|
EL MUSICO LE
RECLAMA AL PRESIDENTE URUGUAYO POR EL NIETO DE GELMAN
Carta abierta de Fito Páez a
Sanguinetti |
Por Fito Páez
Presidente Sanguinetti:
Hágame el favor, por el amor de Dios, devuelva la luz en la casa de Juan. Dicen que usted
puede, que se lo prometió. La casa de Juan es grande, con jardines, laberintos y sin
paredes, pero mire es tan grande la casa, que yo vivo ahí hace no me acuerdo cuánto
tiempo y a él no lo conozco. Pero si vuelve la luz, que usted prometió, va a alumbrar
tupido y nos va a alumbrar a todos. No vaya a ser cosa que sea usted de esos que se meten
todas esas palabras en la boca y después se las pase por el culo, con el perdón del
presidente, porque lo que se pasan por el culo son a los muertos, sabe, y a los vivos, y a
los niños y a los viejos y al pasado y al futuro y la casa de Juan necesita luz, de la de
ver, de la otra tiene, mucha y hace mucho. Ahora estoy jugando con mi hijo que es
chiquito, recién cinco meses, pobrecito y es tan bonito y lo quiero tanto y todavía
falta ir a la plaza, al cine, a visitar a la abuela, a la escuela, los cumples, tanta cosa
que sabe que es lo que me imagino, que si un día alguien le hace algo, si le pegan digo o
me lo matan, soy capaz de volverme loco, sabe, porque yo soy medio revirado, si no
pregunte acá en la casa, cuando se meten con los míos me vengo loco y me tienen que
agarrar entre cinco o seis por lo menos. Presidente, déjese de joder, que esto no es
joda. Sea usted el primero y rompa el pacto de silencio, si no le van a hacer nada. Qué
le van a hacer, lo van a retar, si aparte, ya se va. Sea noble presidente, como los vinos,
añeje bien, aparte usted lo prometió. No va a querer quedar como un cretino, porque
aparte no sabe cómo lo quieren a Juan por acá. Lo quieren porque le cuesta mentir,
pobrecito y por la Cólera buey y porque dicen que es tan buen tipo que se traga la pena.
Sí, que no come como hace veinte años casi, o más, que se come la pena, se alimenta de
pena, me entiende. Del hijo, sabe, y de la mujer, su nuerita. Al pibe lo mataron de un
balazo en la cabeza y a ella la llevaron a sus pagos, presidente, embarazada y los milicos
le afanaron al hijito y después la balearon. El chiquito es el nieto de Juan y hace más
de veinte años que lo busca, pobre hombre. Presidente, hágame el favor y mande a poner
la luz en la casa de Juan, que es grande, con jardines y laberintos y sin paredes y nos va
a alumbrar a todos y después vuelva a su casa, mire a su hijo y agradézcale a Dios, ese
espejo enrarecido de los hombres, la posibilidad que le dio de poder dormirse esa noche
con la conciencia tranquila.
|