SUBRAYADO
Paisaje tras el turbión
Por Julio Nudler |
Cuando se aleje el ciclón,
podrán evaluarse los daños, piensan los aliancistas preocupados por saber en qué estado
quedaron las empresas pequeñas y medianas después de cinco trimestres de recesión.
Ellas no sólo no contaron con la inflación para licuar sus pasivos, sino que tampoco
éstos crecieron en términos reales por la deflación. Y ahora llega el nuevo gobierno y,
para empezar, promete mayor presión tributaria. Al deterioro patrimonial causado por la
recesión se sumó una endurecida política crediticia de la banca, alentada por el Banco
Central a cerrar todos los grifos, mientras la creciente demanda de fondos por parte de
Hacienda por la combinación de un mayor déficit fiscal y una extrema dificultad en
hallar fuentes de financiación en el exterior les dio a los banqueros la
oportunidad de refugiar su liquidez excedente en papeles de deuda pública.Más allá de
las preferencias de Pedro Pou, también es cierto que la banca extranjera, ampliamente
dominante hoy en el sistema, sobrerreaccionó ante la crisis y buscó aislarse del virus
purgando la cartera crediticia. Así, en los primeros siete meses de 1999 la mora subió
de 12,5 a 14,0 por ciento del saldo total de préstamos, lo que puede entenderse como un
empeoramiento muy módico. En ese mismo lapso, el crédito del sistema permaneció
estancado en menos de 76 mil millones, mientras los depósitos subían de casi 78 mil
millones a 83.600, lo que da una buena idea de la desfinanciación sufrida por el sector
privado real. También es verdad, sin embargo, que las pymes están ya acostumbradas a
prescindir del crédito bancario, y por tanto sufren menos cuando los banqueros se sientan
sobre la plata. Algunos analistas creen que, así como lo peor de la recesión ya pasó y
el tándem De la Rúa/Machinea tranquiliza a los operadores, también el crédito
reaparecerá en los próximos meses. Entre otras cosas, porque los últimos bancos
argentinos se vendieron a alto precio y sus adquirentes necesitan mostrarles mejores
resultados a sus accionistas. La percepción del riesgo determinará el ritmo de
recuperación, y también será decisivo el éxito que logre el futuro equipo en evitar
que el Tesoro siga desplazando al sector privado en los activos de los bancos.Tras el
tequila, el Gobierno persiguió como prioridad el fortalecimiento del sistema bancario.
Ahora la Alianza quiere correr el énfasis hacia la reducción en la tasa de interés
porque sus obsesiones se llaman competitividad y empleo, sin olvidar también que tasas
más bajas implican ganancias más altas y, por tanto, mayor recaudación, en los papeles
al menos. |
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