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CADA VEZ HAY MAS PROGRAMAS DE TV QUE DEDICAN SU TIEMPO A LA PROPIA TV
Una pantalla dentro de otra pantalla dentro de...

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En un momento fue un recurso novedoso, pero hoy el fenómeno parece una epidemia. Gastón Pauls, Víctor Laplace, Carlos Monti y Miguel Rodríguez Arias analizan el fenómeno.


Por Mariano Blejman
t.gif (862 bytes)  Hay teóricos de la comunicación que sostiene que lo que ocurre en las pantallas de algún modo representa al televidente. Hoy, cuando una enorme y creciente cantidad de programas de aire se dedican casi exclusivamente a reflejar lo que sucede en otros programas, aquella teoría debería ser reemplazada por una aún por formular, que acaso sea la del espejo que refleja un espejo, que refleja a otro espejo, etc. El juego parece ser el siguiente: María Laura Santillán invita a Jorge Guinzburg a su programa, y hablan sobre su vida sentimental y su historia. Ambos son figuras del 13. Luego Guinzburg invita a María Laura a su ciclo y conversan sobre problemas coyunturales de tinte picaresco. Después, Guinzburg invita a Graciela Alfano y Moria Casán invita a Graciela Alfano. Más tarde Moria invita a Guinzburg, y sólo falta que Graciela tenga un ciclo donde invitar a Guinzburg y a Moria. Luego, todos hablan de lo sucedido en programas de chismes como "Rumores" o "Indiscreciones". Para cerrar el círculo vicioso, programas como "PNP" o "Televisión Registrada" muestran lo que sucedido desde la ironía y resaltando los errores.

¿Qué sucedió en la pantalla durante todo este tiempo? Nada. Un cúmulo de caras conocidas yendo de un programa a otro, cumpliendo el papel que mejor les sale: hacer de famosos. Sin embargo, esto puede generar un monstruo que se los termine comiendo. La historia dice que bien ya en su albor el formato televisivo se planteó como puro entretenimiento, la posibilidad de jugar con el nuevo lenguaje creó espacios dedicados al arte, la cultura y el periodismo, y originó lugares que hablaban sobre lo que sucedía en otros sectores de la misma televisión. El backstage o detrás de pantalla. Estos espacios funcionaron como metalenguajes, a modo de reflexión sobre "lo general", pero no como centro de todo lo que sucedía.

Hoy la televisión parece haberse reducido a un gran "detrás de pantalla". Cada vez que sena24fo01.jpg (12220 bytes) produce un achique en las inversiones publicitarias y hay períodos de recesión, las grillas de los canales (sobre todos los de aire) se plagan de programas de baja producción, con artistas invitados que trabajan de entrevistados. En este momento son al menos quince los programas que se dedican a hablar sobre lo que sucede delante, en el medio y detrás de la "caja boba". Todos desean averiguar sobre romances de famosos, qué hacían de chicos los noteros estrella, o invitar a charlar a conductores de programas en los que se invita a charlar a conductores de programas. Y los actores ya se están enojando. Víctor Laplace graficó su postura, al ser consultado por Página/12 con este frase: "A mí me pagan para que cuente historias, no para que cuente mi historia". La Asociación Argentina de Actores, como anticipó este diario, quiere recuperar los espacios de ficción, proponiendo --entre otras medidas-- que los actores no asistan a programas de entrevistados.

Desde Mirtha Legrand en América (en sus dos versiones, una gastronómica y otra de entrecasa), "La Biblia y el Calefón" de Guinzburg por el 13, o "Yo amo a la TV" conducido por Andrés Percivale, todos tienen su espacio para hablar de ellos mismos. Tanto parece funcionar el fenómeno, que desde el año pasado los talk shows cambiaron su modus operandi. Al finalizar 1998, esos ciclos eran armados con gente de rasgos humildes, y trataban temáticas comunes como "yo tengo una amante ¿y qué?". Ahora sólo queda "Hablemos con Lía" (Salgado) por Azul. Moria dejó de hablar con mujeres golpeadas y ahora invita a la Alfano a "La noche de Moria". "Causa Común", conducido por Santillán, comenzó el '99 con problemas comunes, pero no tardó en convertirse en un espacio de caras conocidas.

América se aseguró un piso de rating con producciones "divertidas" a muy bajo costo, como "Viva la diferencia", conducido por Andrea Frigerio, planteo similar al de "Tal para cual", con Jorge Rossi, un entretenimiento de los famosos y sus familias por Telefé. "Sábado Bus", de Nicolás Repetto, se dedica a concentrar famosos a una cena y a regalarle a uno un auto. Le va bárbaro con el rating. En este marco, la realización de la ficción se convirtió en un nicho difícil. Ya no es posible, ni digerible para los telespectadores, una ficción barata y mal realizada. Por lo tanto, en un año de recesión económica, lo más efectivo y barato viene siendo poner caras conocidas a hablar sobre cualquier cosa, en cualquier lugar. Decenas de programas, en tanto, se dedican al chisme indiscriminado: desde "Telepasillo" (canal 13) hasta los programas de espectáculos donde se habla sobre preferencias sexuales de los artistas. Carlos Monti, conductor de "Rumores" (América) explica: "Tenemos una obsesión por lo que está pasando en la pantalla. Yo consumo muchas horas de TV y me encanta mirar tele para analizarla, pero no me considero un crítico. Soy el típico televidente medio". En la misma línea se encuentra "Indiscreciones", conducido en ATC por Lucho Avilés, y "Teleshow", por el 13 y con el inefable Marley y Federica Pais. Hasta los programas fashion y de estética cuidada como "El Rayo", su símil "Versus" y hasta "Trip" (Telefé) tienen su agenda temática basada en lo que sucede en los pocos programas que quedan dedicados a la ficción. Según Miguel Rodríguez Arias, "cuando la gente de 'El Rayo' invita a los noteros de 'CQC', lo que están haciendo es fortalecer el potencial de sus propios productos".

Entre los espacios que analizan los errores y furcios, el precursor es "Las patas de la mentira", creado por Rodríguez Arias, quien luego llevó la idea a un ciclo conducido por Lalo Mir en América. Arias, dueño de una productora, explica que "nosotros trabajábamos con la TV como si fuera un campo de estudio documental. Realizamos análisis de discursos políticos y comenzamos a ver que había cuestiones muy fuertes y que no podían pasar desapercibidas. Los programas con famosos venden por el hecho de que las personas que hablan atraen el interés de la gente. Pero la TV corre el riesgo de convertirse en un gran híbrido, donde se pierdan las diferencias y todo termine siendo gente famosa que va de un lugar a otro".

na24fo03.jpg (14805 bytes)Gastón Portal, hijo de Raúl, siguió esa línea, aunque, puede pensarse, desde coordenadas ideológicas diferentes. Gastón explica "en GP Producciones trabajan 70 personas. Hay chequeo de aire, cable e interior y corresponsales en el exterior. Se buscan errores obvios como los físicos, errores conceptuales, contradicciones e incoherencias. Y hay un aspecto más arbitrario: el humor a partir de textos sueltos, como cuando hicimos a De La Rúa y Duhalde haciendo un viaje de 'Trip'". Para Portal (h), la TV cambió con "PNP". "Al principio había una gran paranoia, recibía puteadas de todos los productores. Me enteré de que se repetían muchas tomas para no salir en 'PNP'. Después se acostumbraron. Nuestra idea es desacralizar a la televisión" explica Gastón, que les paga a los actores un bolo cada vez que aparecen en su programa. Al rubro se agregan "Televisión Registrada", con Fabián Gianola y Claudio Morgado, y "Plan B" en América. Incluso algunas secciones de "CQC", como el zapping, analizan lo que sucede en la tele con una mirada irónica.

A modo de frutilla del postre --ya fuera del aire--, se acumulan pilotos y pilotos de pequeños productores que intentan una realización distinta, pero se encuentran con que las bocas de expendio son manejadas por gerentes y empresarios que se niegan a apostar por programas diferentes. De hecho, con el material acumulado por el productor Emilio Cartoy Díaz el frustrado canal Ideas del Sur, que hoy es la productora de televisión de Marcelo Tinelli legó a anunciar "Poncio piloto", un programa dedicado a los que hacen su primer intento televisivo. Como para cerrar el círculo, el programa con los pilotos que nunca salieron por televisión... no salió por televisión. A la televisión le interesa lo que está adentro de la televisión, se sabe.

 

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