A la
búsqueda de votos del mayor espectro político posible, los finalistas para el ballottage
presidencial del 28 de noviembre en Uruguay, el socialista Tabaré Vázquez del Frente
Amplio y el oficialista Jorge Batlle del Partido Colorado demostraron ayer la moderación
de la que son capaces sus respectivos discursos y campañas electorales. Uno de los dos
será el nuevo presidente de Uruguay. Quién, lo decidirá un ballottage el 28 de
noviembre. En su nueva actitud, con tendencia a la desideologización de las propuestas,
los dos presidenciables anunciaron que usarán solamente la bandera nacional uruguaya como
símbolo de identificación de sus campañas para la segunda vuelta de las elecciones. En
la primera, disputada el domingo, Vázquez obtuvo el 39 por ciento de los votos y Batlle,
el 31,7. El senador Reinaldo Gargano, secretario general del Partido Socialista, integrado
en el Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA) que lidera Vázquez, alertó de que se
debe tener mucho respeto hacia todos, no crear barreras insalvables en el discurso
que después no permitan conquistar la adhesión de otros, y tener mucho equilibrio.
Por su parte, el senador Alejandro Atchugarry del gobernante Partido Colorado
(centroderecha), un lugarteniente de Batlle, aseguró que ya es historia la
estrategia de plantear al electorado una opción entre el modelo liberal y el modelo
marxista. El gran misterio sigue siendo cómo votarán los electores del Partido Nacional
(o Blanco, centroderecha), tercero en las elecciones del domingo, con un 21,5 por ciento
de los votos, y más que centenario enemigo de los colorados. Los partidos de Tabaré y de
Batlle ya salieron a buscar una alianza. Pero los nacionalistas, socios menores de la
actual coalición de gobierno con los colorados del presidente Julio María Sanguinetti,
condicionaron su apoyo a un acuerdo programático, y postergaron su definición hasta la
semana próxima. Es decir, hasta que acaben las negociaciones en curso.Mientras, el
analista económico Alfonso Lema auguró que el monto de las reservas y el rápido acceso
al crédito internacional alejan el riesgo de una devaluación en Uruguay en el tiempo que
le resta al presente gobierno (hasta marzo del 2000) y durante el próximo, cualquiera
fuera su signo.Tendrían que sucederse una serie muy grande de problemas para que el
gobierno pierda el control sobre el tipo de cambio, declaró Lema, de la consultora
Tea, Deloitte y Touche, a la Radio El Espectador.Gargano y el dirigente socialista Hugo
Rodríguez llevarán un mensaje de Vázquez al XXI Congreso de la Internacional Socialista
(IS), que se realizará en París desde el próximo 8 de noviembre, donde también
concurrirá la recién victoriosa Alianza argentina. Rodríguez expresó la esperanza de
que el Congreso emita una declaración sobre los procesos electorales del Cono Sur, que
significaron el avance de fuerzas opositoras y progresistas, y que acepte la solicitud de
ingreso del Partido Socialista uruguayo como miembro pleno. |