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LA ALIANZA TODAVIA NO SABE QUE HACER CON LA CARTERA EDUCATIVA
Sobran los nombres y falta la partitura

El equipo técnico de la Alianza, encabezado por Cecilia Felgueras,se entrevistará hoy con el ministro de Educación, Manuel García Solá. No está definido si Educación se fusionará con Justicia.

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El ingeniero Ricardo Ferraro.

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La pedagoga Adriana Puiggrós.

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El abogado Ricardo Gil Lavedra.

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El pedagogo Juan Carlos Tedesco.

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El economista Juan Llach.


Por Nora Veiras

t.gif (862 bytes)  “Lo más probable es que no haya Ministerio de Educación. Por eso es más difícil saber quién será la cabeza.” Uno de los integrantes de la comisión de transición de la Alianza justificó en esa indefinición las dificultades para precisar quién se ocupará del área. Obsesionados por dar imagen de austeridad, los equipos técnicos se inclinan por la fusión de Educación y Justicia. Una posibilidad que ya causó el rechazo de la Federación de Trabajadores de la Educación (CTERA), el gremio que hace 31 meses plantó la Carpa Blanca frente al Congreso. La solución al problema del financiamiento salarial es clave para cualquier reestructuración global de la política específica. En ese marco, la fusión de ambas carteras no aparece como la señal más acorde a la prioridad que durante la campaña los aliancistas prometieron otorgarle a Educación.Marta Maffei dijo a Página/12 que “por esa vía no sólo tendremos un ministerio sin escuelas, sino un ministerio sin ministro”. Hoy se realizará el primer encuentro entre los enviados del futuro presidente, Fernando de la Rúa, encabezados por Cecilia Felgueras y el ministro saliente del menemismo, Manuel García Solá. La ansiedad combinada con el hartazgo de todos los que directa o indirectamente especulan con un futuro en el ministerio está superando los límites de tolerancia de los mismos interesados. Sólo esperan que De la Rúa se decida rápido. La cartera educativa era un casillero reservado al Frepaso en el tablero de armonía diseñado al interior de la Alianza. Sin embargo, con la decisión de darle un lugar en el ejecutivo a la ex candidata a gobernadora bonaerense Graciela Fernández Meijide, se alteró la relación de fuerzas cuando la diputada rechazó la propuesta de ir a Educación. Los nombres que más suenan cerca del vicepresidente electo, Carlos “Chacho” Alvarez, para trasladarse al Palacio Sarmiento son los de Ricardo Ferraro, quien coordinó el llamado Foro del Conocimiento del Frepaso, y la pedagogadiputada Adriana Puiggrós, quien siempre sonó como posible ministra. En los últimos meses, la legisladora visitó a casi todos los obispos para tratar de conjurar los prejuicios de los purpurados recelosos de su pasado militante en el peronismo de los ‘70. En la danza de candidatos parece haber retrocedió unos pasos el ex titular de Educación de la UNESCO, Juan Carlos Tedesco, para quien estaba trabajando como virtual operador el diputado radical Andrés Delich. El pedagogo conversó con Alvarez y parecía tener el camino allanado hasta que, desde el propio Frepaso y la CTERA, le cuestionaron su tarea de evaluación del proyecto de las llamadas escuelas charter, pergeñadas por el gobernador puntano Adolfo Rodríguez Saá.Sin embargo, los pareceres frepasistas no son los únicos que juegan. Pocos días antes de las elecciones, el amigo personal de De la Rúa, Fernando de Santibañes, le ofreció al economista Juan José Llach el cargo de ministro de Educación. La esposa de Llach fue compañera de colegio de la futura primera dama, Inés Pertiné. En ese momento, Llach se mostró remiso porque el paso por la función pública durante la gestión de Domingo Cavallo le dejó un gusto amargo por los altos índices de desocupación que el plan provocó y, por otra parte, se siente cómodo en la tarea académica. Llach es partidario de subvencionar a la demanda, es decir una fórmula que prevé entregarle el dinero a las familias para que financien la educación de sus hijos. Una alternativa que hasta ahora en la práctica no ha funcionado en ningún país. El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Oscar Shuberoff, es otro de los que aspira a saltar a Educación. Si se unifica con Justicia, Ricardo Gil Lavedra es el nombre que se transformaría en ministro y Educación pasaría a ser una secretaría. El ex decano de Medicina, Guillermo Jaim Etcheverry, autor del best seller La tragedia educativa fue otro de los mencionados en las rondas del Hotel Panamericano. “A mí nadie me consultó nada”, aseguró a este diario el ex decano que intentó disputarle el rectorado a Shuberoff. Hasta el nombre de Federico Storani,el presidente del bloque radical que habría perdido con Rafael Pascual la batalla para la titularidad de la Cámara baja también se barajó en el entorno delarruista.“Si se mantienen, por lo menos, los 1100 millones de pesos –aparte de los 1800 que van a universidad–, no habría mayores problemas en que fusionen ministerios”, especuló uno de los candidatos. En el rediseño del gabinete, Ciencia y Técnica y Cultura también saldrían de la órbita de Educación. Se especula con formar un área de Ciencia, Técnica y Comunicación, y Cultura integrarlo a otra de Desarrollo Humano. Es tal la incertidumbre que en la comisión que hoy visitará a García Solá designaron representantes Puiggrós, Tedesco, Mario Giannoni (Educación de la Ciudad) y Shuberoff. En buen romance: educación parece ser el área donde la Alianza tendrá, imperiosamente, que practicar el consenso hacia adentro.

 


 

FLAMARIQUE PEGO UN FALTAZO AL ASADO DEL MTA
Un cortocircuito en el debut

Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes) Si fuera un libro, el primer capítulo se llamaría “cortocircuito”. Es que Alberto Flamarique decidió pegar un faltazo a la cena que le organizó el Movimiento de Trabajadores Argentinos. El candidato a ministro de Trabajo de la Alianza se enojó por la manera en que se había filtrado la noticia del encuentro a la prensa. Los propios sindicalistas se mostraron alterados por la forma en que trascendió la información, pero más aún por haber sido plantados por el integrante del equipo de transición.“No cayó bien que se supiera lo de la reunión”, reconocieron ayer a Página/12 desde el entorno de Flamarique. El ex jefe de campaña de Carlos “Chacho” Alvarez quería que el encuentro fuera reservado. Buscaba testear al MTA, donde se agrupan los gremios combativos de la CGT. La excusa para no concurrir al asado, que los sindicalistas le prepararon el lunes a la noche, se pensó de apuro. Hacia afuera, Flamarique informó que le había surgido en forma imprevista un encuentro con Alvarez y Fernando de la Rúa en el Hotel Panamericano. Hacia adentro, masticó bronca. Dijo que lo habían “operado”.La inquina de Flamarique era entendible. De la Rúa no lo había enviado a ningún lugar. Y sabe que el presidente electo no aprueba ningún tipo de movimientos autónomos. De hecho, para mostrar que no está todo dicho en materia de reparto de cargos, De la Rúa conversó nuevamente ayer con Jorge Sappia, el primer candidato que sonó fuerte para la cartera laboral.La última semana Flamarique tomó contacto con el menemista Rubén Pereyra. Este dirigente sindical de Obras Sanitarias se contactó luego con el ex jefe cegetista Gerardo Martínez. Ambos estarían dispuestos a darle un crédito a Flamarique. Al fin, se trata de un peronista de cuna frente a un radical como Sappia.La cúpula del MTA, integrada entre otros por Hugo Moyano y Juan Manuel Palacios, también se inclinaría por Flamarique, a pesar del plantón del lunes. Y eso que la dupla mantuvo durante la campaña un encuentro con De la Rúa en el que participó Sappia.Enrique “Coti” Nosiglia promueve el acuerdo de la Alianza con el MTA. Sabe que esta corriente de gremios, en su mayoría del transporte, son claves para garantizar el éxito de una medida de fuerza. Claro que todavía habrá que ver cómo evolucionan las negociaciones con la CGT. El propio Nosiglia, vía Armando Cavalieri y Luis Barrionuevo, organizó algunas reuniones entre Sappia y la cúpula cegetista, una actitud que, sin embargo, no habría caído simpática a De la Rúa y habría devaluado las acciones del especialista laboral del radicalismo.

 

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