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PORTO, CUARTO EN
BUENOS AIRES
“La mejor carrera de mi vida”
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Por Pablo Vignone

En la moto, el piloto es el 60 por ciento de la ecuación y la máquina, sólo el 40; en la Fórmula 1, la ecuación se invierte: 60 el auto, 40 el corredor. Por eso me divierto más en las motos, porque el resultado depende mucho más de mí”. La reflexión de Max Biaggi, subcampeón mundial de 500 cm3 y segundo en la carrera de cierre de temporada, que a principios de año probó una Ferrari de F-1, parece pensada a propósito para reflejar la mejor actuación de Sebastián Porto, el mejor motociclista argentino, que ayer en la pista de Buenos Aires cumplió su mejor actuación desde que corre en el Mundial, un cuarto puesto con sabor a triunfo.“Es uno de los mejores momentos de mi vida –señaló el rafaelino después de la carrera de 250 cm3–, un resultado espectacular que corona un año bárbaro, el mejor de mi carrera”. Los méritos del santafesino se potencian si se tiene en cuenta que, desde la tercera de las 25 vueltas, “se bloqueó el cambio automático: cuando la moto llegaba a 13.200 rpm, yo tenía que cortar el acelerador para poder meter el cambio, lo que me hacía perder velocidad en la pista”, explicó Porto. Su Yamaha tenía ya 15 km/h menos que las motos oficiales, pero aun así, se las ingenió para ganar la batalla que más lo obsesionaba: la de superar al japonés Shinya Nakano, que corría con una Yamaha oficial.“Este cuarto puesto es importante, pero no decisivo para que yo pueda manejar el año que viene, una Yamaha de fábrica –se atajó Porto–. Todo depende de que la fábrica decida hacer correr una tercera moto oficial”, porque el equipo ya tiene a sus dos pilotos para el 2000, Olivier Jacque (el ganador de ayer), y el nipón, con quien Porto se enfrascó en una lucha cerrada: Nakano le arrebató el cuarto lugar en la largada, Porto lo recuperó en la vuelta 16, lo perdió de vuelta en la 18ª, y lo doblegó definitivamente en la 22ª. Así, Porto cerró su año con 98 puntos y el noveno lugar final en el torneo.“No me esperaba este resultado en mi país –seguía, locuaz como nunca, el argentino, en su box junto al italiano Giorgio Semprucci, su director deportivo–. Pero me exigí mucho, no me equivoqué, me vi muy seguro en los frenajes, esperando el hueco para pasar sin arriesgarme a una caída. Lo más importante de esta carrera es que pudo mezclarme con el grupo de punta y pasarlos”. Si no es la moto oficial, espera una Yamaha carrera-cliente con un kit especial de competición. “Con una moto oficial puedo pelear la punta”, se ilusionó.–¿Y ganar carreras en el 2000? –preguntó Líbero.–Podría, sí, ganar carreras, pero hay que empezar a trabajar desde ahora. Las Aprilia arrancan las pruebas del 2000 en 15 días...El Gran Premio de motociclismo no tuvo el marco que se esperaba (una pena para la gente de la organización, que lo hizo a pulmón y merecía más suerte), con una victoria inapelable del hijo del Marciano Favorito, Kenny Roberts Jr., en 500 cm3, y una definición increíble del campeonato en 125 cm3: el catalán Emilio Alzamora, que vine en el barrio Buenos Aires de Lérida, le ganó el título por un punto a Marco Melandri, que ganó la carrera e hizo de todo en la última vuelta para hacer caer a Alzamora, quien no ganó ni una sola carrera en el año, y cuyo hincha más conspicuo en la tribuna fue el chef Karlos Arguiñano...

 

 

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