Es un
rebrote de la Guerra Fría. La declaración de ayer del canciller ruso, Igor Ivanov,
dejó traslucir la gravedad del creciente conflicto entre Occidente y Rusia a raíz del
operativo antiterrorista ruso en la república caucásica separatista e
islámica de Chechenia. El presidente norteamericano, Bill Clinton, le pidió ayer por
primera vez directamente al premier ruso, Vladimir Putin, que entablara negociaciones de
paz con el gobierno checheno. Putin respondió que Chechenia era un asunto interno
ruso. Contraatacó entregándole a Clinton una carta en la que el presidente ruso,
Boris Yelstin, rechazaba cualquier alteración al tratado ABM, que limita el desarrollo de
sistemas antimisilísticos. Yelstin subrayó que el abandono del ABM tendría
consecuencias peligrosas para el proceso de desarme. Ante todo esto, el ex
presidente ruso Mijail Gorbachev afirmó que detectaba los síntomas previos de una
guerra fría. Mientras tanto, continuaban ayer los bombardeos rusos con aviones y
artillería contra la capital chechena de Grozny. Es en gran medida la situación de los
refugiados la que está empujando a Occidente a involucrarse en la guerra de Chechenia. En
las fronteras, miles de chechenos están agolpados para refugiarse en la república rusa
de Ingushetia, pero los rusos sólo permiten que entren con cuentagotas. De los 50.000
refugiados que están esperando en la frontera para entrar a Ingushetia, sólo 300
habrían logrado pasar. Si los puestos de control funcionan como hasta ahora, la
situación se prolongará por lo menos un año, afirmó el presidente de Ingushetia
Ruslan Aushev. Un informe difundido ayer por la organización Human Rights Watch reveló
que los conductores de autobús, guardias fronterizos y oficiales rusos están
cobrando precios exorbitantes a los que quieren huir, condenando a los menos privilegiados
a quedarse atrás y, en las carreteras, los rusos dispararan de manera
indiscriminada contra cualquier convoy. El presidente checheno Aslan Masjadov pidió
ayer que Putin sea juzgado en el mismo banquillo que el presidente yugoslavo,
Slobodan Milosevic, culpado por la limpieza étnica contra los albaneses de la
provincia serbia de Kosovo durante el bombardeo de la OTAN. Putin respondió ayer
parcialmente a las preocupaciones occidentales cuando consintió que un equipo de
observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) realice
una gira por Chechenia. Por otra parte, prometió que Chechenia no se convertiría en
un Afganistán o Vietnam. En el frente diplomático, el Consejo de la Unión
Europea decidirá qué condena emitirá contra la ofensiva rusa. La lentitud de estos
organismos en responder a la crisis en Chechenia llevó a la organización de derechos
humanos Amnesty International a criticar ayer el mutismo de la comunidad
internacional, una prueba más de su selectividad para intervenir contra violaciones de
los derechos humanos.
¡Detengan las masacres! * La historia tartamudea. Diezmada por los zares, deportada en su totalidad por
Stalin, saqueada por Yeltsin, Chechenia es devastada nuevamente. Hay una nación en
la cual el espíritu de sumisión no tuvo efecto; y no en individuos aislados... no: la
nación entera. Son los chechenos, se admiraba Alexander Solzhenitsyn en El
Archipiélago Gulag. En 1818, el general ruso Ermolov justificaba sus carnicerías,
vituperando su amor a la libertad. Hoy el presidente ruso, Boris Yeltsin,
resume: Son perros rabiosos y su primer ministro Vladimir Putin promete
hundirlos en la mierda.Condenamos, por supuesto, el terrorismo, pero... no se
combate el terrorismo bombardeando a los civiles. La guerra en el Cáucaso prepara un
segundo Afganistán: los tanques destruyen, después los guerrilleros islámicos
desembarcan en las ruinas. Tenemos vergüenza de nuestras cancillerías timoratas, del
silencio de la ONU, de la OSCE, de la Unión Europea... Estamos hartos de pagar, por FMI
interpuesto, una masacre colonial. Tememos, por todo un pueblo, la locura guerrera de los
que dirigen la batuta en el Kremlin. Tenemos miedo por nosotros. Si los dirigentes
occidentales sostienen aventuras militares, no es solamente una amenaza para Rusia, sino
para Europa y Occidente, concluye Kovalied, disidente de siempre. Toda ayuda
financiera a Rusia debe quedar subordinada a la exigencia incondicional de un cese de
fuego inmediato y de una negociación con el presidente checheno (elegido bajo control
internacional) Aslan Masjadov.
* Manifiesto del escritor español Juan Goytisolo, la poeta
alemana Sarah Kirsch, el sociólogo francés Alain Touraine, los historiadores PierreVidal
Naquet y Jean-Pierre Vernant, y 119 signatarios más. |
LA RENUNCIA DEL MINISTRO FRANCES DE ECONOMIA
Cayó el número dos de Lionel Jospin
Dominique
Strauss Kahn, el brillante ministro de Economía y Finanzas francés, hombre clave del
gabinete del premier socialista Lionel Jospin, dimitió ayer de su cargo ante la
perspectiva cierta de ser procesado por la falsificación de sus antiguos contratos de
colaboración con la Mutual Nacional de Estudiantes (MNEF). Si dimito, y lo digo con
toda mi fuerza de convicción, no es, de ninguna manera, porque me sienta culpable; yo
cumplí como abogado el trabajo que se me había encomendado y que dio lugar a
remuneración que indiqué, afirmó el super ministro Strauss-Kahn, número
dos en la práctica del gabinete Jospin, durante el breve acto en el que comunicó
su decisión. Los mercados bursátiles franceses acusaron el golpe en los primeros
momentos, pero se recuperaron rápidamente terminando la jornada al alza. La noticia, eso
sí, sembró el desconcierto en la derecha parlamentaria que a esa hora, las 11 de la
mañana, afilaba sus armas dialécticas en la Asamblea decidida a desgastar severamente al
gobierno. Espero que Dominique Strauss-Kahn se reincorpore pronto al
Ejecutivo, afirmó posteriormente el primer ministro tras elogiar el trabajo del
renunciante. El personaje que encarna como nadie en Francia el éxito de la política
económica gubernamental ha sido arrastrado a la dimisión por un escándalo que podría
ser considerado como menor si no estuviera plagado de nombres socialistas, algunos de
ellos ilustres y situados actualmente en la órbita de Jospin. Irónicamente, el
escándalo del fraude detectado en la MNEF le estalló a Dominique Strauss-Kahn justo
cuando su camino hacia los más elevados destinos parecía más abierto que nunca, cuando
su figura se agigantaba en los circuitos financieros internacionales al calor de los
resultados económicos de Francia. Hace sólo unos días, el Fondo Monetario Internacional
(FM), tan poco sospechoso de sintonizar con la doctrina de la izquierda francesa, elogió
abiertamente la política de fomento de la confianza ciudadana, del consumo interno y del
crecimiento desarrollada por Strauss-Kahn. La implicación judicial del poderoso ministro
francés de Finanzas es, indudablemente, el golpe más duro de los sufridos por el
gobierno de Lionel Jospin. El sustituto de Strauss-Kahn será Christian Sautter, el actual
secretario de Estado para el Presupuesto y estrecho colaborador del dimitido.
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