Por Nora Veiras Lo más
probable es que no haya Ministerio de Educación. Por eso es más difícil saber quién
será la cabeza. Uno de los integrantes de la comisión de transición de la Alianza
justificó en esa indefinición las dificultades para precisar quién se ocupará del
área. Obsesionados por dar imagen de austeridad, los equipos técnicos se inclinan por la
fusión de Educación y Justicia. Una posibilidad que ya causó el rechazo de la
Federación de Trabajadores de la Educación (CTERA), el gremio que hace 31 meses plantó
la Carpa Blanca frente al Congreso. La solución al problema del financiamiento salarial
es clave para cualquier reestructuración global de la política específica. En ese
marco, la fusión de ambas carteras no aparece como la señal más acorde a la prioridad
que durante la campaña los aliancistas prometieron otorgarle a Educación.Marta Maffei
dijo a Página/12 que por esa vía no sólo tendremos un ministerio sin escuelas,
sino un ministerio sin ministro. Hoy se realizará el primer encuentro entre los
enviados del futuro presidente, Fernando de la Rúa, encabezados por Cecilia Felgueras y
el ministro saliente del menemismo, Manuel García Solá. La ansiedad combinada con el
hartazgo de todos los que directa o indirectamente especulan con un futuro en el
ministerio está superando los límites de tolerancia de los mismos interesados. Sólo
esperan que De la Rúa se decida rápido. La cartera educativa era un casillero reservado
al Frepaso en el tablero de armonía diseñado al interior de la Alianza. Sin embargo, con
la decisión de darle un lugar en el ejecutivo a la ex candidata a gobernadora bonaerense
Graciela Fernández Meijide, se alteró la relación de fuerzas cuando la diputada
rechazó la propuesta de ir a Educación. Los nombres que más suenan cerca del
vicepresidente electo, Carlos Chacho Alvarez, para trasladarse al Palacio
Sarmiento son los de Ricardo Ferraro, quien coordinó el llamado Foro del Conocimiento del
Frepaso, y la pedagogadiputada Adriana Puiggrós, quien siempre sonó como posible
ministra. En los últimos meses, la legisladora visitó a casi todos los obispos para
tratar de conjurar los prejuicios de los purpurados recelosos de su pasado militante en el
peronismo de los 70. En la danza de candidatos parece haber retrocedió unos pasos
el ex titular de Educación de la UNESCO, Juan Carlos Tedesco, para quien estaba
trabajando como virtual operador el diputado radical Andrés Delich. El pedagogo conversó
con Alvarez y parecía tener el camino allanado hasta que, desde el propio Frepaso y la
CTERA, le cuestionaron su tarea de evaluación del proyecto de las llamadas escuelas
charter, pergeñadas por el gobernador puntano Adolfo Rodríguez Saá.Sin embargo, los
pareceres frepasistas no son los únicos que juegan. Pocos días antes de las elecciones,
el amigo personal de De la Rúa, Fernando de Santibañes, le ofreció al economista Juan
José Llach el cargo de ministro de Educación. La esposa de Llach fue compañera de
colegio de la futura primera dama, Inés Pertiné. En ese momento, Llach se mostró remiso
porque el paso por la función pública durante la gestión de Domingo Cavallo le dejó un
gusto amargo por los altos índices de desocupación que el plan provocó y, por otra
parte, se siente cómodo en la tarea académica. Llach es partidario de subvencionar a la
demanda, es decir una fórmula que prevé entregarle el dinero a las familias para que
financien la educación de sus hijos. Una alternativa que hasta ahora en la práctica no
ha funcionado en ningún país. El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Oscar
Shuberoff, es otro de los que aspira a saltar a Educación. Si se unifica con Justicia,
Ricardo Gil Lavedra es el nombre que se transformaría en ministro y Educación pasaría a
ser una secretaría. El ex decano de Medicina, Guillermo Jaim Etcheverry, autor del best
seller La tragedia educativa fue otro de los mencionados en las rondas del Hotel
Panamericano. A mí nadie me consultó nada, aseguró a este diario el ex
decano que intentó disputarle el rectorado a Shuberoff. Hasta el nombre de Federico
Storani,el presidente del bloque radical que habría perdido con Rafael Pascual la batalla
para la titularidad de la Cámara baja también se barajó en el entorno
delarruista.Si se mantienen, por lo menos, los 1100 millones de pesos aparte
de los 1800 que van a universidad, no habría mayores problemas en que fusionen
ministerios, especuló uno de los candidatos. En el rediseño del gabinete, Ciencia
y Técnica y Cultura también saldrían de la órbita de Educación. Se especula con
formar un área de Ciencia, Técnica y Comunicación, y Cultura integrarlo a otra de
Desarrollo Humano. Es tal la incertidumbre que en la comisión que hoy visitará a García
Solá designaron representantes Puiggrós, Tedesco, Mario Giannoni (Educación de la
Ciudad) y Shuberoff. En buen romance: educación parece ser el área donde la Alianza
tendrá, imperiosamente, que practicar el consenso hacia adentro.
FLAMARIQUE PEGO UN FALTAZO AL ASADO DEL MTA
Un cortocircuito en el debut
Por Diego Schurman
Si fuera
un libro, el primer capítulo se llamaría cortocircuito. Es que Alberto
Flamarique decidió pegar un faltazo a la cena que le organizó el Movimiento de
Trabajadores Argentinos. El candidato a ministro de Trabajo de la Alianza se enojó por la
manera en que se había filtrado la noticia del encuentro a la prensa. Los propios
sindicalistas se mostraron alterados por la forma en que trascendió la información, pero
más aún por haber sido plantados por el integrante del equipo de transición.No
cayó bien que se supiera lo de la reunión, reconocieron ayer a Página/12 desde el
entorno de Flamarique. El ex jefe de campaña de Carlos Chacho Alvarez quería
que el encuentro fuera reservado. Buscaba testear al MTA, donde se agrupan los gremios
combativos de la CGT. La excusa para no concurrir al asado, que los sindicalistas le
prepararon el lunes a la noche, se pensó de apuro. Hacia afuera, Flamarique informó que
le había surgido en forma imprevista un encuentro con Alvarez y Fernando de la Rúa en el
Hotel Panamericano. Hacia adentro, masticó bronca. Dijo que lo habían
operado.La inquina de Flamarique era entendible. De la Rúa no lo había
enviado a ningún lugar. Y sabe que el presidente electo no aprueba ningún tipo de
movimientos autónomos. De hecho, para mostrar que no está todo dicho en materia de
reparto de cargos, De la Rúa conversó nuevamente ayer con Jorge Sappia, el primer
candidato que sonó fuerte para la cartera laboral.La última semana Flamarique tomó
contacto con el menemista Rubén Pereyra. Este dirigente sindical de Obras Sanitarias se
contactó luego con el ex jefe cegetista Gerardo Martínez. Ambos estarían dispuestos a
darle un crédito a Flamarique. Al fin, se trata de un peronista de cuna frente a un
radical como Sappia.La cúpula del MTA, integrada entre otros por Hugo Moyano y Juan
Manuel Palacios, también se inclinaría por Flamarique, a pesar del plantón del lunes. Y
eso que la dupla mantuvo durante la campaña un encuentro con De la Rúa en el que
participó Sappia.Enrique Coti Nosiglia promueve el acuerdo de la Alianza con
el MTA. Sabe que esta corriente de gremios, en su mayoría del transporte, son claves para
garantizar el éxito de una medida de fuerza. Claro que todavía habrá que ver cómo
evolucionan las negociaciones con la CGT. El propio Nosiglia, vía Armando Cavalieri y
Luis Barrionuevo, organizó algunas reuniones entre Sappia y la cúpula cegetista, una
actitud que, sin embargo, no habría caído simpática a De la Rúa y habría devaluado
las acciones del especialista laboral del radicalismo.
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