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Por Irina Hauser@El juez Alberto Baños procesó a otro ex presidente del ex Concejo Deliberante porteño, el justicialista Víctor Pandolfi, quien actualmente es subsecretario de Políticas Públicas y Relaciones Intergubernamentales del Ministerio del Interior. Extendió la misma medida a cinco ex funcionarios radicales y peronistas del viejo organismo. Lo hizo, a tres días de las elecciones presidenciales, en la causa en la que investiga la contratación de cientos de empleados ñoquis como vía de financiación ilegal de la política. Aunque no irán a la cárcel, se les trabaron embargos por sumas que van desde los 50 mil hasta los 750 mil pesos. El actual legislador radical Roberto Clienti tendrá que prestar declaración indagatoria hoy por segunda vez. Pandolfi fue el último titular que tuvo el Concejo antes de su disolución en noviembre de 1997. Asumió cuando su antecesor, José Manuel Pico, se fugó acusado de asociación ilícita y ahora la Justicia lo considera autor del delito de malversación reiterada de fondos públicos en el mismo expediente en el que están procesados otros dos ex presidentes del órgano legislativo, el radical Juan Trilla y el propio Pico (que ya está preso y condenado por otros delitos). En concreto, a Pandolfi se lo considera responsable de la designación irregular de Jorge José Solís. Aunque estuvo preso en la cárcel de Caseros entre 1991 y 1993, Solís figuró en esa época como empleado del Concejo. Luego fue despedido, no por su situación judicial sino por una reducción de personal y, extrañamente, en 1997 lo reincorporaron. Por el mismo caso, Baños amplió el procesamiento del ex secretario administrativo, Roberto Luaces. A este ex funcionario, que también fue mano derecha de Pico, ya le habían atribuido 226 contrataciones non sanctas por las que terminó preso en agosto y con un embargo de 2,3 millones de pesos. Después, la Cámara de Apelaciones le concedió la excarcelación, lo que no impide que empeore su situación procesal. Otro de los nuevos procesados es el ex concejal Roberto Larrosa (UCR), a quien el juez le adjudica 58 designaciones truchas y le embargó 580 mil pesos. Algunos de los mecanismos de corrupción más perversos revelados en esta causa quedaron asociados a este ex edil. Larrosa, por ejemplo, figura como responsable del nombramiento de Artemio Martínez, un cartonero analfabeto que apareció con el cargo de director del Concejo, con un sueldo de casi 2500 pesos. Mientras hacía changas en el Club Atlético Sacachispas, que presidía Larrosa, Martínez le pidió vacunas para sus hijos. Entonces estampó su pulgar en un formulario sin saber que eso bastaría para que alguien cobrara por él. El mismo ex edil está acusado por la contratación falsa de Concepción Caparra, una mujer evangelista que pese a sus 76 años resultó directora, sin saberlo, durante dos años. La medida que Baños dictó ayer, también afectó a otros dos radicales. A Braulio Feliú, ex director ejecutivo, le imputan 16 designaciones fuera de regla y le correspondió un embargo de 160 mil pesos; a Carlos Bernardou, ex secretario administrativo de Trilla, lo acusan por 64 designaciones simuladas y se le fijó un embargo de 640 mil pesos. También fue procesada la ex mujer de Pico, Claudia Cabezón, con un embargo de 750 mil pesos. Hoy Baños le tomará una segunda indagatoria al actual legislador Roberto Clienti, quien ya está procesado por tres hechos pero estaría involucrado en otros cuatro. Mañana también tiene que presentarse Bernardou. Allegados a la pesquisa recordaron que aún hay cientos de declaraciones pendientes y que el juez debe analizar la situación de varios ex funcionarios del Concejo algunos ligados al presidente electo.
EL GOBERNADOR ELECTO DE TUCUMAN ACUSA A BUSSI Por L. V. A veinticuatro horas de asumir como nuevo gobernador de Tucumán, el justicialista Julio Miranda ya empezó a sufrir en carne propia la herencia del general Antonio Bussi. Ayer la policía provincial se autoacuarteló en el Departamento Central de la fuerza; cerca de 200 uniformados reclamaron la presencia de las futuras autoridades, pero abuchearon a los enviados de Miranda cuando los tuvieron enfrente. La protesta policial tuvo una lectura unívoca dentro del PJ: es una movida fogoneada por Bussi para empañar el acto de asunción de mañana, sostuvo el designado ministro de Gobierno Miguel Nazur. Los hombres de Miranda llegaron incluso a barajar la posibilidad de convocar a la Gendarmería para reemplazar a la policía en el operativo de seguridad que rodeará el acto de cambio de gobierno, pero finalmente un oportuno anuncio del bussismo calmó las aguas y la mayor parte de los rebeldes abandonaron el edificio, donde dejaron una guardia a modo de vigilia. La protesta se inició para reclamar el pago de los sueldos de setiembre y exigir al nuevo gobierno que garantice una mejora salarial que Bussi otorgó a la policía un mes antes de las elecciones y por decreto. Miranda envió a su ministro Nazur y al próximo jefe de policía a negociar con los amotinados, pero el mensaje de sus emisarios estuvo lejos de apaciguar los ánimos. Es que ambos ratificaron que se revisará el decreto con el que el ex dictador blanqueó los adicionales de la policía de la provincia; no sólo lo consideran ilegítimo, sino también realmente difícil de cumplir. En concreto, significaría un gasto adicional de 22 millones de dólares anuales puntualizó Nazur a este diario. El malestar policial tiene además otros motivos: a partir de este sábado, los efectivos tendrán como jefe a un hombre ajeno a la fuerza, el comandante de Gendarmería Juan Alberto Kaleñuk, quien anticipó que impulsará una limpieza en las filas de una policía que en los últimos meses fue el centro de decenas de denuncias de corrupción. Vamos a pasar a disponibilidad a la plana mayor y para después avanzar gradualmente sobre otros casos particulares, dijo ayer Kaleñuk. El futuro jefe de policía calificó al blanqueo de los sueldos de la policía como un acto de barbarie política, y agregó que el mismo Bussi hizo correr la versión de que nosotros estábamos trabando el pago de los sueldos de septiembre con el fin de provocar el autoacuartelamiento. Incluso están haciendo circular versiones sobre que el general no irá al acto de traspaso, donde está prevista la presencia de Carlos Menem, concluyó. A media tarde el bussismo difundió un comunicado oficial para informar que había liberado los fondos necesarios para el pago de los salarios, que podrán ser cobrados a partir de hoy con las mejoras incluidas. Tras el anuncio, los policías levantaron parcialmente la protesta, pero todo el episodio bien podría ser leído como el primer signo de lo que les espera en la futura administración de la provincia.
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