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Por David Cufré José Luis Machinea, próximo ministro de Economía, y un grupo de legisladores trabajan por instrucción de Fernando de la Rúa en la elaboración de un proyecto de ley para endurecer las penas judiciales a los funcionarios corruptos. El presidente electo le asigna a esta iniciativa un sentido estratégico. Pretende que se transforme en un símbolo de su lucha contra la corrupción. La medida persigue además un objetivo práctico. A través de la utilización de nuevos instrumentos para auditar el gasto público, tanto nacional como provincial, procura evitar el desvío de fondos por caso, para financiar campañas electorales y lograr una utilización eficiente de las partidas asignadas. Esa es una de las demandas que el FMI incluirá en el próximo acuerdo con Argentina. La iniciativa será presentada en el Congreso junto con el proyecto de Presupuesto para el 2000, que también prepara Machinea. De la Rúa dio esa instrucción el último viernes, durante una reunión de la que participaron el futuro ministro, Enrique Olivera, Adalberto Rodríguez Giavarini y los diputados Federico Storani, Raúl Vicchy y Juan Carlos Passo, estos últimos de la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Nos pidió que redactemos una ley penal para castigar con más severidad a los funcionarios que administren fondos públicos sin ajustarse a lo que marca el Presupuesto, reveló a Página/12 el diputado Vicchy. El planteo es que haya una mejor asignación del gasto, y que las partidas vayan adonde tienen que ir y no se pierdan por el camino, añadió.En la actualidad, los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad son excarcelables. El proyecto aliancista postula elevar las penas para que incluyan la posibilidad de la reclusión efectiva. Al mismo tiempo, se propondrá extender el alcance legal de esas figuras, para que queden penados los funcionarios que utilicen partidas para gastos distintos de los previstos en el Presupuesto. La intención manifiesta del proyecto es ejercer un control minucioso del gasto público, en especial el de las provincias. Se trata de un avance del gobierno central sobre el poder de los gobernadores, mayoritariamente del justicialismo. La jurisdiccionalidad (del delito) la da el origen de los fondos, puntualizó Vicchy. Por lo tanto, eso significa que, si el Presupuesto indica que una partida es para cubrir gastos de una obra pública provincial y después esos recursos se destinan a otras necesidades, el funcionario será pasible del castigo de la nueva ley.El FMI le expresó a Machinea a fines de setiembre, durante la asamblea anual del organismo, su preocupación por el desborde del gasto público en los distritos del interior. Por eso planteó modificar el esquema de metas de déficit fiscal, que en la actualidad involucran sólo al de la Nación, para contabilizar como un todo el desequilibrio del gobierno central y el de las provincias. La Alianza considera que ese reclamo es políticamente inviable, porque la mayoría de las provincias están gobernadas por el justicialismo y sería muy difícil la relación con los gobernadores. Pero la ley que ahora impulsa De la Rúa es una alternativa que avanza en el control del gasto provincial.Para corroborar que los recursos se utilicen adecuadamente, la norma establece la creación de nuevos mecanismos de auditoría. Una posibilidad es encargar ese trabajo a instituciones civiles sin fines de lucro, le dijo Vicchy a este diario. Una de ellas podría ser Poder Ciudadano. Pero también se analiza la creación de un cuerpo especial bajo la órbita del Poder Ejecutivo o la conformación de una comisión bicameral. Se procura que haya una asignación del gasto eficiente, señaló Vicchy. Ese fue uno de los puntos que remarcó De la Rúa durante la campaña electoral. Machinea también asegura que una mejor administración de los recursos del Estado permitirá achicar el déficit fiscal sin necesidad de profundizar el ajuste. En cuanto a las auditorías, serían permanentes e irían rotando por distintas dependencias del Estado. Con éste se pretende evitar las sospechas de corrupción, que durante el actual gobierno se han reiterado en organismos como el PAMI o la Secretaría de Recursos Naturales. La intención es que la ley sea sancionada antes del 10 de diciembre, y para eso esperamos contar con la colaboración del justicialismo, concluyó Vicchy.
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