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DE LA RUA SE REUNIO CON DUHALDE ANTES DE VER A MENEM
Cómo se mide al viejo adversario

La Alianza ensaya los primeros pasos para tratar con el peronismo. Por ahora, todo se reduce al plano institucional hasta tanto el PJ se ordene. Tanto Duhalde como Menem miden la lealtad de su tropa para dar la batalla por liderar la oposición. Los otros protagonistas.

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Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde ensayaron una reunión secreta que no tardó en conocerse.Estuvieron charlando, a solas, durante una hora en el palacio municipal. Después, se tiraron flores.

Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes) Que está con Menem, que está con Corach, que está con Kohan. Por una vez, al menos, un rumor sobre una reunión de Fernando de la Rúa fue verdad: estaba con Eduardo Duhalde. Fue ayer a la tarde en la Jefatura de Gobierno porteño. Los dos contendientes del domingo pasado se encerraron a solas durante una hora, luego salieron a tirarse flores en público y prometieron impulsar algunos proyectos juntos, como una para promover a las pymes. Lo que quedó en claro fue que De la Rúa decidió privilegiar la relación con Duhalde –el mismo día en el que el frustrado candidato del PJ anunció que encararía una “nueva renovación” dentro del peronismo– al organizar con rapidez un encuentro que en principio iba a ser secreto y luego, sospechosamente, se hizo muy público. Con sus modales sobrios, el presidente electo metió la cola dentro de la interna peronista.
La reunión nació en el mismo diálogo que mantuvieron el domingo a la noche, cuando Duhalde lo felicitó por el triunfo. El miércoles De la Rúa confirmó lugar y hora: Jefatura de Gobierno, a las 18. Fue la salida de ayer del presidente electo. La noticia se filtró por algún lado, ante la multitud de cámaras que se juntaron en cuestión de minutos y que transmitirían la imagen directo a la Casa Rosada. Los dos ex candidatos salieron a mostrarse como dos viejos amigos, pero con esa incomodidad que produce no haberse visto durante algún tiempo.
“Es la hora que todos pensamos en el país”, fue la formal enunciación de De la Rúa. “Vine a reiterarle mi total y absoluto apoyo”, replicó Duhalde. Había sólo una persona en el mundo que podía interrumpir esa conferencia de prensa. Bill Clinton llamó exactamente –como había quedado acordado– a las 19.05 (ver aparte). Para perplejidad de Duhalde, a De la Rúa le pasaron un celular y se fue a su despacho.
Allí el presidente electo mantuvo una conversación de 10 minutos con el presidente de los Estados Unidos. En inglés –según aseguraron sus colaboradores–, De la Rúa le comentó su deseo de verlo en París, en el Congreso de la Internacional Socialista, dentro de diez días. Clinton le respondió que no podrá ser porque irá a Turquía, pero instruyó a sus colaboradores que encontrar un hueco en el corto plazo en su agenda. Al parecer, para De la Rúa es importante encontrarse con el presidente norteamericano antes de asumir.
Su vuelta a la conferencia encontró a Duhalde a punto de irse, sin entender por qué lo habían dejado solo. De la Rúa explicó a todos el motivo y retomaron la conferencia. Duhalde insistió que había puesto a su disposición a los diputados del peronismo bonaerense para las leyes que necesita De la Rúa para la transición, exactamente lo que querían escuchar en la Alianza. “Vamos a ver la forma de llevar adelante proyectos en común”, sostuvo Duhalde.
Dentro de la coalición le daban una importancia no sólo formal a la reunión, sino que le otorgaban una crucial carga política. “Duhalde y Ruckauf todavía aparecen muy juntos y lo cierto es que los diputados de la provincia le siguen respondiendo al gobernador”, explicó un vocero de la coalición. La treintena de diputados que conforman el bloque del PJ bonaerense le alcanzaría a la coalición para aprobar las leyes que necesita para la transición prescindiendo de los favores que ya les ha ofrecido Carlos Menem, seguramente no gratis.
Distante de ese alejamiento de la política que había anticipado en caso de ser derrotado, Duhalde se mantuvo particularmente activo durante los dos últimos días. El miércoles estuvo reunido con la bancada de senadores justicialistas –incluido Carlos Reutemann–, ayer se encontró con los diputados e intendentes de la provincia. Por la noche, cenó con Domingo Cavallo. Debe de haber sentido que pese a la derrota su prédica tenía unabuena recepción porque ayer prometió que encabezaría una renovación dentro de su partido.
La apertura de un eje De la Rúa–Duhalde debe haber llevado inquietud a Menem que aspira a jugar un rol protagónico en la transición e inmediatamente después, como autoproclamado jefe de la oposición. Fue llamativo que justo ayer, y pese a que suele decir que el Presidente será el jefe del PJ al menos por dos años más, Carlos “Chacho” Alvarez dijera que no le daría la mano a Menem si se veía obligado a concurrir a una reunión formal acompañando a De la Rúa.
El lunes algunos de los operadores de uno y otro lado se sentarán en un marco institucional. Carlos Corach y Alberto Kohan desde el menemismo, Alberto Flamarique y Jorge de la Rúa por la Alianza hablarán sobre lo que dejarán unos y recibirán los otros (ver aparte). Luego del encuentro de ayer probablemente las condiciones de negociación no sean las mismas que hasta hace poco. Probablemente los hombres más cercanos a Menem sientan que se está formando algo a sus espaldas y que con eso quieren cambiar el eje del poder que dominó el país durante los últimos diez años.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes)  De la Rúa se reunió ayer con Duhalde, que por la mañana había anunciado su intención de conformar una nueva renovación peronista para apuntalar a los presidenciables del 2003 Ruckauf, De la Sota y Reutemann.
ron2.gif (93 bytes)  La estrategia de Duhalde apunta directamente a Carlos Menem, a quien acusa desde el domingo a la noche de ser el padre de la derrota.
ron2.gif (93 bytes)  En la Alianza siguen la pelea minuciosamente. La reunión de ayer en la Jefatura del Gobierno porteño dio aire a las intenciones del gobernador.
ron2.gif (93 bytes)  Duhalde se reunió, además, con diputados leales y, por la noche, cenó con Cavallo.
ron2.gif (93 bytes)  Mientras, Menem arenga a sus legisladores y los prepara para el 2001.


Clinton y la Internacional

Fernando de la Rúa abandonó ayer por la tarde la conferencia de prensa que compartió con Eduardo Duhalde y se recluyó en su despacho para hablar durante unos minutos con el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. “Ha saludado especialmente a todo el pueblo argentino, y está muy bien impresionado por lo que ha sido el proceso democrático”, aseguró De la Rúa. Y añadió que acordaron encontrarse personalmente. “Tan pronto como se pueda sería bueno tener esa reunión”, afirmó el jefe de Gobierno. Esta no es la única entrevista internacional que planea De la Rúa. El miércoles que viene se encontrará con Fernando Cardoso en Brasilia y el 8 participará de la reunión de la Internacional Socialista que se desarrollará en París, a la que también asistirá Alfonsín. De la Rúa tiene previsto cenar con el francés Lionel Jospin y encontrarse con el líder palestino Yasser Arafat, con el sudrafricano Nelson Mandela y con el alemán German Schröeder.


 

FLAMARIQUE Y JORGE DE LA RUA CON CORACH Y KOHAN
La más política de las reuniones

Por José Natanson

t.gif (862 bytes) Alberto Flamarique y Jorge de la Rúa, los dos hombres designados por el presidente electo para actuar de nexo político con el Gobierno, se reunirán el lunes que viene a las 15.30 en la Casa Rosada con Carlos Corach y Alberto Kohan. La agenda del encuentro incluye una serie de temas, desde la situación de las provincias hasta una futura entrevista entre Fernando de la Rúa y Carlos Menem.
El miércoles pasado, luego de que fueran nombrados al frente del área política, Flamarique y Jorge de la Rúa se contactaron con los funcionarios del Gobierno y solicitaron las reuniones, que fueron confirmadas ayer por la tarde.
La agenda está abierta, pero una serie de temas asoman como ineludibles. Uno de los más importantes es el inevitable encuentro entre De la Rúa y Menem, que podría producirse en los próximos quince días. Chacho Alvarez no tiene planeado participar de la reunión.
El segundo es la relación con las provincias: los dirigentes aliancistas escucharán de boca de Corach un informe sobre el estado de las economías regionales y lo consultarán sobre el reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que la Alianza quiere reformular integralmente. La otra cuestión provincial es la crítica situación institucional de Corrientes: los funcionarios menemistas creen que la intervención federal es la única salida, pero han dado indicios de que no la decidirán antes de consensuarla con la Alianza y acordar el nombre del futuro interventor.
La última cuestión es el pliego de senador de Corach, que duerme en la Legislatura porteña a la espera de que la bancada de la Alianza se decida a aprobarlo. Aunque no se definieron públicamente, De la Rúa y Alvarez ya habrían dado el okey. Por lo menos esto fue lo que le comunicó Enrique “Coti” Nosiglia a un funcionario del Ministerio del Interior con el que se comunicó ayer por la tarde.
El presidente electo confió a Jorge de la Rúa y a Alberto Flamarique la delicada tarea de iniciar los contactos de transición en las áreas más políticas. Jorge de la Rúa, hermano del jefe radical, fue el autor de la reforma institucional en Córdoba y es uno de los encargados de estudiar la reestructuración del Ejecutivo. Suena como posible sucesor de Kohan en la Secretaría General de la Presidencia. Alberto Flamarique es el principal operador de Alvarez. De origen mendocino, Flamarique comenzó militando de joven en la agrupación peronista Guardia de Hierro. Conoció a Alvarez cuando José Octavio Bordón formó el Frepaso, allá por 1995. En la Alianza son muchos –entre ellos Nosiglia– los que creen que su histórica trayectoria en el PJ le permitiría entablar un diálogo fluido con los gobernadores peronistas, lo que lo convierte en el dirigente con más chances de convertirse en el próximo ministro del Interior.

 


 

La pelea Menem-Duhalde por liderar la oposición

Show: El encuentro entre el ganador y el perdedor de los comicios fue, para los duhaldistas, un excelente golpe de efecto en su cruzada contra el menemismo.

Los viejos compañeros de fórmula del ‘89 continúan su tormentosa relación de antiguos enemigos.
Ambos cuentan los porotos y evalúan lealtades armando el rompecabezas de la interna del PJ.

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Por Diego Schurman y Felipe Yapur

t.gif (862 bytes) Primero disputaron por la candidatura presidencial. Después se endilgaron la paternidad de la derrota. Ahora Carlos Menem y Eduardo Duhalde comenzaron a desarrollar estrategias para apoderarse de la jefatura de la oposición. En el marco de esta contienda “a matar o morir” –como alguna vez lo definieron los propios protagonistas–, el gobernador intentó instalarse ayer en el nuevo escenario político post victoria de la Alianza como el interlocutor válido del justicialismo al reunirse con el presidente electo Fernando de la Rúa y el líder de Acción por la República, Domingo Cavallo. A la mañana había anunciado que encabezará una nueva renovación peronista con la que apuntalar a los presidenciables 2003 Carlos Ruckauf, José De la Sota y Carlos Reutemann.
“La reunión con De la Rúa se acordó el mismo domingo. El miércoles se definió que nos encontraríamos hoy (por ayer). Hablamos y coincidimos en que no hay que perder tiempo y aprobar leyes, antes del 10 de diciembre, que beneficien a las pequeñas y medianas empresas. Esto no es una novedad, este punto estaba en las propuestas de ambos partidos”, dijo Duhalde a Página/12 tratando de ocultar, detrás del gesto institucional, su señal dirigida hacia el seno de su partido.
El encuentro entre el ganador y el perdedor de los comicios del domingo fue, para los duhaldistas, un excelente golpe de efecto en su cruzada contra el menemismo. La cena que mantuvo poco después con Cavallo en el hotel Alvear fue, para los seguidores del bonaerense, la frutilla del postre.
La reunión gastronómica –en la suite que el gobernador tiene en el Hotel Alvear– con el ex ministro de Economía podría marcar la continuidad del acuerdo que el PJ y Acción por la República alcanzaron en algunos distritos, como en la provincia de Buenos Aires, para las elecciones del domingo. El duhaldismo estudia la posibilidad de conformar un frente común en la Capital, que llevaría a Cavallo como candidato a jefe de Gobierno porteño en el 2000.
De todos modos, aún faltan varias rondas de conversaciones. “Es prematuro hablar ya de un acuerdo con el Mingo porque todavía hay que solucionar un par de problemas: desplazar al menemismo de la Capital y acercar a Gustavo Beliz”, confió un duhaldista porteño.
Menem no se quedó atrás. Durante un encuentro con el núcleo duro de sus diputados leales –entre ellos César Arias, Marta Alarcia y Daniel Scioli– al igual que en la reunión de gabinete de ayer, llamó a “colaborar” con la leyes que De la Rúa pida aprobar en el Congreso. En verdad quería testear la manera en que el bloque de legisladores de la Cámara baja le respondía.
Los justicialistas coinciden en que existe una cantidad pareja de diputados menemistas y duhaldistas, además de una tercera corriente, con menor fuerza, que congrega a “provinciales”.
La reunión cumbre será la que realizarán en aproximadamente 15 días el presidente entrante y el saliente. Hasta que llegue el momento, Menem se entretiene pensando en la agenda de viajes al exterior que sus acólitos arman y desarman. En la Casa Rosada dicen que Duhalde y sus movimientos de los últimos tres días no los desvelan. “Es un muerto vivo. Se está apurando porque cuando deje de ser gobernador no le van a dar ni la hora. Ni siquiera Ruckauf, que nunca fue aliado de nadie”, dijo ayer uno de los más encumbrados operadores del menemismo.
En un punto tiene razón: el ahora ex candidato del PJ se mueve con premura. Aunque en La Plata dan otras razones. “Duhalde tuvo que enfrentar todo tipo de operaciones en su contra desde el menemismo. Y aun así obtuvo más de ocho millones de votos. Esa es la razón por la que tiene que liderar el proyecto que le otorgue contenido político al PJ para desplazar al personalismo menemista. Es decir, ser el jefe de la oposición”, confió esperanzado uno de sus operadores. Las reuniones con De la Rúa y Cavallo no fueron los únicos hechos políticos que generó Duhalde desde el domingo pasado. En los últimos días mantuvo encuentros con diputados y senadores nacionales que responden a su conducción y otros que quiere sumar a su proyecto.
El miércoles utilizó su quinta de San Vicente para reunirse con los miembros de la Cámara alta, entre los que se destacaron Ramón Ortega, su ex compañero de fórmula, y Carlos Reutemann, uno de los presidenciables para el 2003. Y ayer se juntó en el Banco Provincia con diputados y legisladores nacionales electos y salientes, con quienes evaluó la manera de repartir el poder en la Cámara baja.
Como parte de su estrategia, Duhalde quiere que Eduardo Camaño ocupe la vicepresidencia segunda, cargo al que también aspira el neomenemista Alberto Pierri. El gobernador cuenta con la mayoría de las adhesiones, lo cual hace prever que Camaño tiene mejores chances que su competidor.
Pero en su afán de controlar el Congreso, Duhalde también movió ayer sus piezas para respaldar al actual presidente de bloque, Humberto Roggero, quien lo bancó durante la campaña promoviendo el proyecto de ley de Concertación. El menemismo, en cambio, pretende que el cargo lo ocupe Jorge Matzkin o, en su defecto, el actual gobernador de Misiones, Ramón Puerta.
Los efectos de la derrota tensaron la cuerda y por eso Roggero decidió suspender momentáneamente las reuniones de su bancada hasta que las aguas se aquieten.
Estos son apenas los primeros movimientos de Duhalde y Menem para quedarse con el liderazgo del peronismo. Todavía falta tiempo para presenciar el final de esta disputa, pero también para ver cómo aprovechará esta circunstancia el propio De la Rúa.

 

Cuadro de situación del peronismo

Carlos Menem. Envió al ministro del Interior, Carlos Corach; al secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan; al senador Eduardo Bauzá y al titular de la SIDE, Hugo Anzorreguy, a que le ordenen la tropa desorientada tras la derrota. Hasta ahora hubo un encuentro con un grupo de diputados fieles. Confía en que Carlos Ruckauf no jugará junto a Eduardo Duhalde, con quien disputa la jefatura de la oposición. Son públicos sus deseos de competir en el 2003 y alquiló oficinas en Capital como comando de campaña.
Eduardo Duhalde. El gobernador bonaerense está encolumnando a los diputados y senadores que todavía le responden. Mantiene reuniones con algunos de los presidenciables del PJ para el 2003 como Carlos Reutemann. Confirmó la continuidad de su alianza con Ramón Ortega y busca, además, preservar intacto su acuerdo con Domingo Cavallo para generar un frente que le dispute a la Alianza en el 2000 el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Carlos Ruckauf. Llegó a la gobernación de Buenos Aires de la mano de Duhalde, pero también de Domingo Cavallo. Por el momento se dedica a conformar su gabinete y a tratar de generar lazos con la oposición parlamentaria en su provincia, que tiene amplia mayoría en ambas cámaras. Es uno de los presidenciables y cuenta con el apoyo de Duhalde. Pero también es uno de los dirigentes menos confiables para el establishment duhaldista.
Carlos Reutemann. El santafesino, fiel a su estilo parco, se dedica a otear el horizonte político del justicialismo. Accede a mostrarse junto a Duhalde, pero se resiste a confirmar un alineamiento con el bonaerense. Como en la campaña electoral, el gobernador electo de Santa Fe está esperando ver cuáles son los movimientos que realizará Menem para no enfrentarlo, por lo menos hasta que decida lanzarse formalmente en la carrera presidencial.
José Manuel de la Sota. Los días previos a las elecciones, el gobernador cordobés dio un fuerte respaldo a la candidatura de Duhalde. No fue suficiente, y tras la derrota no se los volvió a ver juntos. Pero tampoco se vio con Menem. Hubo un detalle que en los últimos días llamó la atención. En el asado que el miércoles compartieron varios senadores nacionales con Duhalde, estuvo presente Beatriz Raijer. La legisladora es una incondicional de De la Sota.
Los senadores. El duhaldista Augusto Alasino se pintó la cara en la semana y aseguró que la presidencia provisional del Senado quedará en manos del PJ. Más que un grito de guerra hacia la Alianza fue, en realidad, una demostración de fuerza hacia el interior del bloque justicialista. El senador entrerriano no quiere que los menemistas Bauzá y Eduardo Menem –que se mueven por orden presidencial– se les adelanten y se conviertan en los interlocutores con el nuevo oficialismo.
Los diputados. El bloque del PJ es un aquelarre. Humberto Roggero intenta mantener la integridad del cuerpo pero recibe tirones desde el menemismo y del duhaldismo. Los hombres del bonaerense ya le anunciaron su apoyo para que continúe presidiendo el bloque. Similar adhesión recibió desde un sector de los llamados provinciales. El menemismo, en tanto, intenta imponerse como conducción y promueve como reemplazante de Roggero al actual viceministro Jorge Matzkin o el misionero Ramón Puerta.

 

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