Por Fernando Cibeira Un nuevo nombre se incorporó
ayer a la ronda de los posibles ministros de Fernando de la Rúa. El radical cordobés
Juan Carlos Palmero comenzó a sonar como posible ocupante de la cartera de Interior o de
Educación, los dos grandes casilleros vacíos que aún quedan en el organigrama
delarruista. Ex funcionario de Alfonsín y ex ministro de Angeloz, Palmero es hombre de
confianza del presidente electo desde hace años y según explicaban algunos
radicales reúne las condiciones básicas para ganarse un puesto en el gabinete. Por
lo pronto, ya tantearon su predisposición a mudarse a la Capital. Paralelamente,
resurgió la hipótesis de la ampliación de ministerios que, al parecer, terminarían
siendo 10. Con tantas marchas y contramarchas, ayer eran cada vez menos los que pensaban
que De la Rúa llegaría a presentar el gabinete completo el viernes, antes de volar a
Francia.
Lo poco que sacan en claro quienes estuvieron con De la Rúa en los últimos días es que
los tiempos del presidente electo son laxos y que no tomará decisiones apresuradas ni
bajo presión. Hasta tanto anuncie quiénes serán sus colaboradores, entonces, las
versiones que circulan por los pasillos del Hotel Panamericano continúan siendo lo más
cercano a la verdad de lo que será el futuro gobierno.
Fuentes radicales aseguraban que, en silencio, Palmero quedó posicionado como muy posible
ministro. Su relación con el presidente electo viene de lejos. Cuanto tenía veintipico,
De la Rúa tuvo su primer trabajo público como jefe de gabinete de Juan Carlos Palmero
padre, quien era entonces el ministro del Interior de Arturo Illia. Palmero hijo fue
secretario de Culto durante la presidencia de Raúl Alfonsín y, luego, ministro de
Gobierno de Eduardo Angeloz en Córdoba.
Sus buenos contactos con la Iglesia colocan a Palmero en condiciones de ocupar el
Ministerio de Educación, aun en la variante de que se una a la cartera de Justicia. La
otra posibilidad es que vaya a Interior, un lugar que el radicalismo quiere ocupar con
alguien de su propia tropa (ver aparte).
Hace no mucho, en un primer proyecto de ley, los ministerios iban a ser como 20. Luego,
cuando algunas voces del establishment salieron alarmadas a explicar la mala señal que
sería que el gobierno aliancista comenzara con una ley así, los ministerios pasaron a
12, luego a 10 hasta concluir que lo mejor era dejarlo en los mismos 8 que existían hasta
ahora.
Con ese criterio guía, el equipo encargado de preparar el proyecto de ley de ministerios
que encabeza Jorge de la Rúa y del que participan el frepasista Marcos Makón y el
radical Héctor Rodríguez, le dejó hace un par de días al presidente electo un informe
en el que las carteras del nuevo gobierno podían ser entre 8 y 10, según se optara por
unir o desdoblar diferentes áreas.
De acuerdo con la tendencia de ayer, los ministerios serían 10 con el desdoblamiento de
Economía y Obras Públicas más esta es la novedad el de Acción Social y
Salud. En tanto que Educación y Justicia seguirían como hasta ahora, cada uno por su
lado.
Si se tiene en cuenta que Graciela Fernández Meijide es número puesto para ocupar
Acción Social, el desmembramiento de Salud podría interpretarse como un recorte a sus
funciones. Con todo, en el plan general, el futuro ministerio de Graciela sería más que
la actual Secretaría de Desarrollo Social debido a que podría sumar Deportes, Turismo y
Cultura, áreas que hoy dependen directamente de Presidencia.
Sería darle a la salud la jerarquía que De la Rúa prometió durante la
campaña, explicó Héctor Lombardo, que descartó que la medida pudiera tener algo
que ver con el poder de Meijide. Amigo personal de De la Rúa y actual secretario de Salud
de la comuna, todo hace suponer que Lombardo encabezará el nuevo ministerio en caso de
que se cree. Del Ministerio deSalud dependería el PAMI, la regulación de las medicinas
privadas y varios programas nacionales como el de la lucha contra el sida.
Dudas y recelos en la dirigencia del Frepaso
Con temor de haber enojado al aliado
Por F.C.
No
sé si el Frepaso va a tener algún otro ministro, aparte de Graciela. La frase
pertenece a un dirigente frepasista que tiene su habitación en el Hotel Panamericano y,
aunque exagerada, sirve para indicar el clima que hoy vive la fuerza de Carlos
Chacho Alvarez luego de recibir algunas señales nada alentadoras.
El primer inconveniente entre los aliados surgió a partir de la decisión de Chacho de
hablar en público sobre la posibilidad de que Graciela Fernández Meijide ocupe un
ministerio antes de haberlo hablado a solas con Fernando de la Rúa. Para peor, Graciela
creyó ver en esa salida una señal así lo interpretan dentro del Frepaso y
dio un reportaje indicando cómo debía ser la política social del gobierno de la
coalición.
En el Frepaso admiten que la maniobra fue cuanto menos desafortunada. Y que si
bien no alcanzó a lastimar la buena relación personal que crearon De la Rúa y Alvarez,
sí puede haber quedado herida. En principio, De la Rúa no irá a los viajes
internacionales de esta semana acompañado de Chacho, pero voceros de la coalición
explicaron que eso se debe a exclusivos motivos de seguridad y que en ningún país del
mundo el presidente y su vice viajan juntos.
El otro traspié surgió a partir del nombramiento del frepasista Alberto Flamarique como
encargado de la transición en el área del Ministerio del Interior. La decisión provocó
la rápida reacción de operadores radicales, tendiente a evitar que Flamarique quede como
el jefe de la cartera política en el gobierno delarruista. Los radicales consideran que
con la mayoría de las provincias en manos del PJ, el Ministerio del Interior será clave
en las negociaciones con la oposición. Es que quien maneje los ATN tendrá la llave para
manejar el humor de los gobernadores justicialistas.
Hubo presiones para desalojar a Alberto de ese lugar, admite un legislador
cercano a Chacho Alvarez que, sin embargo, no admite la postura extrema de que este cuadro
de desavenencias signifique que el Frepaso no tendrá ministros. Lo de Graciela en
Acción Social es seguro y lo de Flamarique en Trabajo está en un 80 por ciento,
evaluó.
Con todo, la supuesta nueva postergación del anuncio de gabinete, que ayer se daba como
un hecho, podría alterar un poco más los nervios de los frepasistas, que quieren saber
en qué posición se encuentran. Cada día que pasa, en vez de avanzar parece que
estamos retrocediendo, concluía, resignado, el legislador.
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