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Por Patricia Chaina Carteles de neón enmarcan la silueta del viejo Obelisco. Un kiosco de revistas. Un taxi. Un cine. Buenos Aires de noche, inconfundible. Esas imágenes, de rigor cinematográfico, preludian "Encuentros de cine", un programa de televisión en el cual dos personalidades de la industria cinematográfica conversan, sin conductor mediante, sobre la historia de su relación con lo que otrora se llamaba el séptimo arte. Realizado por la Escuela de Cine y TV del Centro de Investigación Cinematográfica y dirigido por Diana Alvarez, docente de esa escuela, "Encuentros..." comienza hoy a las 21.30 por canal á, con una charla entre Marilina Ross y Duilio Marzio. "Yo era chiquita y te admiraba tanto que tenía hasta una foto tuya guardada entre mis cosas más queridas", confiesa Marilina a poco de comenzar el encuentro. Marzio le cuenta entonces cómo se inició en la actuación desde el juego infantil. Y, al recordar la historia de su padre, un músico que dirigía orquestas para musicalizar películas mudas, "hasta que el cine parlante lo dejó sin empleo", el actor le va explicando también al espectador partes importantes de la historia del cine. Con lo que se cumple uno de los objetivos del ciclo. Marilina recuerda su ingreso en el medio en los programas de TV de David Stivel, desde donde a los dos años de actuar hizo su primera película, "que se llamó El televisor", puntualiza. Y avanza: "Te voy a contar cómo fue el inicio de La Raulito porque una vez te escuché en un reportaje y tenías otro punto de vista sobre eso. A lo mejor nos ponemos de acuerdo", incita. Y revive idas y venidas del director Lautaro Murúa que no quería filmar la película "con Marilina", hasta que el primer día de rodaje la actriz le demostró saber de qué hablaba cuando hablaba de actuación. En esa jornada "se filmó la última escena de la película", señala Marzio, mientras en la pantalla gigante ubicada como telón de fondo de una austera escenografía "La Raulito" observa el mar desde la playa. Mientras los actores conversan, la pantalla muestra al espectador imágenes de sus películas. A pesar de ello, son las palabras de los protagonistas el centro de la escena, y la dinámica del programa toma el color de las personalidades de quienes conversan. Una modalidad eficaz en épocas donde el show de la palabra juega a desplazar a la imagen como vedette de las pantallas de TV, lográndolo la mayoría de las veces. Pero el método implica un alto costo: no siempre los personajes entregan aristas interesantes al espectador. Esa complicación puede ser comprobada en la TV de aire a través de "Trip". El programa de Cuatro Cabezas (en Telefé) sobre charlas de viajes gana cuando un personaje como Moria Casán le habla a Carlos Percivalle sobre cómo esquivar a la DGI, o cuando el cómico recuerda emocionado los últimos días de vida de Tato Bores. Pero "Trip" se desinfla cuando, aun recurriendo a figuras conocidas como Natalia Oreiro y Andy Kusnetzoff, éstos no logran ensamblar sus relatos. Ni hablar de viajes donde los protagonistas son Toti Ciliberto y Verónica Lozano, o Matías Camisani, Juan Ponce de León y Nahuel Mutti, los tres juntos. "Encuentros..." corre ese mismo riesgo, pero en su primer envío lo resuelve con soltura. Marilina introduce los temas con la ductilidad propia de una conductora experimentada: escucha y comenta, cuenta y deja hablar. Y el programa salta de climas reflexivos a narraciones que causan gracia o asombro sin solución de continuidad. Ella despliega sus dotes histriónicas ganándole con su simpatía a la dura luz que destella en la mitad de su rostro. Está charlando con un amigo. Eso refleja. Y él no se queda atrás. Ella le cuenta sobre su primer desnudo en cine: "Fue para Piedra libre, estábamos en una bañadera con Luisina (Brando), nos dirigía Torre Nilsson y como me daba pudor le dije: 'Todos desnudos y listo'". "¡Maldita, muy bueno!", interviene Marzio. Y Marilina explica: "Todo terminó con Torre Nilsson en calzoncillos, santito...". Final del primer envío. Para los próximos programas, "Encuentros de cine" mostrará las reuniones de Eduardo Calcagno y Víctor Laplace, Graciela Borges y Federico Luppi, Norma Aleandro y Eduardo Mignogna.
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