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Por Felipe Yapur En el marco de la pelea entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem por definir cuál de los dos se convertirá en el interlocutor válido con la Alianza, el bonaerense logró ayer sumar un aliado: Carlos Reutemann. El santafesino señaló que nadie se puede salvar del resultado adverso de los comicios pasados, incluyendo en esta afirmación al propio presidente Menem, a quien le aconsejó aceptar el fallo inapelable de las urnas. Pero el riojano no se quedó callado y aseguró que será él quien mande en el peronismo: Soy el presidente del partido, recordó.El partido es de todos y mientras yo esté, nadie lo va a utilizar para beneficio personal, es la frase que por estos días Duhalde suele repetirle a sus hombres, cuando desgrana su estrategia para desplazar a Menem de la pretendida conducción de la oposición. Los hombres del bonaerense sonríen cuando escuchan a su jefe, y comentan entre ellos que el Negro (por Duhalde) tiene todas las pilas puestas, y ya nos dijo que al Turco (por Menem) o lo saca del PJ o se caen los dos al precipicio. Duhalde se congratuló por la fina sintonía que creyó escuchar en las palabras de Reutemann sobre la imposibilidad de Menem de hacerse el desentendido por el fracaso electoral del PJ. Parece una coincidencia, pero los hombres más cercanos del gobernador bonaerense recuerdan con un cierto regodeo que las declaraciones del ex piloto de Fórmula Uno se produjeron 24 horas después de que ambos compartieran un asado en la quinta que Duhalde tiene en la localidad de San Vicente.Menem, en tanto, no se amilana y busca aliados para concretar su liderazgo de la oposición. El presidente del partido soy yo, dijo ayer a la prensa en respuesta a sobre quién mandaba en el justicialismo. Luego buscó relativizar el encuentro entre Duhalde y Fernando de la Rúa, al considerar que forma parte de la normal convivencia democrática, y rechazó que ese encuentro haya mostrado al bonaerense como la persona fuerte del PJ. Inmediatamente después se limitó a anunciar que dentro de pocos días va a estar De la Rúa conmigo. Son suposiciones que no tienen sentido.Pero el riojano no se quedó sólo en declaraciones. El jueves utilizó el Golf Club de Don Torcuato, donde suele extraviar sus pelotitas, para encontrarse con los máximos dirigentes de la CGT. Allí, Menem les entregó una copia del decreto donde les concedió el manejo de 360 millones de pesos del Fondo Especial de las Obras Sociales. Rodolfo Daer (alimentación), Luis Barrionuevo (gastronómicos), Andrés Rodríguez (estatales), Antonio Cassia (petroleros) y Carlos West Ocampo (sanidad), entre otros, fueron de la partida donde se concretó la alianza estratégica con el Presidente. Esta acuerdo no fue una novedad para De la Rúa, quien fue advertido por el propio Duhalde durante la charla que mantuvieron en la sede de la Jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Según trascendió, el bonaerense ofreció al presidente electo su ayuda para desactivar una futura oposición salvaje de los sindicatos aliados con Menem. Fuentes duhaldistas indicaron a este diario que De la Rúa aceptó el ofrecimiento de Duhalde porque a diferencia de Menem, no pidió nada a cambio.El sentido de esta última frase de los duhaldistas está en que el bonaerense busca convertirse en el arquitecto de la nueva renovación justicialista. Duhalde se siente cómodo con su rol, que recubre con una pátina de desinterés argumentando que en esta patriada no compite por ningún cargo, situación que lo aleja de las apetencias electorales de los gobernadores como José Manuel de la Sota, Reutemann y Carlos Ruckauf. No obstante, ayer reconoció que en el 2001 le gustaría ser senador por su provincia. Desde esta posición puede ayudarlos a todos a llegar a la interna sin los problemas que él tuvo que sufrir merced a las pretensiones de Menem de que nadie le haga sombra, confió a este diario uno de los hombres máscercanos de Duhalde. Esta misma fuente sostiene que la propuesta del bonaerense de convertirse en el protector de los futuros candidatos para el 2003 tuvo una buena acogida por los potenciales competidores. Ellos están hartos de la franela menemista. Soportaron al Turco porque los condicionaba con el dinero. Si no lo apoyaban les cerraba el grifo y las provincias estallaban. Cuando Menem abandone el gobierno no tendrá nada para ofrecer y esto los gobernadores lo saben. Entonces el Gallego (por De la Sota), Lole, (Carlos) Ruckauf y hasta (Ramón) Ortega competirán de igual a igual con Menem, imagina el duhaldista con un dejo de ilusión.
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