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Boca anda bien de la cabeza


Por Facundo Martínez


1 Lo que se dice de la cabeza, Boca anda fenómeno.bu03fo01.jpg (7691 bytes) Al menos eso demostró el equipo frente a Central. Porque en Rosario ganó un partido clave, y con ese triunfo renovó sus aspiraciones en la lucha por el título. Y no sólo volvió a la victoria, sino también al juego al que había acostumbrado a sus seguidores (y detractores), por lo menos en el último torneo. Es que desde algún lugar remoto del inconsciente brotó el Riquelme de siempre; el creativo, el incisivo, el atrevido, el desequilibrante. Reapareció con todas sus luces y contagió a los demás. Todo Boca, con su sello, fue más mental. Hasta Moreno se llevó un gol con la frente. El cuadro depresivo, que comenzó con la pelea por los premios y con la no definición de los contratos de varios jugadores, y que se agravó después de la derrota frente a River, se dio vuelta de plano.
2 Algo, mejor dicho mucho, tuvo que ver en esta mejoría, la renovación del contrato de Carlos Bianchi, que seguirá en el club hasta diciembre del 2001, en el primer gesto de buena voluntad de la dirigencia en lo que va de este torneo Apertura.
3 Lo expuesto en el punto anterior no es sólo una casualidad. Tiene elementos sobre los cuales fundarse. Las reacciones de los jugadores antes y después de asegurada la continuidad del técnico no deja duda alguna al respecto. El capitán, Diego Cagna, por ejemplo, había sugerido: “Si dependiera de mí, no demoraría un segundo en arreglar con Carlos”. En tanto que Gustavo Barros Schelotto comentó sobre seguro: “Lógicamente que el arreglo al que llegó Bianchi nos dio tranquilidad para encarar los entrenamientos y el campeonato”. Dos voces, uno por cada foco de tensión (premios y contratos) y un sólo mensaje: Hay que cuidar el cuerpo porque no se puede pelear con la panza vacía.
4 Boca levantó varios puntos en su autoestima tras su paso por el Gigante de Arroyito. No le ganó a cualquiera; le ganó a Central que en un par de fechas antes le había pintado la cara a San Lorenzo. Le ganó al que, en teoría, aparece como el rival más difícil de los que quedan hasta el final del campeonato. Es cierto que la suerte le dio una mano importante (no deberá olvidarse que, con el partido 1 a 1, Pizzi reventó una pelota contra un poste mientras el colombiano Córdoba sólo rezaba), pero Boca ayudó con una actitud ganadora que no se le había visto más que en un par de veces en todo el torneo.
5 La cosecha que hizo en Rosario el equipo del estabilizado en su puesto Bianchi, duplica su valor si se tiene en cuenta que, un par de semanas antes, casi los mismos jugadores habían paseado su sombra por el Monumental. De una derrota en un superclásico se puede empezar a salir con una victoria, pero si además esa victoria llega como producto de una actuación sólida, la cabeza se puede levantar mucho más. Los resultados del domingo terminaron de acomodarle a Boca la chapa de candidato al título, pero su mayor logro en el fin de semana fue su propia resurrección futbolística.
6 Para ayudar a la mejoría general del cuerpo boquense, Maurico Macri debió combatir algunos síntomas peligrosos retrocediendo unos pasos en su concepción administrativa del fútbol y aceptando el juego de los otros. Quizá porque se vio amenazado por un nuevo frente, además de las demandas del equipo: el que se le abrió con la aparición en escena del máximo opositor a su reelección, el ex vicepresidente Carlos Heller, quien en plena campaña advirtió: “Bianchi es un entrenador barato”, como para que no queden dudas de que la fórmula Antonio Alegre-Carlos Heller no iba aperdonar, de cara a las elecciones, la discontinuidad del técnico. Macri perdió la pulseada del regateo, a pesar de sus argumentos financieros, matemáticamente correctos, pero políticamente desacertados. La ruptura con el Coti Nosiglia contribuye a la intranquilidad de Macri.
7. También hay otro quiste en el cuerpo de la administración Macri: El caso Martín Palermo. La relación del goleador con los dirigentes se deteriora día tras día, y más ahora después de las versiones sobre la frustración de su pase al Lazio. Ya que el goleador, y su representante Gustavo Mascardi, no aceptaron en nada el desenlace de las negociaciones entre el máximo dirigente de Boca y el presidente del Lazio, Sergio Cragnotti. Macri asegura que, en diciembre, Palermo se irá a jugar al club italiano, aunque por la dudas dice que también están interesados en el goleador otro club italiano y uno francés; y Cragnotti, al igual que Mascardi, no se muestra tan seguro de que el pase se concrete, porque su interés no pasaba del mes de setiembre. Conclusión: los 15 millones, por ahora, están volando.
8. Herido, Palermo afirmó: “Ni Boca ni yo somos los de antes”. Y, mientras sigue haciendo goles, le reclama a Macri que, desde que se dilató el tema, no volvió a hablar con él, una reunión para cantarle sus penas. “Hay complicaciones por los lesionados .-dijo Palermo.-, pero no todo pasa por lo físico; es que no somos el mismo equipo de antes y ahora tendremos que salir adelante sacando voluntad y fuerza interior”, había dicho antes del partido contra Rosario Central. Ahora es otra la corriente sobre la que debe circular el goleador; ahora Palermo guardará su fastidio en el freezer en la medida en que los hinchas pongan a calentar las ilusiones del tricampeonato.
9. Mientras Macri sigue amenazando con el sueño de un equipo “fatto in casa”, es decir con jugadores de las inferiores que puedan ser vendidos al exterior, Bianchi encontró una interesante salida de emergencia a la ausencia del colombiano Serna, con el pibe Battaglia. El chico fue en Rosario una figura clave en el mediocampo. El otro pibe que entró como titular fue Emanuel Ruiz, quien había llegado en el paquete de juveniles comprados a Argentinos Juniors junto con Riquelme y La Plaglia, entre otros. Cada vez que Bianchi o el mismo Macri revisan las ecografías para ver qué depara el futuro no ven nada claro. Por ahora, hay que seguir apostando a los importados, mientras sigue recuperándose el pibe Adrián Guillermo, que fue importante en la fase final del primero de los títulos.
10 Lo concreto es que, de los jugadores de las divisiones inferiores, el único que se consolidó es Rodolfo Arruabarrena, titular indiscutible. Arruabarrena es justamente uno de los que no renovó todavía su contrato como sí lo hicieron Bianchi, Serna, Bermúdez y Basualdo. Además de Arruabarrena, también tienen que arreglar Ibarra, Barijho y los mellizos cuyo futuro aparece incierto. El futuro, en general, es bastante incierto, pero para calmar los nervios, en el presente Boca sigue dando pelea en el campeonato. Y todo indica que lo seguirá haciendo hasta la bandera final.

 

 

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