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Por Adrián De Benedictis La vida de un futbolista puede sufrir vuelcos a lo largo de su carrera. Pero hay casos en los que el dolor es más profundo cuando se rompen las ilusiones, y la alegría se hace más grande cuando se alcanzan los objetivos. Y entre esos dos polos parece estar destinado el camino de Leonel Fernando Gancedo que, recién ahora, a los 28 años, puede sentir el placer del éxito y el reconocimiento, luego de formar parte de una historia cargada de bronca e impotencia. No sólo porque River, su equipo, es puntero del Torneo Apertura '99, sino porque el Pipa es uno de los pilares del equipo. La posibilidad concreta de volver a conquistar el título en este Apertura toma forma a sólo siete encuentros para el final del campeonato. Sin embargo, Gancedo prefiere no adelantarse y tomar las cosas con más tranquilidad: "Las chances de ser campeón están para todos los que están en la pelea, no sólo para River. Pero creo que hay que pensar partido por partido, así después no nos llevamos ninguna sorpresa. Lo más importante es que no dependemos de nadie, y tenemos que preocuparnos sólo por lo que hacemos nosotros". Si bien donde más cómodo se siente Gancedo es jugando como volante central, de a poco logró adaptarse a su nueva función sobre la izquierda del mediocampo. La ida de Sergio Berti dejó un lugar vacante, y él se adueñó de esa plaza: "Al principio se me hacía difícil porque me corría hacia el medio y quedaba un hueco por mi sector. Pero con el correr de los partidos pude afirmarme y trato de cumplir el ida y vuelta que pretende el técnico", remarca. Sin duda, uno de los puntos más difíciles que tuvo que atravesar Gancedo fue su cambiante relación con el técnico Ramón Díaz. Al principio, el diálogo era cordial y con bastante frecuencia. Pero de pronto todo cambió, y la comunicación se limitaba a sólo un saludo de rutina. "Fue un tiempo que prefiero olvidar. No hablábamos nunca y no podía saber por qué no me tenía en cuenta. Entrenaba como siempre pero no jugaba", recuerda el protagonista. Si hasta su ausencia en el conjunto titular fue tema para el presidente Carlos Menem: "En una oportunidad, él opinó que tenía que jugar, hasta me pidió para la Selección. Y todo sin llegar a jugar ni siquiera tres partidos seguidos". Por suerte para Gancedo el tiempo pasó, y gracias a una gran dosis de sacrificio, su presente cambió completamente. El ex jugador de Argentinos se convirtió en una pieza clave en este River puntero: "Las cosas me están saliendo bien, pero creo que el equipo está teniendo un buen nivel, y eso hace que cada uno esté confiado para intentar cosas", explica. El triunfo del superclásico frente a Boca significó un respaldo anímico muy importante para el equipo, y así lo grafica Gancedo: "Estamos en un momento de alegría y disfrutando el haber ganado ese partido, al que sumamos la satisfacción de haber derrotado a Newell's en un partido difícil y así ser únicos punteros".
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