Por A. M. La situación de (Alberto) Kohan es
compleja. Gaith Pharaon tenía que pasar por él para hacer sus negocios. Un
funcionario cercano a la jueza María Servini de Cubría explicó así a Página/12
las razones de la citación para que el secretario general de la Presidencia declare
cuando ya no lo sea en la causa que investiga el presunto lavado de dinero del
BCCI (Bank of Credit and Commerce International), propiedad del empresario árabe. El
ladero de Carlos Menem admitió el año pasado que facilitó la inversión del
BCCI en Argentina y que en las mismas circunstancias lo volvería a hacer.
Kohan deberá ir a Tribunales el 16 de diciembre, no hablará bajo juramento y puede
negarse a declarar. Su vocero dijo a este diario que aún no recibió la citación, pero
aseguró que irá cuando sea necesario. Este año ya declaró en el mismo
proceso y negó toda vinculación comercial con Pharaon.
A mediados de setiembre de 1989, Kohan fue el único integrante del gobierno que estuvo
presente en el anuncio de la construcción del hotel Hyatt, financiado por Pharaon. El
funcionario apareció mencionado como amigo del magnate árabe en la documentación que el
juzgado de Servini secuestró en Francia en mayo de 1992. El operativo se realizó en las
oficinas parisinas del BCCI ubicadas frente a la Place de la Concorde y participó el FBI.
En esa oportunidad, Pharaon declaró como testigo.
Sabemos que la relación entre ambos fue esencial para el empresario por el lugar
que ocupaba Kohan en el gobierno, pero todavía no hay elementos para afirmar que lo haya
beneficiado en los negocios, aclaró la fuente. Y agregó que la fecha de la
citación de Kohan no tiene nada que ver con el cambio de gobierno ni con la inmunidad del
funcionario sino con un oportuno viaje que piensa hacer la magistrada. Según los
investigadores, Kohan no goza de fueros que lo protejan. Después del 10 de
diciembre para nosotros va a estar en la misma situación que ahora, concluyó.
Los orígenes de la causa se remontan a 1989, cuando Pharaon querelló al periodista
Rogelio García Lupo porque en su libro El Paraguay de Stroessner había afirmado que el
BCCI era un banco lavador de dinero del narcotráfico. García Lupo relató que el magnate
concurrió a un careo con él y en una audiencia muy pintoresca reconoció a los
gritos que lavaba dinero, pero aclaró que no era el único y mencionó a otras entidades
financieras. El juez Martín Valerga sacó testimonio de tal reconocimiento y
recayó en el juzgado de Servini de Cubría. En 1991 el Banco Internacional de Basilea
(una suerte de banco central supranacional) le prohibió al BCCI seguir operando y la
entidad fue liquidada. Un año después, las autoridades le rechazaron a Pharaon el pedido
de ciudadanía argentina. El 30 de julio de 1991 Servini allanó el Banco de Crédito y
Comercio (filial argentina del BCCI) y el 14 de noviembre de 1992 hizo lo propio en el
hotel Hyatt. En los nueve años que lleva la causa declararon el arrepentido
del Narcogate Khalil Hussein Dib y el ex marido de Amira Yoma, Ibrahim Al Ibrahim, quien
incriminó a Pharaon con documentos.
El expediente se volvió a activar con el regreso de la fiscal Alejandra Perroud que
había actuado desde el principio. Kohan fue citado el año pasado pero el juzgado
postergó la audiencia. Y si bien este año ya declaró, el 12 de octubre Perroud
solicitó que vuelva a ser convocado y que sean llamados también el empresario Marcos
Gastaldi, del desaparecido Banco Extrader, y Eduardo Pacha Cantón, quien
estaría vinculado a la construcción de otro hotel Hyatt en Carmelo junto a Laith
Pharaon, hijo del financista. También están imputados los empresarios Ricardo y
Guillermo Gotelli y el ex presidente del Banco Central Javier González Fraga, que
asesoró a Pharaon a través de su consultora.
Pharaon tiene un pedido de captura de los Estados Unidos por las causas abiertas en
Washington, Nueva York y Miami. Los investigadores explicaron a Página/12 que la causa
nunca estuvo muerta porque se siguieron tomando medidas todos los años, y
expresaron que no resulta fácil probar que eldinero que circuló por los bancos
sospechados es producto del narcotráfico, como establece la legislación argentina para
el delito de lavado de dinero. Por esa razón no habría aún procesamientos.
Este proceso se rige por el código antiguo y por lo tanto Kohan declarará como imputado
no procesado, es decir que su grado de participación en los hechos impide que sea llamado
como un simple testigo, pero las sospechas en su contra no son suficientes para que sea
indagado como imputado. Desde el juzgado sostienen que el lavado de dinero es una suerte
de delito que se sigue cometiendo. No hay riesgo de que la causa prescriba porque
las maniobras no son aisladas sino encadenadas y la acción delictiva se sigue
produciendo, explicó la fuente. En realidad, esta medida de Servini no interrumpe
la prescripción.
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