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@Fernando de la Rúa instruyó a José Luis Machinea que tenga redactado cuanto antes un nuevo proyecto de ley de Presupuesto. La intención es presentarlo al Congreso en el transcurso de la próxima semana. Ayer, el futuro ministro de Economía estuvo trabajando durante cinco horas en esa propuesta, acompañado por dos de sus colaboradores más cercanos, Guillermo Rozenwurcel y Oscar Cetrángolo. El presidente electo le pidió, además, a su ex secretario de Hacienda en el Gobierno porteño, Adalberto Rodríguez Giavarini, que participe junto con su equipo en la elaboración de aquella iniciativa, y ayer estuvieron en las oficinas de la Fundación para el Desarrollo con Equidad (FADE) intercambiando ideas con Machinea. El Presupuesto será la primera medida de gobierno que impulsará la Alianza, antes de asumir el poder, y el panorama se presenta complicado. Los economistas deben encontrar la forma de hacer un ajuste que genere las menores resistencias posibles, y obtener consenso para aumentar impuestos. Con las informes que recibió durante esta semana del actual viceministro de Economía, Pablo Guidotti, Machinea comenzó a ocuparse de la letra fina de los cambios a realizar en el proyecto de Presupuesto para el 2000. De acuerdo a su estimación, para cumplir la meta comprometida ante el FMI de un déficit fiscal de 4500 millones de pesos el año que viene, se requiere de un recorte de gastos de al menos 1500 millones respecto de las partidas asignadas en el presente ejercicio. Los ítems a los que apuntará la Alianza para lograr ese ahorro son los siguientes: gastos reservados, Aportes del Tesoro Nacional (ATN), congelamiento de vacantes en la administración pública, postergación de obras y estudios encargados a consultorías. Otra fuente sustancial para suprimir gastos pasará por la eliminación de decenas a de dependencias. En ese sentido, a través de una nueva ley de Ministerios, se propondrá eliminar 22 secretarías y 46 subsecretarías de Estado el 40 por ciento de las actuales, para dar forma a una estructura más ágil y eficiente de la administración pública. Aunque se achique el aparato burocrático, el cálculo de Machinea arroja que el ajuste al que llega, incluyendo todos aquellos puntos, es de unos 1000 millones de pesos. Por lo tanto, aún debe detectar otras partidas para suprimir. El otro eje de la estrategia para acomodar las cuentas públicas a un desequilibrio no mayor a 4500 millones pasa por un aumento de la recaudación impositiva. Machinea tiene una visión crítica del trabajo del actual jefe de la DGI, Carlos Silvani. Y pretende introducir profundos cambios en el funcionamiento de ese organismo, a fin de mejorar la fiscalización tributaria. A la vez, el gobierno de la Alianza impulsará la eliminación de exenciones a los impuestos a las Ganancias y al IVA por ejemplo, la medicina prepaga y se aumentaría la tasa del último impuesto a la televisión por cable. También se analiza reimplantar el impuesto a las Ganancias Eventuales, que pesa sobre la compraventa de activos en general. Por ejemplo, si una persona adquiere un inmueble en 30 mil pesos y lo vende en 40 mil, está obligado a pagar un porcentaje al Fisco por la diferencia. Con toda esa batería del ajuste y del incremento de la presión impositiva, Machinea se pronunció en contra de la rebaja de aportes patronales prevista para diciembre. Si bien sabe que la economía necesita ganar en competitividad y esa medida va en esa vía, en estos momento privilegia disminuir el déficit fiscal. En su equipo sostienen que en una segunda etapa propondrán una baja de aportes pero, a diferencia de cómo se ha estado implementado en estos años, reclamarán compromisos de empleo de las empresas que se beneficiarán. Viene Brasil
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