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Shell condenada a limpiar tierra contaminada bajo la 9 de Julio

La Justicia ordenó que la petrolera remueva casi una cuadra de tierra en la zona de Lima e Independencia por las filtraciones de una estación de servicio. Advierten que en la línea E de subte hay emanaciones cancerígenas. na18fo01.jpg (8769 bytes)
El fallo se basa en informes que sostienen que toda el área está contaminada con hidrocarburos.

Por M. C

t.gif (862 bytes)  En un fallo sin precedentes en el país, la empresa Shell fue condenada en segunda instancia a reparar el daño ambiental provocado por una importante filtración de combustibles desde los tanques de almacenamiento de la estación de servicios ubicada en Lima y la avenida Independencia. La sentencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil obliga a la petrolera a recomponer la tierra contaminada, en una extensión de unos 70 metros por 16 de profundidad, entre la Shell y la estación Independencia de la línea E de subte. El costo del trabajo podría rondar el millón de dólares. La demanda fue iniciada hace ocho años por Subterráneos de Buenos Aires (Sbase). El abogado de la empresa porteña, Aníbal José Falbo, destacó ayer la importancia de la resolución judicial y, a la vez, advirtió sobre el riesgo de explosión por la existencia de combustible en el área y el peligro al que están expuestos los pasajeros por la presencia de sustancias cancerígenas derivadas de los hidrocarburos en la estación de subte. Un vocero de Shell anunció a este diario que la empresa no hará declaraciones sobre el caso. La petrolera apeló el fallo y ahora deberá resolver la Corte Suprema de Justicia.La Sala H de la Cámara de Apelaciones confirmó una sentencia del juez en lo Civil Miguel Prada Errecart. Sin embargo, en primera instancia, el magistrado había ordenado un método de remediación (soil veinting) que se limita a una ventilación del suelo afectado. El fallo de segunda instancia, en cambio, exige un procedimiento más complejo, que consiste en remover la tierra del lugar, extraerle las sustancias contaminantes en una planta de tratamiento y volver a colocarla en su sitio. “Shell sabe que contaminó y también sabe qué debe hacer, porque en sus revistas científicas recomienda metodologías similares para recomponer el daño ambiental”, aseguró Falbo.La historia de la contaminación en la esquina de Lima e Independencia es antigua. Salió a la luz con un estallido que ocurrió en 1979 en el cruce de las líneas C y E, poroducida por los gases emanados de la nafta derramada. Según Falbo, si bien en ese momento la petrolera proveyó de equipos extractores de gases y antidetontantes –ubicados en la estación Independencia de la línea E– y posteriormente, en 1993, recambió los tanques averiados desde donde se filtrarían hidrocarburos, nunca hizo nada para reparar las consecuencias del derrame.Recién en 1991 Subterráneos decidió presentarse en la Justicia. La empresa residual, dependiente del Gobierno de la Ciudad, demandó que cesara la contaminación por el escape y exigió una indemnización por haberse hecho cargo del costo de la electricidad de las máquinas instaladas por Shell en el subte para alejar la posibilidad de una explosión. Este reclamo fue rechazado por el fallo de la Cámara de Apelaciones, por lo que también Sbase apeló ante la Corte Suprema.Pericias técnicas de la Policía Federal e informes de la Secretaría de Medio Ambiente y del Consejo Superior Profesional de Geología, entre otras incluidas en el expediente judicial, no sólo corroboraron el perjuicio ambiental sino que admiten el riesgo de explosión. “Diversos informes técnicos acreditan que la contaminación ocupa una superficie que va desde la estación Shell hasta la estación de Sbase de la línea E como mínimo”, aseveró Falbo.

 

 

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