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Por José Natanson El jueves pasado Carlos Chacho Alvarez se reunió con Raúl Alfonsín. La idea era conversar en secreto, pero fuentes irreprochables confirmaron a Página/12 que los dos dirigentes se encontraron a las dos de la tarde para almorzar durante una hora y media en el departamento del ex presidente. El jefe del Frepaso lo puso al tanto de las medidas más importantes para los primeros meses de gestión y Alfonsín insistió con la necesidad de construir consensos para garantizar la gobernabilidad a partir del diez de diciembre. No hablaron sobre los nombres de los futuros ministros, un tema del que Alfonsín ha decidido no opinar. El domingo pasado, el comando de campaña reservó el piso 16 del hotel Panamericano especialmente para Alfonsín, quien llegó a las seis de la tarde y permaneció hasta la medianoche. El fragor de los festejos y la incertidumbre por la definición de la disputa bonaerense impidió que el ex presidente y Alvarez conversaran tranquilamente. De todos modos, los dos dirigentes alcanzaron a combinar un encuentro para esta semana.Aunque ayer mantuvo un breve diálogo con la prensa antes de una disertación, en el que aseguró que la Alianza debe ser cada vez más fuerte, Alfonsín es consciente de la importancia de un encuentro con Alvarez en plena transición. Fue el ex presidente quien pidió mantener en reserva el almuerzo: Alfonsín sabe que éste no es el momento adecuado para las apariciones públicas y ha decidido mantener un bajo perfil.El jueves, mientras los equipos técnicos continuaban trabajando en las alturas del Panamericano, Alvarez abandonó silenciosamente una reunión y bajó al estacionamiento, evitando a los movileros que permanecían de guardia en el lobby. Subió solo a su auto y se dirigió al departamento de Santa Fe y Rodríguez Peña, en donde Alfonsín lo esperaba con la mesa servida. Los dos dirigentes se abrazaron y conversaron sobre los resultados de los comicios. Alfonsín arrancó la charla repitiendo una definición que ya había formulado en otras oportunidades: la Alianza debe trabajar a fondo para construir consensos con otras fuerzas políticas como la única alternativa para contrarrestar un panorama institucional difícil, en el que el PJ controlará varias provincias, el Senado y un sector de la Justicia. Hay que conversar dijo el ex presidente, quien pronunció una y otra vez la misma palabra: gobernabilidad.Alvarez lo puso al tanto de las modificaciones que los jefes de la Alianza piensan implementar en la Ley de Presupuesto: una reformulación del régimen de coparticipación federal, el recorte de los gastos superfluos y los planes para reestructurar el gabinete.No hablaron sobre los nombres de los futuros ministros, un tema que De la Rúa y Alvarez definirán en la intimidad. Alfonsín ha deslizado que, salvo que lo consulten expresamente, no opinará sobre la conformación del gobierno. El presidente es Fernando, dice cada vez que alguien le pregunta.Los dos coincidieron en destacar la decisión de De la Rúa de fortalecer la Alianza a pesar de la derrota de Graciela Fernández Meijide en la provincia de Buenos Aires. Festejaron el camino político elegido por el nuevo presidente y repasaron la situación particular de algunos distritos.El almuerzo fue un largo diálogo distendido entre dos hombres que guardan un mutuo respeto político. En los primeros tiempos de la Alianza, cuando De la Rúa y Fernández Meijide asomaban como los precandidatos presidenciales, Alfonsín y Alvarez asumieron el rol de arquitectos, delineando la política de la coalición. La relación fue cambiando. A principios de este año De la Rúa ya había triunfado en la interna abierta y Alvarez había decidido acompañarlo como candidato a vicepresidente. El caudillo de Chascomús se molestó con algunos movimientos de los integrantes de la fórmula, que construyeron un diálogo del que se sentíaexcluido. A pesar de que dio un portazo público renunciando a sus cargos partidarios, Alfonsín nunca llegó a cortar la relación con Chacho.Antes de despedirse, los dos dirigentes comentaron que quizás se encuentren nuevamente en los próximos días. Alfonsín decidió viajar a París el próximo 8 de noviembre para asistir a la reunión de la Internacional Socialista y Alvarez tiene intenciones de acompañar a De la Rúa, quien también confirmó su participación.Pero, más allá de los planes de corto plazo, lo cierto es que el futuro volverá a reunirlos. El ex presidente retornará a la jefatura radical antes de fin de año, un lugar desde el que se imagina trabajando en la elaboración de políticas de consenso con el resto de las fuerzas políticas. Alvarez, presidente del Frepaso, será un interlocutor imprescindible para esta tarea.
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