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Por Santiago Rodríguez Héctor Lombardo asegura que con Fernando de la Rúa "nunca hablamos de cargos". Lo cierto es que el presidente electo lo designó, por ahora, para coordinar la transición en el área de Salud, pero Lombardo habla como si fuera a asumir ese ministerio el próximo 10 de diciembre. Dice que el objetivo de la Alianza será "que la salud llegue a todos por igual" y propone reeditar a nivel nacional lo que se hizo en la ciudad de Buenos Aires, donde "se le dio prioridad al área y se votó el presupuesto más alto de la historia", aunque aclara que habrá que ver "cuál es la realidad económica que encontraremos en el país". El secretario de Salud porteño sostiene que "no venimos a pelear con los sindicalistas", aunque advierte que "habrá que revisar" el decreto que hace poco firmó Carlos Menem y que devolvió a la CGT el manejo de los 360 millones de pesos para las obras sociales.
--¿En qué estado encontrará el próximo gobierno el área de salud? --Vamos a recibir un ministerio sin muchos inconvenientes para los planes que está realizando. Ahora, vamos a encontrar también algunas carencias con respecto de lo que interpretamos que debe ser el ministerio. --¿Cómo debería ser para usted el Ministerio de Salud? --Este ministerio no tiene una política definida de salud. Cuatro o cinco programas y el hospital de autogestión no son una política de salud. --¿Usted seguramente va a decir que no sabe si será ministro, pero... --No, no lo sé porque nunca hablamos de cargos con De la Rúa. --Bueno, pero Alberto Mazza ha sido un ministro de muy bajo perfil, ¿cómo imagina que será el suyo o el de quien asuma la cartera de Salud? --Un ministro es un poco lo que de su ministerio es la política que el gobierno tiene. Este gobierno careció de políticas sociales y los ministerios sociales no tuvieron, por lo tanto, significación. Acá hubo un primer ministro que fue siempre el de Economía y que marcó el ritmo de todo. Distinta es mi situación en la ciudad, donde para De la Rúa la salud es una prioridad y se votó el presupuesto más alto de la historia. --¿Y no habrá problemas para priorizar la salud a nivel nacional? --No sé si no habrá problemas. Habrá que estudiar cuál es la realidad económica que encontraremos en el país. Además, es distinto: las acciones de la ciudad dependen del presupuesto de la ciudad; las de Salud, de la Nación; no todas dependen del presupuesto del ministerio, porque hay también presupuestos provinciales, de la seguridad social y privados. El ministerio tiene que fijar una política integradora de los sistemas. --¿Cómo evalúa la desregulación de las obras sociales implementada por este gobierno? --Cuando arrancaron con el Proyecto de Reconversión de las Obras Sociales había 350 y ahora hay 250, con lo cual de hecho no se transformó en mucho la situación. Por otro lado, en el sistema de obras sociales hay que fijar una nueva política de acción, para estimular y casi diligenciar su acción hacia la medicina preventiva. --¿Esto es lo que la Alianza se propone hacer con las obras sociales? --Es uno de los aspectos. También hay que trabajar en la normatización, la regulación y la transparencia en la gestión. Toda la seguridad social está muy sospechada. Aquí a nadie escapa que hay recursos que no llegan a los lugares destinados y basta el ejemplo de la obra social más importante, que es el PAMI. --¿Considera que el PAMI debería seguir en Presidencia o pasar a otra área? --Creo que Salud debe hacer la salud. Todavía no lo hemos discutido, pero si bien el PAMI es un ente autárquico, tiene que trabajar muy emparentado con Salud. --¿Cómo será la relación con las obras sociales sindicales? --No venimos a pelear con los sindicalistas. Lo que hay que entender es que las obras sociales deben brindar servicios a sus afiliados. Hoy sabemos que este servicio es deficiente. --¿Qué piensa hacer con el decreto que firmó Carlos Menem y que devuelve a la CGT el manejo de 360 millones de pesos para las obras sociales? --Habrá que estudiarlo porque éste es un decreto que tiene pocos días en un gobierno que se está yendo. Es una medida apresurada que no se debió haber tomado. Se trata del Fondo de Redistribución, integrado con el 10 por ciento que las obras sociales en su totalidad aportan para equilibrar el sistema, ya que hay obras sociales que tienen mayores ingresos y otras que tienen menos. Aquí lo que se le da a la CGT es la posibilidad de manejarlo. --O sea que ése será un punto de conflicto. --No tenemos por qué tener conflicto. Lo que hay que entender es una cosa: la salud tiene que pasar a ser una prioridad en el país. Se la enuncia como un derecho inalienable, pero es un derecho que muchos argentinos no pueden ejercer porque hay mucha gente que está fuera del sistema y no tiene protección. Esto es lo que tenemos que solucionar, que la salud llegue a todos por igual. --¿Cómo extenderán la cobertura a esa gente que quedó fuera del sistema? --Esa gente era cliente del hospital público que, durante muchos años, tuvo muy bajo presupuesto y una política de agravio hacia él mismo. Vamos a hacer en el país lo mismo que hicimos en la ciudad: primero, poner a los hospitales públicos de pie; segundo, reconvertirlos para que tengan un mejor servicio para la gente y una atención digna; y después, vamos a implementar la figura del médico de cabecera, que es el primer nivel de atención. Este es el modo de atender a todo el sector marginal, tratando de trabajar, fundamentalmente, con una estrategia de atención primaria, donde la prevención tiene un rol primordial. --Siempre se dice que en el área de Salud hay recursos, pero se gastan mal, ¿coincide con esa apreciación? --Es así. Si a alguien le dieran una goma para borrar todo lo que hay en salud y le dijeran "tome 60 pesos por cada argentino y haga un plan de salud", cualquier mediano sanitarista lo haría y con mejores resultados que el que tenemos. El dinero es suficiente, pero el problema es cuando se duplica la oferta. Cuando se compra un aparato que vale un millón y medio de pesos y está encajonado desde hace cinco años, significa que hay recursos mal utilizados. --¿Cómo encarará el ministerio la lucha contra el sida? --Lo más trascendente en sida es la prevención. Para no enfermarse hay que conocer el mejor método con el cual se puede evitar que el virus infecte. El otro aspecto es el problema del diagnóstico y la terapéutica, en lo cual avanzamos enormemente en la ciudad. Y un tercer punto es la provisión de drogas, que está garantizada por ley y con la cual vamos a seguir.
--¿La difusión y entrega de preservativos formarán parte de las campañas de prevención? --Lo que hay que hacer es educar a la gente, darle información correcta y adecuada. Siempre se ha planteado como un problema preservativo sí, preservativo no, pero mucho más importante es hablar de la promiscuidad, de las vías de contagio y, en algunos casos, cambiar la cultura de la gente. --El Congreso cajoneó hace unos años una ley de salud reproductiva, ¿piensan impulsar una nueva desde el Ejecutivo? --En ese sentido se necesita un desarrollo muy armónico con la educación. Hay que difundir muchos aspectos, pero desgraciadamente este tema fue tabú durante mucho tiempo, formó parte de una identificación con los problemas morales y se informó poco.
--¿Acuerda con la implementación de la educación sexual en los colegios? --Hay una cantidad de problemas sociales que son derivados de una patología sexual en los que hace falta educar a la gente. La estrategia de atención primaria fija la norma de la prevención y de la educación para la salud y en ese marco están incluidos todos los aspectos que hacen a la vida de la gente. --¿Y en cuanto al reparto gratuito de anticonceptivos en los hospitales? --Eso debe hacerse con todo lo que signifique el resto de la política porque en forma aislada tampoco sirve. Aquí se hace una política integral o serán simplemente cañitas voladoras. --En la discusión del proyecto de ley de fertilización asistida, que también quedó trabado en el Congreso, se plantearon dos posiciones, una más restrictiva y otra más amplia, que contemplaba por ejemplo el congelamiento de óvulos. ¿Impulsarán nuevamente ese debate? --Tendremos que informarnos con respecto a cuáles son las posiciones. Esto es un avance científico que debe estar en concordancia con lo que son todas las normas culturales y morales que existen en nuestro país.
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