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Para Pinocho que lo mira por tevé,
el debate de los presidenciables

Los candidatos a la presidencia de Chile,Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, debatieronayer por televisión durante 90 minutos.

Pinochetistas manifestando para que el Tata vuelva a Chile.
El Tata devolvió en blanco un cuestionario que le envió la Justicia chilena.

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t.gif (862 bytes)  En pleno clima electoral en la región, a seis semanas de las elecciones presidenciales del 12 de diciembre y con Pinochet en Londres rindiendo cuentas a la Justicia de Santiago, en Chile hubo debate. Por primera y única vez, los principales candidatos a la presidencia, el oficialista Ricardo Lagos y el opositor de derecha Joaquín Lavín, compitieron ayer durante 90 minutos delante de las cámaras de televisión, en un debate que empezó a las 22 (hora local). La diferencia de menos de dos puntos que, según las últimas encuestas, pone a Lagos casi cabeza a cabeza con Lavín aceleró la realización del encuentro, a pesar de la ola de denuncias judiciales y manifestaciones callejeras de los candidatos que quedaron afuera. Desde su lugar de detención en las afueras de Londres, el ex dictador Pinochet habría devuelto en blanco a la Justicia de su país un cuestionario de 75 preguntas sobre violaciones a los derechos humanos. Habría declinado contestar por motivos de salud y en desacuerdo con que la Justicia lo investigue a pesar de sus fueros parlamentarios, reveló ayer el Canal 13 de televisión de la Universidad Católica de Chile. El exhorto fue enviado en el marco de la investigación del juez Juan Guzmán Tapia sobre la denominada “Caravana de la Muerte”, operación represiva efectuada en octubre de 1973. “Obviamente, no conocemos las respuestas porque llegaron en un sobre sellado. A la Cancillería sólo le corresponde hacer las veces de correo entre Pinochet y la Corte Suprema”, se limitó a comentar el canciller chileno Juan Gabriel Valdés.Entretanto, Chile seguía preparándose para las elecciones presidenciales del 12 de diciembre, las primeras “sin Pinochet”. Los dos candidatos, que aspiran convencer a ocho millones de votantes, coincidieron en prometer un 7 por ciento de crecimiento económico anual: Lagos a un costo de 8000 millones de dólares, y Lavín a otro de 8400 millones. “La desigualdad social en Chile se debe a la falla de las políticas sociales del Estado”, declaró Lavín. También coincidieron en bajar el presupuesto de Defensa para destinarlos al gasto social. Una meta que podría lograrse con “mejores relaciones internacionales del país”, según palabras de Lagos, que después repitió Lavín casi en los mismos términos. Los sondeos aseguran que el candidato de la derecha araña el 38 por ciento de los votos contra el 39,9 por ciento de Lagos y que podría haber segunda vuelta. Respaldado por la derechista Unión Democrática Independiente (UDI) y por su Partido de Renovación Nacional (RN), Lavín -ex asesor de la dictadura y ex alcalde de la comuna de Las Condes, la más rica de Santiago– aglutinó a los defensores de la herencia pinochetista bajo el eslogan “Alternativa por el Cambio”. Ese legado se hizo evidente en los últimos meses. Durante la campaña, las denuncias cruzadas entre los dos candidatos dejaron a Lavín como el inequívoco representante de la derecha que gobernó junto al ex dictador por casi 20 años. Este sector hizo pie en el socialismo de Lagos para recordarle al electorado indeciso que el último presidente antes del golpe de 1973 fue el socialista Salvador Allende. Sin embargo, los analistas coinciden en que la consigna de Lagos, “Crecer con Dignidad”, no oculta una posición a favor de la herencia económica privatizadora de Pinochet y del actual nivel mínimo de intervención estatal. Tal vez es esa garantía lo que permite calcular que, si su victoria en la primera vuelta no puede descontarse, en una segunda ronda Lavín no parece en condiciones de ganarle. Los que seguro no irán al ballottage son los otros cuatro candidatos, que ayer hicieron las mil y una presentaciones ante la Justicia para impedir un debate que no los incluía. La candidata ecologista Sara Larraín se amordazó frente al palacio presidencial de La Moneda para denunciar esa “forma de discriminación”, y Tomás Hirsch, del Partido Humanista, presentó un recurso ante la Corte de Apelaciones de Santiago. El fracaso de esos intentos llevó a la candidata comunista Gladys Marín a organizar una manifestación frente al hotel en que Lagos y Lavín debatían para condenarla “discriminación inaceptable, antidemocrática y totalitaria”. Finalmente, los chilenos indecisos tuvieron su debate, pero fue como si la primera vuelta ya se hubiera votado.

 


 

LOS CRIMENES DEL MARZO PARAGUAYO
El oviedista "paranoico"

t.gif (862 bytes) El viernes, Pablo Vera Esteche, el ladrón de autos que confesó ser el asesino del vicepresidente de Paraguay Luis María Argaña, parece haber convencido al juez del caso. Esteche aseguró que el ex general Lino Oviedo y el ex presidente Raúl Cubas fueron quienes le dieron directamente la orden. Ayer, el magistrado Jorge Bogarín avaló los peores pronósticos de los abogados de Oviedo al adelantar que está estudiando un nuevo pedido de extradición del ex militar asilado en la Argentina. La confianza de los tribunales paraguayos en que la versión de Esteche es “un paso importantísimo” para la investigación quedó confirmada en principio con la liberación bajo fianza “por paranoia” que ayer benefició al capitán Alfredo Florenciáñez, un oviedista procesado como responsable de la muerte de siete manifestantes durante el “marzo paraguayo”. Florenciáñez fue encarcelado por la matanza de siete jóvenes que manifestaban y pedían la renuncia de Cubas el 26 de marzo pasado, cinco días después del asesinato de Argaña y dos antes de que Cubas dimitiera y buscara asilo político en Brasil. Ayer, el mismo juez que lleva adelante el caso Argaña decidió liberarlo previo pago de 100.000 dólares y el compromiso de someterse a un tratamiento psiquiátrico.El argumento del juez fue que el militar sufre un “alto grado de paranoia” y que el cuadro podría agravarse si continúa encerrado en la prisión de Itaguá, a 35 kilómetros de Asunción. Sin embargo, versiones no oficiales aseguraron que la decisión de Bogarín se basa en realidad en que el testimonio perfecto de Esteche desarticularía la declaración anterior de otro ladrón, Gumercindo Aguilar.Gracias a esa versión, el juez arrestó a mediados de año a varios oviedistas, entre ellos Florenciáñez, y pidió la extradición de Oviedo. “Habíamos pulverizado la versión de su anterior testigo y necesitaban inventar otro”, atacó ayer el abogado Max Narváez, que defiende a varios ex jefes oviedistas presos y actúa como apoderado del movimiento Unión Nacional de Colorados Eticos (Unace), creado por Oviedo como una línea interna dentro del partido oficialista. Ahora, Florenciáñez deberá presentarse mensualmente ante el juzgado para confirmar que no escapó de Paraguay ni cambió de domicilio. Mientras tanto, el proceso judicial en su contra continuará, pero el crédito que el juez Bogarín dio al crimen perfecto de Esteche apunta ahora contra otros oviedistas. El lunes, Bogarín reconstruyó parcialmente la matanza del “marzo paraguayo”, cuya responsabilidad también recae sobre Oviedo. Siguiendo las indicaciones de Esteche, el magistrado recorrió los tres edificios desde los cuales los francotiradores habrían disparado sobre la multitud que protestaba frente al Congreso. Al finalizar la reconstrucción, Bogarín admitió que podría haber más liberaciones en el caso. Y reveló además que espera un cambio de actitud de Argentina a partir del 10 de diciembre en relación con el pedido de extradición de Oviedo.

 

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