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SE FUNDO EL 29 DE OCTUBRE DE 1975
El día que nació el Cóndor

Un juzgado en París ya tiene los documentos fundacionales de la Operación Cóndor, que coordinó la guerra sucia en el Cono Sur. Página/12 accedió en exclusiva a las actas de la primera reunión en Chile para establecer un sistema de secuestros y muertes.


Página/12en Francia
Por Eduardo Febbro Desde París

t.gif (862 bytes) Los militares que participaron en la multilateral de la represión política que fue el Operativo Cóndor tenían una noción muy precisa de su trabajo y una serie de estructuras secretas dignas de la Edad Media. El juez francés Roger Leloire que instruye la causa contra el general Augusto Pinochet y varios militares argentinos, entre ellos Jorge Rafael Videla, que podría ser juzgado en París igual que el capitán Alfredo Astiz, tiene en su poder una serie de documentos de suma importancia sobre el funcionamiento y la manera en que se montó el Operativo Cóndor. Página/12 tuvo acceso a algunas piezas esenciales de ese dossier, entre las que se destacan el documento fundador de todo el andamiaje Cóndor. Fechado en Santiago de Chile el 29 de octubre de 1975, el documento de 11 páginas define los “Fundamentos”, la “Proposición”, los “Países participantes”, la “Sede del sistema y visión general”, el “Esquema orgánico”, la “Mecánica de consulta”, el “Programa general” y el “Programa de trabajo” –capítulos IV, V, VI, VII y VIII–. Los servicios de inteligencia basan la creación del llamado “Mando centralizado” en el argumento ideológico según el cual la “subversión se encuentra presente en nuestro continente amparada por concepciones político-económicas que son fundamentalmente contrarias a la Historia, la Filosofía, a la Religión y a las costumbres propias de los países de nuestro Hemisferio”. En cuanto a la razón “práctica” de la existencia del plan Cóndor, el documento hace hincapié en el hecho de que mientras “la subversión ha desarrollado mandos intercontinentales, continentales, regionales y subregionales”, los países que “están siendo agredidos política-económica y militarmente” sólo cuentan con “entendimientos bilaterales o simples acuerdos de caballeros”. Es con el fin de “enfrentar esta guerra psicopolítica” que se estimó necesario contar “en el ámbito internacional no con un mando centralizado en su accionar interno sino con una coordinación eficaz que permita un intercambio oportuno de informaciones y experiencias”. Los pasos operativos del plan aparecen expuestos en la rúbrica “Proposición”. Según dicho texto, el banco de datos se establecerá en “un país de los que aquí se encuentran representados” con el fin de que exista un “Archivo centralizado de antecedentes de personas, organizaciones y otras actividades conectadas directa o indirectamente con la subversión”. Precisión importante para la justicia francesa, en esta página se define cuál es el modelo del operativo: “En líneas generales, algo similar a lo que tiene Interpol en París, pero dedicado a la subversión”. Ese sistema fue previsto con un dispositivo para que cada país maneje y financie el “Banco de datos” y para que éste se vea alimentado por “Los servicios de seguridad de los países interesados de acuerdo con un funcionamiento orgánico”. En el documento obtenido por Página/12 puede verse cómo se pactó la “Mecánica de consulta”. Su esquema contiene un dato central en la búsqueda de los archivos de la represión ya que queda muy claro que antes de enviar información al “Centro coordinador”, un país “consulta” y “verifica sus propios archivos”. El llamado “Sistema de coordinación” resume un esquema clásico de organización en el cual resalta una curiosa manera de transmitir datos. La reunión inaugural del operativo elige un sistema de criptografía para transmitir datos cuyo primitivismo contrasta con los propósitos de la “cumbre”. El modelo elegido es el de la sustitución de cada letra del alfabeto por otra del “alfabeto claro” que a su vez se reemplaza por la que está abajo. La hoja tres del resumen de la primera reunión de trabajo acepta que pueden “ingresar todos los países que quieran, siempre y cuando norepresenten a países marxistas”. La Dirección de la Inteligencia Nacional de Chile asegura que está “en condiciones de ofrecer como sede del sistema a Santiago de Chile”. Todos estos detalles se verán “precisados” más tarde en una serie de reuniones convocadas por Chile, en Santiago, a partir del martes 26 de noviembre de 1975 hasta el lunes 1º de diciembre. La Justicia da una particular importancia a estos documentos ya que si bien se sabía desde antes que el plan Cóndor era operativo en una fecha previa al ‘75, los archivos revelan, en cambio, en qué momento esa cooperación se oficializó mediante la participación concertada de los demás países. La implicación multilateral de los servicios de inteligencia ha sido probada muchas veces. Sin embargo, los archivos siguen revelando una verdad cuyos lazos son infinitos. El 9 de abril de 1977, un informe paraguayo elevado a jefe del Tercer Departamento de Investigaciones da cuenta del interrogatorio efectuado el 5, 6 y 7 de abril por un “equipo de trabajo” multinacional llevado a cabo por dos militares paraguayos, dos miembros del SIDE argentino y un mayor del servicio de inteligencia del Uruguay, Carlos Calcagno. Por el SIDE participaron José Montenegro y Alejandro Stada. Según reza el informe, lo “rescatable del interrogatorio a que fue sometido Gustavo Edison Insaurralde Meliar –uruguayo– es que actúa dentro del Instituto de Historia, agrupación ideológica y doctrinaria del Partido por la Victoria del Pueblo”. En mayo de 1981, el mismo Departamento de Investigaciones recibía una carta donde se resumía el castigo al comisario Víctor Genes Espinola por haber facilitado “documentos a gentes de la organización Montoneros, entre ellos a Nelson Rodolfo Santana Scotto, José Nell y Gustavo Insaurralde”.

 


 

“Con estos documentos se puede extraditar a Videla”

Por Eduardo Febbro

t.gif (862 bytes) El abogado paraguayo Martín Almada, el descubridor de los archivos del plan Cóndor, pasó por Madrid y París con el fin de entregar al juez Baltasar Garzón en España y al juez Leloire en Francia nuevos documentos para enriquecer las causas contra los militares implicados en la desaparición de personas. Almada dio a cada magistrado documentos distintos que, según reconocieron en la capital francesa fuentes judiciales, “parecen determinantes para que las causas continúen”. Almada aseguró a Página/12 que los juicios están tan avanzados que no es imposible que Francia pida la extradición de Jorge Rafael Videla y que, incluso, se lo juzgue en París como ocurrió con el capital Alfredo Astiz. –¿Cuáles son los nuevos elementos con que cuenta hoy la justicia francesa? –Yo fui convocado por el juez francés Roger Leloire para testimoniar en mi doble condición de víctima del Operativo Cóndor y descubridor de los archivos. Traje los documentos que a mi juicio pueden contribuir a esclarecer los hechos. Lo más esencial, me parece, es el acta oficial de nacimiento del plan Cóndor que ahora está en poder del juez. Esto ocurrió en los meses de noviembre y diciembre de 1975. El plan Cóndor ya funcionaba mucho antes pero la oficialización data de esa fecha, tal como lo prueban los documentos que aporté. En esos textos puede verse cómo los servicios de inteligencia determinaron que todas las personas implicadas en el plan Cóndor tuviesen inmunidad diplomática. Paraguay fue elegido como banco de datos del Cóndor sin perjuicio de las actividades de cada país, que contaban con sus propios bancos de datos. –Y esos bancos de datos, ¿todavía existen? –A la luz de esos documentos se hace obvio que en la Argentina tiene que haber archivos. En el fondo, si se analiza bien la estructura del plan Cóndor, se trata de acción directa. Podemos citar el caso argentino a través de mi compañero de celda, Almircar Santuchon, con quien yo pasé dos años detenido. El sufrió como yo el mismo tratamiento, ambos fuimos llevados ante un tribunal militar secreto, en donde se notaba la presencia de agregados militares argentinos que acudían a los interrogatorios. Inclusive tenemos a la gente de la Armada argentina que se ocupó especialmente de las víctimas del Cóndor. Pienso que de ahora en más, con los documentos que aportamos, las investigaciones que está llevando a cabo el juez van a avanzar mucho más rápido. La Justicia tiene ahora el panorama total: en qué consistió el Cóndor, cómo se montó, cuáles fueron sus fundamentos. Nunca hay que olvidar que para Pinochet esto era una guerra. Estoy convencido de que a la luz de lo que entregamos ahora se podrá pensar seriamente en pedir la extradición del general Videla. Por eso yo también pedí que se solicite la extradición de Stroessner. Las pruebas existen para enjuiciar a todos los militares del Cono Sur que fomentaron el terrorismo de Estado. En lo que atañe directamente a la Argentina, aporté nombres de personas, nombres de autoridades argentinas y paraguayas implicadas en la persecución y desaparición de franceses, en la Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. –El hoy exiliado general Oviedo, ¿tuvo que ver algo con el Cóndor? –No tenemos elementos para probarlo. Presumo que un hermano de él, un tal Oviedo Silva formado en la zona del Canal, está metido en la cosa. Pero el mismo Oviedo no aparece. Nosotros tenemos la lista de los militares paraguayos formados en la zona del Canal y preparados para el terrorismo de Estado. –¿Quiénes eran los más activos dentro del Cóndor? –Los agregados militares de los respectivos países. Estos tenían mucho más poder que los mismos embajadores. Hemos encontrado, por ejemplo, que Cóndor no era una única y compacta. También había contradicciones entre sus miembros. Los informes internos de las autoridades paraguayas decían,por ejemplo, que los argentinos eran flojos en la cooperación. Paraguay quería a toda costa la cabeza de un médico al que la Argentina no quería entregar. La Argentina era criticada por su falta de cooperación. En Paraguay se torturaba a argentinos y se los entregaba. Buenos Aires no hacía lo mismo, se negaba a entregar a ciertas personas. –¿El juez le adelantó la posibilidad de un juicio a Videla en París? –Pienso que el juez Leloire va a pedir la extradición de Videla a Francia y también la de los miembros de la junta y sus encubridores. Videla podría ser juzgado igual que Astiz. La ley francesa prevé la figura del reo prófugo. Por eso no debemos limitarlo todo a Pinochet. También deben venir enjaulados a Europa Videla, el uruguayo Gregorio Alvarez, el brasileño Figueiredo y Stroessner. –¿Qué informaciones suplementarias le entregó al juez Garzón en su última entrevista de esta semana? –Documentos y testimonios sobre Pinochet, Stroessner y Videla. Llevo piezas del archivo de Asunción que los comprometen a todos. Aún quedan muchísimos documentos más en el archivo de Asunción. Estimo que apenas hemos escrutado el 10 por ciento. Pinochet, Videla, Stroessner, Figueiredo y Alvarez están acorralados por sus propios documentos: son un total de 5 toneladas de piezas. Ellos nos negaron el derecho a la vida, entonces no se puede hacer como si nada hubiese ocurrido. Lo que estamos haciendo en Paraguay es colaborar con la Justicia universal para que no haya otro Oviedo, otro pretendiente, otro Mesías que quiera dar golpes y pretenda salvar a la civilización occidental y cristiana. –Usted le pidió a la Unesco que el archivo de Asunción sea considerado patrimonio de la humanidad. –Así es. Es una forma de proteger esos documentos. –¿Dónde piensa usted que pueden estar los archivos de la dictadura argentina? –Recuerdo un viaje que hice a Togo, hace algunos años, cuando era funcionario de la Unesco. Recuerdo que en Lomé, la capital de Togo, alguien me dijo que había muchos argentinos instalados en ese país de Africa. En el ínterin de la transición democrática argentina un contingente de militares argentinos se instaló en Togo donde compraron plantaciones diversas, creo que tienen plantaciones de ananá. Pienso que a lo mejor en Lomé podemos encontrarnos con sorpresas.

 

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