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EL PARTIDO BLANCO QUEDA COMO VIRTUAL ARBITRO DEL BALLOTTAGE
En qué carro se suben los blancos

Para la segunda vuelta uruguaya del 28 denoviembre, la tercera fuerza deberá negociar con el Frente o con los colorados.

El candidato presidencial del Partido Nacional (o Blanco), el ex presidente Luis Alberto Lacalle.
Los votantes de su partido son los que decidirán en el ballottage entre la izquierda y los colorados.

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Página/12en Uruguay
Por Pablo Rodríguez Desde Montevideo

t.gif (862 bytes) Las sumas y las restas para calcular qué pasará en la segunda vuelta del 28 de noviembre no funcionan de manera aritmética. Entre otros motivos, porque los que pueda pasar con los votantes blancos es un misterio. En la peor elección de su vida política, el candidato del Partido Nacional (Blanco), Luis Alberto Lacalle, sacó el domingo el 21,5 por ciento de los sufragios, detrás del 39 de Tabaré Vázquez del Encuentro ProgresistaFrente Amplio y del 31,7 de Jorge Batlle al frente de sus archienemigos colorados. Y ayer el ex presidente Lacalle (1990-95) aseguró después de la reunión del directorio del partido que los nacionalistas negociarán con los candidatos que lo requieran, “sin preconceptos, sin decisión previa y sin plazos”. En la resolución aprobada ayer por el directorio partidario blanco se consignaba que “el electorado que acompañó al Partido Nacional representa una fuerza decisiva la nueva elección”, esto es, la segunda vuelta del 28 de noviembre. Dirigiéndose a sus electores, Lacalle les aseguró que “haremos lo posible e imposible” para que “las ideas por las que el Partido Nacional luchó en esta campaña electoral se reflejen en la próxima gestión de gobierno por considerar que son metas dignas de un país más justo para todos nosotros a partir del próximo gobierno”.El Partido Nacional ofrece un panorama muy fracturado. El clima que se vivió el domingo por la noche después de las elecciones en su sede partidaria en Montevideo fue más que tenso, y sumamente indicativo. El sector de la Alianza Nacional, liderado por Juan Carlos Ramírez, había decidido no hacer campaña en favor de Lacalle. Esto, dicen los voceros del herrerismo (sector de Lacalle, nieto del caudillo Luis Alberto de Herrera), perjudicó las chances del líder blanco para pelear un lugar en el ballottage. Mientras Ramírez anunciaba el fin de su silencio, en la sede de la Plaza Matriz le respondían con un “Ramírez hijo de puta”.La fractura entre los blancos no es sólo anecdótica. Buena parte del sector de Ramírez, y de otros dirigentes como Carlos Julio Pereyra, tienen una cierta cercanía con la izquierda. Tabaré Vázquez no perdió el tiempo para tenderles el puente. “Queremos descentralizar el país, como lo quiere el Partido Nacional”, repitió Tabaré, “y algunos blancos están de acuerdo con nuestra propuesta de reforma tributaria”. Aun cuando no voten positivamente por Vázquez, quizás algunos blancos voten literalmente en blanco, antes que votar a un colorado como Jorge Batlle. Algunos analistas consideran que esta posibilidad está fortalecida por la fama de “desobediencia” a la conducción partidaria que a veces han manifestado los nacionalistas. También, porque la situación del ballottage, novedosa en Uruguay, puede ser asimilada a la de los plebiscitos, donde tradicionalmente se aflojan las fidelidades partidarias.Jorge Batlle, del gubernamental Partido Colorado, sabe que el acuerdo con la conducción blanca es más que probable. Tabaré Vázquez es consciente de que el apoyo de un sector del Partido Nacional, como fuere que voten, no basta. Por ello ayer, en su conferencia de prensa del lunes ya declaró que va a dialogar con todos los sectores políticos “que quieren un cambio, más allá de los colores partidarios”, y se esforzó aún más por mostrar moderación. “Vamos a hacer un gobierno progresista, no socialista ni marxista”, declaró.

 

Espacio libre

El partido socialdemócrata Nuevo Espacio, cuarta fuerza política de Uruguay tras los comicios del pasado domingo, resolvió ayer dejar en libertad de acción a sus adherentes para la segunda vuelta electoral del próximo día 28, en la que se elegirá al nuevo presidente del país. La Mesa Ejecutiva del partido encabezado por el senador Rafael Michelini, que el domingo último obtuvo el 4,4 por ciento de los votos, prefirió mantenerse al margen de la lucha por la presidencia entre el candidato de la coalición de izquierdas Frente Amplio, Tabaré Vázquez, y el del gubernamental Partido Colorado, Jorge Batlle. Nuevo Espacio tendrá en el Parlamento a un senador y cuatro diputados, cifra insuficiente para una alianza que otorgue una mayoría parlamentaria a la coalición de izquierdas Frente Amplio, ganadora de las elecciones del domingo. Rafael Michelini es el séptimo de los diez hijos del ex senador Zelmar Michelini, cofundador en 1971 del Frente Amplio (FA) y que fuera asesinado en Buenos Aires el 20 de mayo de 1976 durante la dictadura militar. Su familia fue muy golpeada en la época de la dictadura uruguaya (1973-1985); varios de sus hermanos estuvieron presos y sometidos a torturas, y otros se exiliaron. Un plebiscito impulsado por Michelini fue votado el domingo junto con las elecciones presidenciales y legislativa, obteniendo el 37,7% de los sufragios y proponía que se extendiera la prohibición de hacer actividad política a los directores de los entes comerciales del Estado por un plazo de cuatro años, a partir de que dejaban de actuar en las empresas públicas.


Primersondeo

El candidato a presidente del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, ganaría el ballottage en Uruguay con un 45 por ciento contra el 43 por ciento de Jorge Batlle, aspirante del oficialista Partido Colorado. Así reveló ayer una encuesta de la consultora de Equipos Mori y publicada por el diario El Observador de Montevideo. La encuesta fue realizada la semana pasada, antes de las elecciones del domingo en las que Tabaré obtuvo el 39 por ciento de los votos. El votante más fiel, según la encuesta, es el del Partido Colorado. El 99 por ciento que votó por Batlle lo hará en la segunda vuelta. Y los electores del partido que salió cuarto en las elecciones del domingo, el socialdemócrata Nuevo Espacio, se inclinan mayoritariamente por Tabaré Vázquez.


 

EL URUGUAY QUE DEJARA EL PRESIDENTE SANGUINETTI
Cómo es el país que quiere Batlle

t.gif (862 bytes) El candidato oficialista, el colorado Jorge Batlle, lanzó ayer su campaña para la segunda y definitiva vuelta del 28 de noviembre con la fórmula de votar “juntos por el Uruguay”. Bajo el fondo de una bandera uruguaya, el texto de la propaganda dice, en letras celestes “juntos por el Uruguay”, para agregar un “Batlle (impreso en rojo) presidente (en celeste)”. La combinación de colores no es casual, pues procura reflejar la unidad de los colorados con el Partido Nacional (Blanco, cuya bandera tiene una línea celeste). El 1 de marzo de 2000, el actual presidente colorado, Julio María Sanguinetti, le dejará al nuevo gobierno el despacho que ocupó durante dos mandatos interrumpidos por la presidencia del blanco Lacalle (1990-95). El Uruguay por el que los candidatos colorados Jorge Batlle y Luis Hierro incitan a “votar juntos” tiene una economía “estabilizada”. Pero una democracia afianzada por tres gobiernos electos, la economía saneada e indicadores macroeconómicos en suma favorables contrastan con el marcado desencanto social que caracterizó los últimos meses del gobierno colorado en el país. El gobierno colorado se jacta de entregar “la casa en orden”, con el más bajo índice de inflación registrado en medio siglo (cuatro por ciento), reservas internacionales por 2350 millones de dólares y una deuda exterior de casi 4000 millones, equivalente al 20 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). “De alguna manera, ahora estamos dando el voto del corazón, y luego daremos el voto de la razón”, simplificó el presidente Sanguinetti, anticipando una victoria colorada en segunda vuelta.Aunque el presidente entregará un país en recesión, el PBI habrá crecido más del 11 por ciento en los últimos cuatro años, según las cifras de un informe oficial del Ministerio de Economía. Para consolidar la tradición de un país de propietarios, en el que más del 70 por ciento de las familias son dueñas de su casa, Sanguinetti deja el país con 50.000 viviendas nuevas construidas por el sistema público. Y un Estado protector, cuyo mayor defensor hoy es el Frente Amplio, que cuenta con 650.000 jubilados y 330.000 empleados públicos para una población de poco más de tres millones de habitantes, de los cuales sólo un millón compone el núcleo económicamente activo.El último año de gobierno registró un descenso en los índices de actividad económica, agudizado por la crisis brasileña y la pérdida del 40 por ciento de las exportaciones al principal socio comercial del Mercosur. Tampoco pudo revertir los dos temores más generalizados de los uruguayos: el desempleo y la seguridad, pese a que en julio el nivel de desocupación bajó del 12 al 10,5 por ciento. Un cuarto de los tres millones de uruguayos vive por debajo de la línea de pobreza y el clima de preocupación de los industriales y los productores agropecuarios por la caída de los precios internacionales de los productos exportables del país fueron algunos de los ejes explotados por la oposición durante la campaña electoral. Y el gobierno colorado deja otra cuenta pendiente: la investigación sobre el paradero de los desaparecidos durante la dictadura.

 

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