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Por Pablo Vignone Eso de que en la moto, la carrocería es el que maneja, se prueba verídico cuando el circo del Mundial de Motociclismo pisa el autódromo de Buenos Aires. Basta con mirar a los intrépidos fuera de su ámbito natural, cuando caminan o se mueven. Dicen que el que no tiene una fractura soldada no puede considerarse un verdadero motociclista. Pero la lluvia de ayer aumentó los riesgos y muchos pilotos no salieron a la pista, lo que demuestra, además, que son temerarios pero no estúpidos. Con poca actividad en pista, Kenny Roberts Jr. (Suzuki 500 cm3), Ralf Waldmann (Aprilia 250 cm3) y Noburu Ueda (Honda 125 cm3) fueron los más rápidos ayer. La clasificación se completa hoy. Al flamante campeón mundial de 500, Alex Crivillé, todavía le duele bastante la muñeca izquierda, que se lastimó en Australia. Acaso eso lo hizo reaccionar contra las líneas blancas marcan los bordes de la pista, resbaladizas con la lluvia. Junto a Kenny Roberts Jr. (que se cayó dos veces) protestaron. La carrera se corre igual, dijo Reinaldo Cozzani, de la organización. ¿Protestas exageradas? Bueno, Roberts fue primero y Crivillé tercero... El japonés Norifumi Norick Abe, ganador de la última carrera de 500 cm3 en Brasil, sufre todavía con su tobillo recién soldado. A los 19 años, cuando debutó, tuvieron que implantarle una armazón de hierro en la muñeca, para reconstruirla. El miércoles a la noche fue a escuchar tango al Café Tortoni; ayer, en la pista, ni figuró. El español Juan Bautista Borja nunca pudo dar ayer más de cuatro o cinco vueltas seguidas, y no a causa de la lluvia. Todavía no me recuperé de mi problema en el ciático admitió. Pero el que se ganó el Oscar de traumatología es el francés Oliver Jacque, que terminó segundo en 250 cm3. A los 25 años, es el más descuajeringado de todos los visitantes: este año se rompió un pie en España; en 1998, se había fracturado el tobillo en Italia; venía de romperse una vértebra en Japón 1997... Desde que debuté en el Mundial, en 1990, que vengo cayéndome acepta. Los personajes del Continental Circus son extraordinarios. El reciente campeón mundial de 250 cm3, Valentino Rossi, tiene 20 años y ya 60 carreras corridas con 26 victorias. Su cábala es usar un calzoncillo gris a rayas, todo agujereado. Dicen que es el más loco de todos: ayer no lo pareció, porque como no anda bien bajo la lluvia, apenas si dio 11 vueltas y no se clasificó. Los italianos son mayoría en esta carrera: 16 pilotos, contra 13 japoneses (obvio) y 12 españoles. Uno de éstos, Emilio Alzamora, cree que va a salir campeón de 125 cm3 en Buenos Aires, porque aquí gané mi primera carrera, en 1994, y porque yo vivo en Lleida, cerca de Barcelona, en un barrio que se llama... Buenos Aires. Este es el Gran Premio más importante de mi vida. Alzamora entró ayer 17º, mientras su rival en el título, el italiano Marco Melandri, quedó segundo (pero no conforme). Con 17 años y 115 días, Melandri puede ser mañana el campeón mundial más joven de la historia. Disimulado en el pelotón de las 500 se encuentra el australiano Anthony Gobert. Ayer se clasificó 11º, sobre una insólita moto de marca Muz-Weber. Gobert era piloto hace tres años del equipo oficial Suzuki, que a mitad de temporada sospechó de su profesionalismo y pidió un antidoping sorpresivo a las autoridades de la FIM. El control dio positivo, Suzuki lo despidió del equipo inmediatamente, sin darle chances de defensa, y lo incineró en público. Gobert retornó discretamente hace tres carreras... Estos son los tipos capaces de subirse a dos ruedas y acelerar una moto de 500 cm3 a 278,4 km/h, como ayer el francés Regis Laconi. Hoy, si la pista está más seca, podrán rasurarle la barba a Dios...
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