Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


A 20 AÑOS DE LA CRISIS DE LOS REHENES EN TEHERAN
Un amor con barreras por USA

Los jóvenes revolucionarios islámicos que tomaron 53 rehenes por 444 días en la embajada de EE.UU. hoy apuestan a un país reformista.

na21fo02.jpg (19586 bytes)

El acto que ayer conmemoró la toma de los rehenes. Se convirtió en un mitin reformista.

na21fo01.jpg (16614 bytes)

La ex embajada de EE.UU. en Teherán con murales alegóricos. Hoy los conservadores quemarán aquí banderas de EE.UU. e Israel.


The Guardiande Gran Bretaña
Por Geneive Abdo Desde Teherán

t.gif (862 bytes) Carteles rojos y verdes de Coca-Cola decoran las paredes, las papas fritas se sirven en cajas vistosas y las hamburguesas se envuelven en papel amarillo. Lo único que falta son los arcos dorados. No es un secreto que el nuevo Star Burger de Asghar Shademanpour es un tributo al gigante del “fast food” del “Gran Satán”. Mientras Irán celebra hoy en Teherán el 20º aniversario de la toma de la embajada de Estados Unidos, Shademanpour vende miles de hamburguesas a los estudiantes y las familias que sueñan con visitar el país que se les ha enseñado a odiar. “Mi restaurante es tan popular porque les recuerda a Norteamérica”, dice Shademanpour, sonriendo de oreja a oreja. “Los clientes a menudo preguntan, ‘¿Esto es McDonald’s?’ Yo les digo, silencio, no digan McDonald’s. Las autoridades pueden oírlos y cerrarme el negocio.”En los 20 años desde que tomaron de rehenes a los empleados en la embajada de Estados Unidos, los conservadores mantienen viva la propaganda oficial antinorteamericana, pero para la mayoría de los iraníes es pura retórica. Se esperaba que durante las manifestaciones de hoy para marcar el día anual de la “Lucha Contra la Arrogancia del Mundo” se desempolvara el viejo slogan “Abajo con Norteamérica”. Pero estudiantes del una vez radical Daftar-e Tahkim-e Vahdat hicieron una manifestación ayer en la Universidad de Teherán, no en la puerta de la ex embajada de Estados Unidos, y no se quemó ninguna bandera, como sí había ocurrido en años anteriores. La pasión también desapareció de los que fueron militantes y que tomaron a los 52 rehenes norteamericanos durante 444 días. Uno es ahora miembro del consejo de la ciudad de Teherán y se llama a sí mismo un reformista. Otro era el editor del periódico Salam, que simbolizaba la libertad de expresión y libertades civiles, hasta que fue clausurado por los de la línea dura en julio. El diario fue influyente en la elección del presidente moderado, Mohammed Jatami, en 1997. “Todo lo que es bueno en el mundo llega de Norteamérica”, dice Alí de 21 años, comiendo una caja de papas fritas. “Las películas son las mejores, la música es la mejor, el arte es el mejor. No es Estados Unidos lo que los iraníes odian. Los británicos son los responsables de todos nuestros problemas. Esto es lo que está escrito en nuestro libros escolares.” En especial, a los británicos se los acusa de estar detrás del golpe de estado de 1921 conducido por Reza Khan, que se convirtió más tarde en Reza Shah, fundador de la dinastía Pahlavi que gobernó hasta la revolución islámica de 1979. Estados Unidos apoyó al gobierno iraní hasta que el ayatola Jomeini dirigió la revolución, que terminó con 2500 años de monarquía y estableció la República Islámica. Hay más que hamburguesas y papas fritas en la fascinación de Teherán por Norteamérica. Dos lugares nuevos de pollos fritos “fast food” que abrieron, se parecen a Kentucky Fried Chicken. Muchos lugares de la capital se parecen a una ciudad norteamericana de otras épocas, con autopistas –diseñadas por planificadores urbanos educados en Estados Unidos– por las que viajan envejecidos automóviles Chevrolet. Aghdasia, un ex enclave de Estados Unidos donde las casas fueron diseñadas hace 30 años para parecerse a las de los suburbios en California, todavía está en pie. El país hasta tiene su propio equipo nacional de baseball. Pero no todos los iraníes están dispuestos a adoptar la cultura de Estados Unidos con tanto entusiasmo como los jóvenes se devoran “fast food” en Star Burger. La imagen en cartón de Norteamérica como una gran potencia imperialista determinada a destruir la República Islámica es perpetuada desde los púlpitos a través de Irán cada semana durante laoración del viernes. Los diarios están llenos de críticas a la política norteamericana, no sólo hacia Irán, sino al mundo en general. Aun aquellos conservadores que siguen perpetuando la retórica de mantener la animosidad viva, reconocen que es básicamente por asuntos internos. En una rara admisión, el diario de línea dura Jomhuri-ye Eslami dijo en una editorial esta semana: “Luchar contra la arrogancia es parte de la esencia de la revolución islámica, y si esta lucha no existe, la revolución perderá su identidad real”. Aun así, los slogans oficiales han penetrado la psicología iraní. Cuando Shademanpour colgó los carteles de Coca-Cola en su restaurante, borró las palabras “hecho en Norteamérica”. Traducción: Celita Doyhambéhère

 

Historia de dos Iranes

Dos manifestaciones en dos días distintos con consignas distintas en conmemoración de un mismo aniversario. Las celebraciones en Irán por el 20 aniversario de la toma de la embajada norteamericana en 1979 subrayaron la escisión del país entre “reformistas” y “conservadores”. Por el lado de los primeros, unos 700 estudiantes se congregaron ayer en la Universidad de Teherán para conmemorar la fecha “en un espíritu de diálogo” hacia Estados Unidos. Los conservadores, en cambio, harán hoy su manifestación frente al edificio donde se encontraba la embajada, con actividades más tradicionales como quemar banderas norteamericanas e israelíes. Ayer el ayatola conservador Alí Jamenei, recalcó que se oponía a la “moderación” con Washington.


 

MOSCU ADMITIO QUE QUIERE RECONQUISTAR CHECHENIA
En busca de la república perdida

t.gif (862 bytes) El Kremlin reveló ayer que el objetivo final de su “operativo antiterrorista” en la república caucásica separatista de Chechenia era nada menos que la reconquista de todo el territorio. Igor Serguéyev, el ministro de Defensa, aseguró que “planeamos liberar no sólo a la capital Grozny, sino también a toda Chechenia”. La república había obtenido la independencia de facto que le costó una sangrienta guerra con Rusia en 1994-1996. Serguéyev subrayó además que la ofensiva rusa “cuenta con el total apoyo del presidente (ruso) Boris Yeltsin”. El ministro agregó que Gudermes, la segunda ciudad en importancia de Chechenia, está completamente bloqueada y sería capturada en uno o dos días. También prometió que Grozny, que está casi cercada, no sería asaltada, sino que sería sometida mediante bombardeos. La creciente tensión entre Washington y Moscú aumentó ayer luego de que Rusia probara con éxito un misil antimisiles. Mientras tanto, la situación de los refugiados atrapados en la frontera entre Chechenia y la república rusa de Ingushetia ayer seguía siendo desesperada. Aunque 10.000 personas esperan para cruzar, las autoridades rusas sólo están dejando pasar a unos 200 por día. Un enviado de la ONU, Christopher Carpenter, subrayó que la situación era crítica dado que “los refugiados no reciben ayuda y viven en condiciones muy difíciles”. Un guardia fronterizo ruso le explicó a un periodista que “preferiríamos verlos pasar a todos, pero tenemos órdenes de sólo dejar entrar a un número pequeño de mujeres y niños”. Haciendo una pequeña concesión a la presión internacional, el Kremlin envió ayer al ministro de Situaciones de Urgencia a Ingushetia en una gira de inspección a los campos de refugiados. En el frente interno ruso, Yeltsin interrumpió ayer sus vacaciones en Sochi, sobre el Mar Negro, y regresó súbitamente a Moscú para reunirse con el premier ruso Vladimir Putin. Según el portavoz de Yeltsin, durante esta reunión hablaron, entre otras cosas, sobre la entrevista que Putin sostuvo en Oslo con el presidente norteamericano Clinton. Durante la entrevista, Clinton había pedido que Rusia negociara con los chechenos. La prueba de un misil antimisil ruso de ayer pareció una respuesta a la propuesta norteamericana de modificar el tratado ABM, que limita el desarrollo de sistemas anti-misilísticos. Yeltsin se opuso terminantemente el lunes a cualquier alteración del tratado, y aseveró que “amenaza el proceso de desarme nuclear”. Insinuando una complicación adicional entre Occidente y Rusia, el Secretario General de la OTAN, George Robertson, afirmó ayer por primera vez que estaba “preocupado” por la guerra en Chechenia.

 

PRINCIPAL