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PAGINA/12 PRESENTA UNA COLECCION INEDITA DE ZITARROSA EN CINCO CD'S
Aquellas perlas ocultas de don Alfredo

Desde el domingo, Página/12 ofrece a sus lectores una serie de cinco CD’s que recopilan ensayos, canciones inéditas y entrevistasque dan un nuevo y valioso retrato del enorme cantautor uruguayo.

La inconfundible estampa melancólica de Zitarrosa, cantor irrepetible.
Los cinco discos ofrecen un material de altísimo valor histórico.

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Por Fernando D’Addario

t.gif (862 bytes) Con el escepticismo que habían alimentado los años, Alfredo Zitarrosa jamás habrá imaginado que el tiempo les daría revancha a sus canciones. Gastado por el exilio, por las luchas perdidas y por torturas internas que excederían cualquier racionalización de la tristeza, Zitarrosa murió el martes 17 de enero de 1989. Su muerte, acaso, sirvió para probarles a todos que su vida había valido la pena. El, que solía expresar cierto desprecio por su obra, emprendería el último de sus exilios sin saber que esa obra –monumental, despareja, heterogénea como su personalidad– lo superaría sin pedirle permiso a sus pruritos. Hoy, donde esté, estará ensayando una mueca de incomodidad ante esta suerte de canonización, que incluye homenajes, shows a su memoria, reivindicaciones, libros, CD’s, etc. De todos estos tributos póstumos, el que más desestabilizaría (por un momento, nomás) su natural inseguridad sería el que materializará Página/12 a partir del domingo. Se trata de Zitarrosa inédito, cinco CD’s que acompañarán la edición del diario durante cinco semanas. Y que escarban en detalles desconocidos del uruguayo: canciones inéditas, grabaciones en vivo, registros desconocidos. Una joya para los amantes de la música popular, más allá de la modestia de Zitarrosa. La respuesta de todo está en la música, un inquietante punto de partida para conocerlo mejor. Y en saber que Alfredo, aun con la poca confianza que les tenía a sus canciones, fue guardando meticulosamente, del mismo modo que hacía con los reportajes, miles de horas de ensayos y de grabaciones en vivo. “Este tesoro se lo debemos exclusivamente a él, porque trabajaba así. Era profesional, que todo lo que hacía lo guardaba, lo etiquetaba, ponía dónde lo había hecho, cuándo y cómo. A veces revisaba esos archivos, sacaba una canción, le cambiaba algo, era su manera de trabajar”, comenta Martín Monteiro, yerno de Alfredo y factotum de esta tarea recopilatoria del material inédito de Zitarrosa. La colección fue originariamente editada por la revista uruguaya Posdata, y luego condensada para su publicación en sucesivas ediciones de Página/12. Estas grabaciones encontradas del uruguayo bucean en facetas no difundidas comercialmente. Por ejemplo, su fanatismo por el tango, que nunca se animó a plasmar en discos oficiales. En la etapa mexicana de su exilio, en los tempranos ‘80, dejó registrados varios tangos de antología, como “Tinta roja”, “Malevaje” y “Mi noche triste”. Admiraba tanto a Gardel y a Goyeneche que cuando escuchó sus propias grabaciones sintió un tremendo complejo de inferioridad, y decidió no editarlas. Es lógico que no tuviera la perspectiva para comprender que no cantaba esos temas como un tanguero ortodoxo sino, simplemente, como lo que era: un Zitarrosa auténtico. La búsqueda de perlitas lleva indefectiblemente a registros inéditos, como los que recuperan las legendarias y poco conocidas “Contracanciones” (antecedente de Guitarra negra, con una feroz autocrítica), y otras rarezas, como “Vidala para mi sombra” y “Los ojos negros”. En una de las versiones rescatadas de “Barrio sur” se escuchan cantos de pájaros, porque fue grabado en el Prado de Montevideo. El mito agrega que cada vez que Alfredo se sentaba allí a tocar, una bandada de pájaros rodeaba al músico. La recorrida incluye también pasajes que lo definen tanto como sus canciones: entrevistas donde asume el papel de reportero (una nota memorable a un joven y desconocido Joan Manuel Serrat en 1970) y otras donde es el entrevistado, como la que le hacen en Madrid a poco de llegar exiliado a España (1976). Las coordenadas de tiempo y lugar dibujan piruetas cuando se trata de contextualizar la obra y la figura de Zitarrosa. Con el handicap que otorga la perspectiva temporal, esta colección ayuda a analizar una paradoja: Zitarrosa es considerado uno de los grandes de la canción social latinoamericana en un tiempo determinado, los años ‘60 y ‘70. Sin embargo, por presencia, imagen y actitud, actuaba y vivía como un hombre de otra época (un tanguero anarquista de principios de siglo, quizá) y de un solo lugar: Uruguay. Su fina estampa, su riguroso negro, el pelo engominado, supesimismo proverbial, constituían la antítesis de los parámetros culturales del llamado “nuevo cancionero”. Frente al latinoamericanismo militante de sus colegas generacionales, Alfredo mostró la contracara forzada, fundiendo su vida en una eterna crónica del desarraigo. Su aspereza se agudizó a partir de un hecho concreto. Adherente del flamante Frente Amplio, debió pagar demasiadas facturas políticas cuando el tristemente célebre Juan María Bordaberry ganó las elecciones de 1971, y dos años después generó un autogolpe que cedió el poder a los militares. En ese momento (el año en que grabó uno de sus mejores discos, Adagio en mi país), Zitarrosa estaba actuando en Chile. Allí se quedó, ilusionado con el socialismo de Allende. Cuando Pinochet terminó con el socialismo y con la vida de Víctor Jara, volvió a Uruguay, donde sufrió censura y allanamientos. La historia reciente de América latina siguió pegándole cachetazos. En febrero de 1976 decidió autoexiliarse. Y eligió el peor lugar: Buenos Aires. Llevó entonces sus nostalgias a España. Un país que empezaba a festejar la caída de Franco y pretendía enterrar las amarguras propias no pareció demasiado dispuesto a contener la melancolía ajena.Es posible contemplar ese peregrinaje a través de esta colección de emociones dispersas, que deambulan entre el canto de pecho oprimido y la ilusión del retorno, cuando México asomó como el principio de un volver a vivir que no fue tal, y Alfredo ya había hecho su catarsis con el desesperante Guitarra negra. El regreso al Uruguay democrático fue casi anecdótico. Ya no era el mismo Zitarrosa. Tantos años sin sus bares, sin su barrio, sin sus amigos, lo habían dejado artísticamente anémico. El alcohol e ingratitudes varias se encargaron del resto. Ahora sólo quedan los homenajes y el privilegio de poder escuchar sus canciones.

 


 

    LA CONFUSION DE UNA ENTREVISTA “
¿No eres argentino?”

t.gif (862 bytes) El siguiente es un fragmento de la entrevista que le realizó en Madrid el periodista José Luis Izaguirre para Radio Peninsular, en la Navidad de 1976. Forma parte del primer volumen de la colección, y no tiene desperdicio.
–¿Qué es la milonga?
–Es el género folklórico vivo en mi tierra, al punto de que, al menos en mi caso, yo no compongo sino milongas, muy a pesar de que escribo alguna otra cosa, pero en general todas mis canciones son milongas, allá en el fondo de su alma.
–Alfredo, nosotros aquí en España conocemos muchos cantantes de tu tierra, muchos cantantes argentinos pero...
–(Interrumpe Zitarrosa con voz grave) No, no
–¿Tú no eres argentino?
–No.–Sin embargo, todos pensamos que lo eres...
–Bueno, es que no sé por qué has cometido este error. Deberías estar enterado. Me has pedido una entrevista. Deberías saber que yo no soy argentino. Soy un cantante uruguayo...
–Bueno, la milonga no es típicamente uruguaya, querido...
–No, claro, la milonga es rioplatense pero...–O sea es típicamente argentina.–No, no, no, nada de eso.–Cuéntanos.–La milonga es un género folklórico (...) que comprende una vasta zona de la pampa argentina y las praderas onduladas de la Banda Oriental. Para el entendido, además, las milongas orientales se diferencian netamente de las pampeanas, son algo más...
—La pampa es argentina, ¿no?
–Sí, claro.
–Y este disco fue grabado en Argentina, ¿no?
–Sí.–Es que vi que te habías puesto un poco serio y...
–Claro
–Disculpa un poco mi despiste pero resulta que si la pampa es argentina, y resulta que la milonga es argentina y resulta que el disco ha estado grabado en Argentina y resulta que los primeros discos que nos han llegado vienen de la Argentina, tú me vas a disculpar mi error, a pesar de mi falta de información.
–Claro, claro. Yo he grabado en Argentina desde el ‘62 por razones técnicas (...) En mi país hasta el año ‘64 no existían estudios apropiados para hacer grabaciones de calidad. Es por esto que grabo en Buenos Aires. Mis canciones son orientales, y estas milongas que tú has escuchado son milongas de mi país.

 

Cinco discos, tema por tema

Volumen 1“Farolito de papel” (García Jiménez T. y M. Lespes)/Ensayo de “Chacarera del 55” (Hnos. Núñez)/”Milonga del solitario” (ensayo, Atahualpa Yupanqui)/Ensayo de “El loco Antonio” (Zitarrosa)/”Milonga del solitario” (Yupanqui)/”La desvelada” (Zitarrosa)/”Coplas de baguala” (anónimo)/”La coyunda” (Zitarrosa)/”El camba” (G. Rojas)/Entrevista en Madrid.Volumen 2“Tinta roja” (Castillo y Piana)/”La canción y el poema” (Vilariño y Zitarrosa)/”Los ojos negros” (Herrera y Reissig y Zitarrosa)/Ensayo de “Del cardal” (Eustaquio Sosa)/”Canción para unos ojos” (ensayo, Zitarrosa)/”San Telmo” (Grela)/”Zamba por vos” (Zitarrosa)/”Gato de las cuchillas” (Zitarrosa)/”Recordándote” (Zitarrosa)/”Del cardal”/Entrevista a Serrat.Volumen 3“Malevaje” (Discépolo y J. de Dios Filiberto)/”Esquila” (Ardúa y Zitarrosa)/”Mariposa negra” (Zitarrosa)/”De la lucha” (Alonso y Trelles, y Zitarrosa)/”Coplas orientales por cifra y milonga” (Zitarrosa)/”Contracanción I” (Zitarrosa)/”Flor de cartón” (Zitarrosa)/”Contracanción II” (Zitarrosa)/”Canción de la gallina” (Zitarrosa)/”Contracanción II” (Zitarrosa)/Entrevista en México.Volumen 4“Barrio sur” (Estrázulas y Zitarrosa)/”Barrio sur” (tangueado)/”Vidala para mi sombra” (Santos Espinosa)/”La cumparsita” (Mattos Rodríguez)/”Caminito” (J. de Dios Filiberto)/”Milonga instrumental” (Zitarrosa)/”El violín de Becho” (ensayo, Zitarrosa)/ Idem/”Melodía larga 2” (Zitarrosa, Cobelli y Méndez)/”Pa’l que se va” (Zitarrosa)/”Stefanie” (Zitarrosa)/”Gato del perro” (Zitarrosa)/”El violín de Becho” (Zitarrosa)/Entrevista en Buenos Aires.Volumen 5“Mi noche triste” (ensayo, Contursi y Castriota)/”Mi noche triste”/”Adagio en mi país” (Zitarrosa)/Pruebas de “Adagio en mi país”/”Milonga de pelo largo” (Gastón Ciarlo)/”Crece desde el pie” (Zitarrosa)/”Doña Soledad” (Zitarrosa)/”Adagio en mi país” (Zitarrosa).


“Nunca vi nada más emocionante en mi vida”

ron2.gif (93 bytes)  “En esa oportunidad invitaron a un idiota que era yo. Se tocaba en un `aula’ en la que habría unos doscientos obreros que a la hora del `bocadillo’ iban a ver a unos cantantes desconocidos. Yo toqué lo que tocaba en ese entonces y cuando terminé anunciaron: `Ahora vamos a presentar a un cantante uruguayo, exiliado..., Alfredo Zitarrosa.’ Entonces apareció un tipo de traje, de pelo engominado, con cara de representante de pompa fúnebre. No tenía idea quién era, lo vi y no entendí nada. Entró, se sentó y se puso una copa al lado. Traía un tocadiscos bastante primitivo. Colocó la púa y empezó a sonar `Guitarra negra’ sin voz... El empezó a recitar esos versos ante varios obreros que no tenían idea de lo que hablaba y ante un `hippie’ con pelo largo y barba que quería ser Bob Dylan y que estaba muy lejos de la estética de lo que estaba oyendo... Durante los primeros diez segundos la gente se miraba, yo también estaba un poco sorprendido. Al tercer verso quedé petrificado, `¿de dónde salió este marciano?’, pensé. Así hasta que acabó. Nunca vi nada más emocionante en mi vida. Desde entonces lo amo. No lo saludé, ni tampoco le dije nada. Al día siguiente salí a buscar material discográfico de él.” (Joaquín Sabina)
ron2.gif (93 bytes) “La estadía de Alfredo en España fue muy difícil. Como creo que en alguna medida también lo fueron sus años en México. En realidad, el exilio siempre es difícil. En primer lugar porque son situaciones no deseadas a las cuales cuesta asumir como algo natural. A pesar de que uno conoce bien esa frase que dice: `ya que nos jodieron tratemos de sacar provecho’, el carácter de Alfredo no era el más adecuado para hacer suyo este consejo. El vivía más pendiente, por ejemplo, de los resultados de Peñarol que de cómo solucionar los problemas que se le presentaban en sus días de exiliado. Por otro lado, mi país estaba viviendo lo que se dio en llamar `la transición a la democracia’. Eso hacía que alguien como Alfredo no pudiese acceder fácilmente al lugar que –por talento y por corazón– le hubiese correspondido. España era una nación que trataba de normalizarse con prisa y sin pausa, y no había espacio para los que no caminaban en esta dirección. En esto, Zitarrosa tampoco tuvo suerte.” (Joan Manuel Serrat)
ron2.gif (93 bytes) “En una reunión en el departamento de la calle Thames, yo le pregunté cómo componía porque sabía del problema que tenía en la mano (producto del corte que se había provocado en Cuba). `Bueno –me contestó–, generalmente silbo las canciones, la macana es que a veces me olvido algunas cosas porque no tengo grabador.’ Muchas de sus pertenencias ya estaban en Montevideo. Otro día que nos juntamos, yo me acordé de eso, y llevé a su casa un pequeño grabador de periodista que había conseguido y, como quien no quiere la cosa, lo dejé en la mesa. Terminamos de tomar mate, me hice el distraído, y me fui. Sabía que si se lo daba no me lo iba a aceptar. Llegué a casa y a los cinco minutos sonó el teléfono. `Víctor, usted se olvidó un grabador en mi casa.’ `Ah!... no importa –le contesté-, téngalo Alfredo, la verdad es que yo no lo necesito.’ `Véngalo a buscar, Víctor; a mí estas cosas no me gustan, disculpe.’ Volví inmediatamente a su casa, tomé el grabador y, cuando me iba, Alfredo me dio un abrazo y me dijo: `Mire, yo le agradezco, si realmente lo necesito se lo pido. Pero no se preocupe por mí, me parece que ahora estoy recuperando la memoria’... Yo admiraba su personalidad, era un hombre de una gran dignidad.” (Víctor Heredia)(Testimonios recogidos del libro Cantares del alma, del periodista Guillermo Pellegrino.)

 

 

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