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EMPEZO LA VEDA POLITICA DE 48 HORAS ANTES
DE LAS ELECCIONES DEL DOMINGO
Uruguay está decidiendo
si va al Frente

Aunque los candidatos presidenciales son cinco, todas las encuestas dan como candidato más votado en la primera vuelta al socialista Tabaré Vázquez del Frente Amplio. Lo siguen el colorado Jorge Batlle y el nacional (blanco) Luis Alberto Lacalle, ex presidente del Uruguay.

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Las urnas están siendo preparadas para las elecciones presidenciales y legislativas del domingo.
La Corte Electoral dará una conferencia de prensa el lunes a mediodía con los resultados oficiales.

Página/12
en Uruguay
Por Pablo Rodríguez Desde Montevideo

t.gif (862 bytes)  Ayer fue el primer día de la veda electoral en todo el territorio del Uruguay. Sin embargo, el centro de Montevideo parece más en campaña que nunca. Los afiches no respetan la veda: copan las paredes en extensión y en densidad, unos pegados arriba de otros, a falta de más espacio. En eso no habría mayores diferencias con las campañas electorales de muchas partes del mundo. Lo que sí es distinto es comprobar que, a lo largo de la principal avenida de la capital uruguaya –la 18 de Julio–, se distribuyen no menos de 10 puestos callejeros ínfimos con los nombres de los candidatos y los colores de sus partidos. Y que además marean: unos dicen “Batlle 2000”, otros dicen “Batlle 321”, unos rezan “Tabaré 1001”, otros “Tabaré 2121”, a lo que hay que agregar otros tantos números diferentes unidos a los mismos candidatos. Según la ley uruguaya, sin embargo, en estos puestos no se está haciendo campaña electoral: simplemente reparten las 35 listas que aparecerán mañana frente a los votantes en el cuarto oscuro (“cuarto secreto”, en buen uruguayo). La superabundancia obedece a un sistema de votación muy distinto, al menos, del argentino.Los candidatos presidenciales habilitados son cinco: Jorge Batlle por el Partido Colorado, Luis Alberto Lacalle por el Nacional (Blanco), Tabaré Vázquez por Frente Amplio-Encuentro Progresista, Rafael Michelini por Nuevo Espacio y Luis Pieri por la Unión Cívica. Pero cada uno de esos candidatos a la presidencia encabeza varias listas de diputados y senadores que, siendo del mismo partido, se presentan en lemas distintos. La coalición de izquierda Frente Amplio-Encuentro Progresista, por ejemplo, tiene nada menos que 14 listas posibles para votar al Parlamento; los colorados, cinco; los blancos, seis; Nuevo Espacio, dos; y la Unión Cívica, cuya intención de voto en las encuestas no supera el uno por ciento, tiene nada menos que cinco “sublemas”.El domingo pasado, los argentinos que votaron eligieron candidatos a presidente y vice y a diputados en la misma lista. A lo sumo, podíamos cortar boleta. Mañana, los uruguayos podrán elegir entre varios legisladores aunque voten al mismo presidente, pero no pueden votar a diputados o senadores de un partido y a un presidente de otro. Por eso, en esos puestos que son más coloridos que los que siempre pueblan el centro de Montevideo, se pueden ver varias pilas de papeles: unas dicen “Tabaré Couriel”, otras “Tabaré Gargano”, otras “Lacalle Larrañaga” y otras “Lacalle Gandini”.Para muchos, el sistema puede parecer muy complicado. No para los uruguayos, que hasta las elecciones presidenciales de 1995 votaban a presidente mediante lemas, el mismo sistema que ahora rige en provincias como Jujuy o Santa Fe: varios candidatos para un mismo partido. Aquí, lo que ocurre es algo así como “bajar” la Ley de Lemas de las candidaturas presidenciales a las legislativas. Los uruguayos tendrán ante sí 35 pilas de boletas más dos adicionales, correspondientes a dos plebiscitos. Con una boleta blanca, deberán decir “Sí” o “No” a una reforma para dar al Poder Judicial la independencia en la elaboración de su presupuesto. Y con otra boleta rosa, los uruguayos deberán pronunciarse a favor o en contra de establecer la inelegibilidad por cuatro años de los directores generales y miembros de los directorios de los entes autónomos y servicios descentralizados.Previendo la superabundancia de boletas, el semanario Brecha le dedicó una página entera a una guía para “el cuarto secreto”.

 

Veda, pero no tanto

La Corte Electoral estableció ayer que dos diarios uruguayos La República y La Mañana violaron la veda electoral iniciada a la cero horas del viernes. La República se refiere explícitamente a esta veda, al excusarse en su página 3 de “no entregar hoy a sus lectores la cobertura de los actos de Jorge Batlle en Salto y Tabaré Vázquez en El Pinar”. La decisión de la Justicia electoral podría deberse, entonces, a la noticia sobre la adhesión de Chico Buarque al pedido que el poeta Juan Gelman hizo al presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, sobre el destino de su nieto o nieta durante los años de plomo. En el caso de La Mañana, no puede haber muchas dudas. En su tapa, el matutino publica una supuesta “corrida de dólares al exterior ante anuncio de asesor de Tabaré”, sin citar ninguna fuente de la noticia. Y debajo llama a sus lectores a reflexionar sobre “los terroristas que en los 70 intentaban derribar a las instituciones” y que ahora “integran el Encuentro Progresista”. En su página 2, La Mañana no tiene empacho en hablar del “Multitudinario acto del Partido Nacional en el cierre de campaña” y en la página 4 publica la carta abierta que los candidatos colorados Jorge Batlle y Luis Hierro López enviaron a los medios en esta semana. Pero en el fondo no hay problemas en violar la veda. Es que, tal como publica, paradójica o justificatoriamente, La República, “la ley es imperfecta porque carece de un principio fundamental que es el de coercibilidad al no prever sanciones para quienes no cumplan con lo dispuesto en la misma”, según aclara el ministro neutral Alberto Maschwitz.


Página/12 en Uruguay
Por Pablo Rodríguez Desde Montevideo


RODOLFO NIN NOVOA, CANDIDATO A VICE DEL FRENTE AMPLIO
“Las estrategias de miedo fastidian a la gente”

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t.gif (862 bytes) “Vamos a ganar porque los uruguayos quieren cambiar este presente de concentración de la riqueza y exclusión”, pronostica Rodolfo Nin Novoa, técnico agrario, empresario y candidato a la vicepresidencia de Uruguay por la coalición de izquierda Frente Amplio-Encuentro Progresista. Con un discurso atípico para los tiempos moderados que corren en Uruguay y en el Cono Sur en general, la izquierda le lleva sus 10 puntos de ventaja en los últimos sondeos al Partido Colorado. Durante las últimas semanas, y ante encuestas que lo ubican cada vez más lejos de Vázquez, el candidato colorado Jorge Batlle acentuó estos rasgos para agitar el fantasma del marxismo. Al mismo tiempo, se habla de preocupación en los empresarios y hasta el jefe del Ejército, general Fernán Amado, criticó la presencia de ex tupamaros en la coalición de izquierdas. En esta entrevista exclusiva con Página/12, Nin Novoa responde de manera tajante: “Quien tiene tanta vocación para mirar para atrás es porque no tiene respuestas para el futuro”. También se indigna ante el problema de los desaparecidos en Uruguay: “Hasta Poncio Pilatos entregó el cuerpo de Cristo a la Virgen María y a sus familiares”. –¿Cuál es su impresión como candidato de la izquierda luego del cierre de campaña, realizado el jueves? –Nuestra impresión es que nunca como ahora la sociedad uruguaya tiene una vocación de cambio muy fuerte, que está sustentada en una necesidad de modificar la conducción económica y social del país y empezar a privilegiar más a la gente. La sociedad uruguaya percibe que hay sólo dos alternativas: ir profundizando este camino de concentración de la riqueza y exclusión social o intentar construir otro presente, y eso es lo que nos permite estar por encima del Partido Colorado. Por otra parte, es claro que hay una liberación del voto cautivo, que la gente ya no obedece a las estructuras partidarias. –El Partido Colorado en el gobierno sostiene que los números económicos están en orden en Uruguay y que no hace falta cambiar.–Uruguay siempre ha tenido una tendencia al maquillaje de los números, y siempre se han ocultado, además, los datos sociales. La estabilidad económica sirve de poco si no hay estabilidad social. En una población económicamente activa de 1.350.000 personas, de las cuales 500.000 tienen problemas de empleo, con el 42 por ciento de los productores rurales viviendo debajo de la línea de pobreza, con la producción endeudada, donde hay que vender dos tercios del producto bruto agropecuario para salir del endeudamiento, con un aparato industrial destruido, producto de una apertura indiscriminada al mundo (y no al Mercosur, al que no cuestionamos para nada), con 200.000 uruguayos viviendo en asentamientos precarios, con 240.000 sin recibir asignación familiar, etc.; con todos estos datos, no hay estabilidad social. Los números hay que manejarlos bien, pero lo social o lo humano nunca puede estar subordinado a lo macroeconómico. –En ciertos sectores, la impresión es que vuelve el marxismo.–Este es un recurso que se utilizó en Uruguay ante cualquier avance del progresismo. Hoy estamos canalizando el descontento popular y ante eso el oficialismo no tiene respuestas. La gente vincula su mala situación con el modelo económico, no con el tema de si hay o no devaluación en Brasil. Estamos mal desde antes, y como no hay argumentos valederos para atacarnos, empiezan a hablar de la democracia con adjetivos, como digo yo: la “democracia liberal”, etc. La apelación al temor a veces tiene buen resultado. En la elección presidencial pasada, el debate previo a loscomicios lo ganó Tabaré Vázquez, sobre el actual presidente Sanguinetti, y sin embargo las elecciones las ganó Sanguinetti. Porque Sanguinetti logró asustar a los que querían votar por un cambio con el marxismo, el comunismo, la sovietización y la cubanización. Pero hoy la gente ve cada vez con más fastidio estas estrategias de miedo. La gente quiere soluciones a sus problemas, no discusiones sobre lo que pasó en la Unión Soviética, Cuba o de un lado a otro del Muro de Berlín. –¿Qué significa “El cambio a la uruguaya”, el slogan de la izquierda?–“El cambio a la uruguaya” tiene que ver precisamente con eso: no tenemos ningún referente internacional para pensar el cambio. Nosotros vamos a cambiar según nuestra idiosincrasia y según nuestra historia. Yo vengo del Partido Nacional, jamás he sido marxista y soy el candidato a la vicepresidencia. Tabaré Vázquez fue durante cinco años intendente de Montevideo. Yo he sido durante diez años intendente de la ciudad de Cerro Largo y no hemos aplicado ningún programa marxista. –¿Ustedes consideran que el triunfo de De la Rúa puede llegar a disipar los temores sobre la izquierda y empujar el voto al Frente Amplio?–Sí, puede servir, pero lo que realmente sirve es la experiencia de la intendencia de Montevideo. Tabaré Vázquez entró con el 33 por ciento en 1990 a la intendencia de la capital. Mariano Arana –actual intendente– entró con el 44 por ciento en 1994. Y en el año 2000, ganará Mariano Arana con una votación superior a la que tendrá ahora en Montevideo. La acción concreta de gobierno ha desatanizado todas estas profecías agoreras y apocalípticas. –Tanto Vázquez como Batlle han tratado de “adueñarse” de la victoria de De la Rúa en Argentina. –El hilo conductor de estos modelos que están a punto de imponerse en el Cono Sur es el progresismo: privilegiar a los seres humanos por encima de la economía. Nosotros no decimos “no” al ajuste. Pero en Uruguay son los sectores populares los que sufren el ajuste producto de los problemas fiscales. Pusieron un impuesto a los sueldos, del seis por ciento; hay un impuesto a las jubilaciones y otro a las pensiones, en un país donde la jubilación mínima es de 110 dólares, como en Argentina. Nosotros decimos que el ajuste debe hacerlo el que más capacidad tiene de soportarlo. “Que pague más el que tiene más”, dice Tabaré.–¿Cuál es la posición del Frente Amplio en cuanto a la información sobre los desaparecidos, que hasta ahora el presidente Sanguinetti eludió tocar?–La Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado –así se llama la amnistía– tiene un artículo 4 que ordena esclarecer el tema de los desaparecidos en Uruguay. El presidente no ha cumplido con eso y los procedimientos judiciales en este sentido fueron una burla. Ninguna sociedad puede tener un desarrollo armónico con heridas de este tamaño. Hasta Poncio Pilatos fue capaz de entregar el cuerpo de Cristo a la Virgen María y a sus familiares. Nosotros vamos a hacer cumplir ese artículo 4, simplemente. –¿Qué opina de las críticas del jefe del Ejército a la izquierda?–En otras organizaciones partidarias también participa gente que le hizo muy mal al país. Por otra parte, los tupamaros se han integrado a la vida democrática hace mucho tiempo. Si seguimos viviendo con los ojos en la nuca, es difícil que podamos proyectar algo hacia adelante. A mí me parece que quien tiene tanta vocación para mirar para atrás, es porque no tiene respuestas para el futuro.


Página/12 en Brasil
Por Darío Pignotti Desde San Pablo

t.gif (862 bytes) Brasil no admitirá al Frente Amplio en el gobierno y, si fuera necesario, intervendrá militarmente en Uruguay. Esto no es política ficción: era el plan que diseñó la dictadura brasileña a principios de los 70 para limpiar la “mancha roja” frenteamplista. Eran tiempos de la Doctrina de la Seguridad Nacional. Treinta años después, aquel pensamiento orgánico fue sustituido por otro (el llamado “Consenso de Washington”), y el Frente (ahora Encuentro Progresista-Frente Amplio) vuelve a contar con chances electorales. En Brasil ya no piensan en desembarcos.Marco Aurelio García, profesor de historia de la Universidad de Campinas, recuerda “aquella locura intervencionista de los militares brasileños” y explica que las elecciones uruguayas “han tenido una gran importancia cualitativa, debido al juego de fuerzas e influencias que Uruguay cumple desde la colonia entre los gigantes Argentina y Brasil”.Como secretario de Relaciones Internacionales del PT (Partido de los Trabajadores), García confiesa ser un torcedor (hincha) del Frente Amplio como lo “fui de la Alianza el domingo anterior”.Entrevistado por Página/12, García rechazó las “terceras vías” a la sudamericana, aunque aceptó que la región parece teñirse de tonos de rosa, algunos más tenues, otros más subidos.–¿Dónde ubica al Frente Amplio?–La impresión que tengo es que el programa del Frente Amplio es una propuesta más a la izquierda de la Concertación chilena y la Alianza argentina. Pero en líneas generales hay un arco de afinidades. Diría que el Frente tiene la propuesta más cercana al PT.–¿Qué marca histórica dejarán estas elecciones?–Sea cual fuere el ballottage, el Frente Amplio-Encuentro Progresista será siempre la primera minoría y eso sólo ya señala una inflexión histórica en más de 160 años de bipartidismo. Es un testimonio de la extraordinaria capacidad de convivencia que ha tenido la izquierda uruguaya, como se ve en la vieja guardia tupamara alineada con Tabaré, caso de Mujica y Huidobro, activamente solidarios con el programa de gobierno.–¿Qué ofrece el programa del Frente?–En primer lugar hallo que tendrán una política más centrada en los intereses nacionales, menos sumisa a los dictados financieros internacionales con todo lo que eso supone en términos de ajuste, de desocupación. Pero sin dudas habrá una inflexión, una salida de los moldes neoliberales que vinieron aceptando los gobiernos anteriores. Pero evidentemente eso tendrá las limitaciones que suponen las condiciones internacionales, como las tiene cualquier país. He visto una preocupación central en dar al Uruguay un nuevo aliento productivo y de rescate de sus pequeñas y medianas unidades productivas agrarias olvidadas por las políticas actuales.–¿Con esa propuesta el Frente puede hacer pie en el interior?–Recuerdo cuando Tabaré encabezó una gran caravana hacia esos lugares minúsculos del interior, algo que recogió muchos frutos. Eso demostró la inteligente percepción política de Tabaré que, ya siendo intendente de Montevideo, fue capaz de ir tendiendo puentes hacia el Uruguay profundo donde siempre se habían impuesto los blancos. Tuvo la sensibilidad de percibir que el Frente debía ir más allá de su dominio montevideano donde han sido gobierno por muchos años.–A Tabaré se le reprochó cierto caudillismo.–La gran verdad es que Tabaré se dio cuenta de que el Frente no podía quedar paralizado por exageradas discrepancias internas y renunció a la presidencia partidaria cuando un grupo se opuso a la privatización de un hotel, creo que el Carrasco. Allí inició una larga marcha por el interior del partido discutiendo sus puntos de vista. Eso fue fundamental para que afianzase su liderazgo. Yo creo que él ejerció una prerrogativa que un líder debe tener, a veces se debe plantar y decir las cosas son así y yo no voy a quedar como rehén de una interna permanente que comprometía la imagen del Frente.–Los liderazgos uruguayos siempre parecen más sobrios.–Los liderazgos siempre están ligados a la cultura política nacional. Si comparas a Ricardo Lagos, De la Rúa, Lula y Tabaré, verás que son radicalmente distintos. A De la Rúa le atribuyen déficit de carisma y tal vez su déficit de carisma sea su carisma, a Lula achacan otra cosa, a Lagos otra y a Tabaré las suyas. Uruguay es una sociedad con fuerte presencia de clase media. No quiero caer en el lugar común de la Suiza de América, pero lo cierto es que tal vez sea la sociedad más politizada de la región, con elevado nivel cultural y una fuerte memoria democrática. Los uruguayos fueron capaces de derrotar una dictadura en un plebiscito.–¿De allí vienen hombres políticos más atildados?–Uruguay no ha dado grandes liderazgos carismáticos nacionales como fueron Getulio Vargas en los años 30 en Brasil y Perón desde la segunda mitad de siglo en Argentina. Los líderes uruguayos son personas reflexivas, impactan por la sencillez. Yo quedé muy sorprendido con Mariano Arana, intendente de Montevideo, una persona discreta, un intelectual, arquitecto de hábitos normales, sin solemnidades. Tabaré es eso. Un hombre de barrio, un médico oncólogo, presidente de un club de fútbol, un tipo de político que compatibiliza con los uruguayos. –¿Cómo recibiría Cardoso un gobierno frenteamplista?–Aunque el gobierno brasileño lleve una política interna de derecha en lo que respecta a la región, creo que no creará ningún tipo de obstáculos al Uruguay, algo que tampoco ocurrirá seguro con el próximo gobierno de centroizquierda en la Argentina.–¿Que dirán aquellos militares que imaginaron la invasión brasileña al Uruguay en 1971?–No sé cuán consistente era ese plan, pero recuerdo que mucha gente en Uruguay decía “para qué vamos a votar al Frente si no será tolerado por los vecinos”. Hemos conversado mucho con Tabaré acerca de aquella interpretación que decía que el Frente Amplio nunca iba a llegar a la presidencia porque Brasil y Argentina lo impedirían. Eso cambió y hoy el chantaje no vale más.


LAS RESERVAS DE LOS EMPRESARIOS


Los gozos y las sombras

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El candidato colorado Batlle.
Un defensor de la empresa privada.

Por P. R.

t.gif (862 bytes) “El Frente Amplio es incoherente en cuanto a sus propuestas económicas. Un día dicen una cosa, otro día dicen otra. Estamos preocupados y, además, si esta incoherencia continúa, los inversores extranjeros se van a ir del país.” Así define Víctor Angel Sheid, presidente de la Cámara de Comercio del Uruguay y miembro del Consejo Superior Empresarial (Cosupem) –máxima voz de los empresarios uruguayos–, la hipotética política económica de la izquierda. Sheid habló con Página/12 sobre la supuesta propuesta del Frente Amplio de crear un impuesto a la renta que supere los 12.500 dólares mensuales (Chequear) y sobre un gravamen a los depósitos bancarios uruguayos y extranjeros en el país. –¿Cuál es la posición de los empresarios uruguayos respecto de la política económica que implementaría el Frente Amplio?–Las propuestas no son claras. Un día dicen que ponen impuestos, otro día dicen que no los ponen, etc. Todavía no sabemos cuáles van a hacer los planes económicos del Frente Amplio en caso de que gane las elecciones. –¿Qué consecuencias piensa que puede tener un triunfo del Frente Amplio?–Evidentemente, los inversores extranjeros van a tener mucha dificultad para seguir en el mercado nuestro. Como no hay una política económica clara ni una estabilidad garantizada, va a haber problemas. –Usted se ha reunido con Tabaré Vázquez. ¿Allí también notaron esta contradicción?–Nos reunimos tres veces con el doctor Tabaré Vázquez. Nos expuso sus planes y no hubo problemas, pero ahora hay signos de incoherencia. –¿Ustedes están en contra del impuesto a la renta que propone el FA?–Recién voy a opinar cuando lo vea escrito. En momentos electorales, las propuestas son muchas. Pero, cuando uno baja a la realidad, se tiene que acomodar de otra manera. A las ideas se las lleva el viento. Lo único que sé es que nosotros ya tuvimos un impuesto a la renta similar al que quieren implementar y no funcionó porque no se recaudó nada.

 

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