que tenía una foto del cadáver de mi viejo”, dijo la hija de Santucho, que hoy tiene 35 años. Y agregó que a partir de ahora “se va a poder continuar la investigación y la búsqueda de los restos”. Sin embargo no perdió la oportunidad de recordar que “el Ejército nos negó información desde 1996 y ahora la entrega ante la inminencia de una intimación judicial”. Para Ana Cristina, “esta foto revela el sadismo de los militares en aquel momento, porque la crueldad de colgar en el denominado ‘museo de la Subversión’ un cuadro de una persona ensangrentada antes de morir, significaba para ellos un trofeo”.Más allá de la investigación, la hija de Santucho explicó que encontrarse con las posesiones de su padre “tiene una gran importancia para nosotros por todo su lado emotivo, porque aunque lo que más nos interesa es saber qué pasó con el cuerpo de mi padre, también es importante para mí y para mi familia, después de haber pasado casi 25 años de búsqueda, un acontecimiento muy fuerte que nos entreguen el diploma de mi padre y estas fotos”, dijo.El próximo paso es utilizar el nuevo material para averiguar el destino de los cuerpos de Santucho y Urteaga. Manuel Gaggero, abogado de la familia del primero, explicó que todavía no se pudo establecer el lugar donde fue sacada la foto, ni dónde murió el líder del ERP, pero aseguró que la importancia de la foto reside en que “confirma la fecha del asesinato”. También opinó que es “un retrato hablado”, y adelantó que el juzgado ya autorizó que se realizaran pericias para establecer cuándo fue tomada la foto, y si en ese instante Santucho todavía estaba vivo. Por otra parte, el juzgado dispuso que hoy y mañana se retomen las tareas de excavación en Campo de Mayo, donde podrían estar enterrados los cuerpos.

 

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