Cuando
Silvio, el alias de José González Porta, subió al primer piso para revisar
los cuartos buscando al resto de la familia Alberico, Patricia, la mujer de Genaro,
aferraba debajo la cama a su hijo de 4 años dormido. Pegada a su cuerpo se ocultaba la
hija de seis, y tomados de la mano los dos varones, uno de 11 y el mayor, de 19. En el
placard se escondían las otras dos hijas, de 14 y 16 años. Silvio subió a
registrar dos veces durante las cinco horas que duró la pesadilla, y nunca descubrió
dónde se encontraban. Ellos subieron a buscarnos y sólo veíamos sus zapatillas y
la punta de la metralleta. Ayer, Patricia Alberico, esposa de Genaro, el casero
tomado como rehén en Temperley el domingo a la medianoche y que resultó gravemente
herido, recordó los detalles del infierno vivido junto a sus seis
hijos.¡Policía!¡Policía!, gritaban recordó Patricia, pero la
policía no va a entrar ametrallando la puerta. El matrimonio Alberico estaba en el
piso superior de la casa cuando Porta, Ramón Benítez, Sebastián Lencina y Martín
Romero entraron destrozando la puerta a balazos con una Uzi. Patricia, con la voz al borde
del llanto, recordó en declaraciones a Radio Mitre que mientras Genaro bajaba, los seis
hijos del matrimonio y ella se escondieron en el cuarto de Patricio, el mayor.
Desconectamos las lamparitas y todo lo que tenía luz y pusimos la pieza como en desorden
y nos metimos debajo de la cama, dos chicas en el placard y nos pusimos todos a rezar,
todos de la mano, y yo les decía que por favor no dejaran de hacerlo. Creo que rezamos
como 200 oraciones.En el placard se escondieron María (16) y Natalia (14). Debajo
de la cama, Patricio (19), Maxi (11), Anita (6) y Patricia abrazando a Emanuel (4) que
durmió durante las cinco horas en que se sucedieron los hechos. Si se despertaba
hubiera sido un desastre porque una criatura de cuatro años no iba a entender lo que
estaba pasando.Patricia supo que también arriba hay un infierno las dos veces que
le tocó vivirlo, cuando Silvio subió a buscarlos. Aquella fue la única habitación que
no registró. El se iluminaba con una luz de un baño que hay enfrente
recordó la mujer, pero no entró, llegó hasta la puerta y se volvió porque
lo llamaban desde abajo. En una de las ocasiones, pudieron escuchar claramente cómo
le recomendaban a Silvio: ¡Buscá adentro de los placares!, le decían. Pero en esa
pieza que estábamos nosotros no entró. Cinco horas pasamos ahí, escuchando a mi marido
y a ellos que gritaban, que no llegaban a un acuerdo, que ponían el coche en marcha, y
que lo apagaban, y que sigan buscando porque estábamos, y que no estábamos, y que nos
iban a buscar describió la mujer, constantemente quebrada por el llanto y el
otro que estaba acá adentro y nosotros lo sentíamos. Llegamos a un estado en que ya no
sabíamos qué hacer. A mi hija, la de 16, le agarraron unos nervios, quería bajar, que
vámonos, que nos van a agarrar, que nos van a matar y yo los tenía que contener. Y ya no
tenía palabras para contenerlos. A mi hijo más grande también trataba de calmarlo. Y
encima él ya estaba descompuesto. Es preferible, le decía, hacernos y ensuciarnos, pero
estar vivos.Genaro Alberico resultó gravemente herido durante el tiroteo. Después
de los primeros auxilios fue internado en el Hospital Italiano donde el lunes fue
intervenido quirúrgicamente. Su estado es crítico y su pronóstico, reservado;
está en terapia intensiva, con respiración asistida a través de una
traqueotomía, informó ayer el vicedirector del hospital, Héctor Marchitelli. El
resto de los heridos en el enfrentamiento, tres policías, fueron dados de alta en el
Churruca, según informaron médicos de ese hospital.Patricia Alberico reclamó: Hoy
soy una más en la lista y mañana serán otros, pero algo tenemos que hacer. Hagamos algo
porque los políticos, los concejales, nadie hace nada porque ellos no lo viven. Nosotros,
los del pueblo, hagamos algo, porque ellos no lo van a hacer. Antes de la campaña nos
prometen de todo. Tampoco digo que pongamos mano dura, ni que los mandemos a matar. Pero,
por favor, nosotros los del pueblo, hagamos algo.
CORACH CRITICO LA RESOLUCION QUE TUVO EL CASO
Este no es el objetivo de un rescate
Tanto el episodio de Ramallo como este último (en Temperley) han terminado con
rehenes muertos o heridos, y esto, evidentemente, no es el objetivo de un rescate de
rehenes. El cuestionamiento a la actuación de los cuerpos de elite de la Policía
Bonaerense partió del propio ministro del Interior, Carlos Corach. La Justicia aún no
determinó de dónde provino el disparo que hirió de gravedad a Genaro Alberico, uno de
los rehenes que habían tomado los cuatro delincuentes, pero para el fiscal Juan José
Baello, la herida fue provocada por la ametralladora UZI que tenía uno de los captores.
El fiscal indagó ayer a los cuatro detenidos quienes se negaron a declarar y
luego dispuso su traslado al penal de Melchor Romero, una cárcel de máxima seguridad. La
detención se había producido a las 4.45 de la madrugada del lunes, con la irrupción de
los efectivos del grupo Halcón, que dejó un saldo de un rehén en grave estado y dos de
los atacantes con heridas leves en los miembros inferiores. Previamente, en su fuga de la
comisaría donde estaban detenidos, los delincuentes habían asesinado al contador Tomás
Barbolla y herido a dos policías.Jorga Armando González Porta, de 29 años; Ramón
Orlando Benítez, de 28; Martín Romero, de 23, y Sebastián Lencina, de 18 los dos
últimos con heridas de bala en las piernas se negaron a declarar. Se los acusa por
los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio en dos casos, evasión, robo,
atentado y resistencia a la autoridad, y privación ilegal de la libertad, por los que
podría corresponderles prisión perpetua.Los cuatro estuvieron detenidos en la comisaría
de Villa Galicia (Temperley) hasta la noche del domingo, cuando decidieron fugarse.
Habían sido capturados entre el 3 de febrero y el 18 de setiembre último. El más
peligroso era González Porta, detenido en setiembre, acusado de asaltar un banco y
asesinar al cabo César Giménez, de la Policía Federal. En su prontuario figuraban dos
intentos de fuga.Pese a esa foja de antecedentes, no fue derivado a un lugar más seguro
que esa desguarnecida seccional del conurbano. Sobre el punto, la secretaria de Justicia
bonaerense, María del Carmen Falbo, aseguró que se investiga por qué un
delincuente de esa peligrosidad estaba alojado en una comisaría. Estamos
investigando si realmente hubo pedido de remisión a una unidad penal, precisó. El
pedido debe ser formulado por el juez al comisario, quien se encarga de trasladarlo a las
autoridades penitenciarias.El fiscal, en tanto, espera las pericias balísticas de las
armas secuestradas: las tres ametralladoras UZI y la pistola 9 milímetros que habían
robado los delincuentes en la comisaría, y las 22 armas del grupo Halcón, entre las que
se cuentan pistolas 9 milímetros, fusiles y subfusiles.
|