Por Cledis Candelaresi
Desde Mar del Plata
José Luis
Machinea y Roque Fernández le dieron calor político a la segunda mañana del coloquio
empresario de IDEA. En tono severo, aunque cortés, el referente económico de la Alianza
recriminó al Gobierno dejarle un problema fiscal de 10 mil millones de pesos.
Señaló que todavía no está decidido subir el componente impositivo al gasoil; que duda
que la nueva Ley de Coparticipación pueda ser aprobada antes de febrero próximo; que
está en contra del discutido aumento salarial a un grupo de empleados estatales; y que no
descarta la dolarización para un caso extremo. De inmediato, el actual ministro de
Economía recogió el guante. Esta administración no deja bombas de tiempo ni
píldoras envenenadas. En 1989 el déficit fiscal equivalía al 10 por ciento del PBI,
ahora es de sólo el 2 por ciento, retrucó Roque, seguro y relajado ante el colmado
auditorio patronal. Fue quien se llevó los mayores aplausos.La mesa matinal congregó a
las principales figuras del staff económico político. También integró el panel el
diputado justicialista Jorge Remes Lenicov y el moderador fue nada menos que Ricardo
López Murphy, quien tuvo la misión de incomodar a Machinea al transmitirle preguntas de
los asistentes que éste resistió contestar. Vengo como referente económico de la
Alianza y no voy a hacer ningún anuncio. Eso le corresponde al Presidente y a quien él
designe como ministro, aclaró apenas comenzó su exposición.Sin cuentas
públicas en orden no se puede solucionar el problema del desempleo ni tener políticas
activas, sentenció Machinea, después de explicar cuál es el principal problema a
resolver, ayudado de un slide titulado Déficit del piloto automático.
El Gobierno proyectó un déficit para este año de 5000 millones, pero nosotros
pensamos que va a ser de 6000, por menores ingresos y un aumento del gasto público,
arrancó. Pero la brecha real sería mayor: hubo 1700 millones de ingresos extraordinarios
por privatizaciones, 1400 producto de la baja de aportes que impactaría en el Presupuesto
que viene y 900 millones de incremento en los intereses.Ese cuadro de las cuentas
detallado por el economista de la Alianza se cierra con las magras perspectivas de
recaudación del año 2000: en el supuesto que la economía creciera un 5 por ciento
a su juicio no lo hará más de un 3, los ingresos aumentarían 2500 millones,
de los cuales sólo 1500 irían a las arcas de la Nación.Espero que les quede
claro, increpó Machinea desde el panel, sin conseguir ni con esfuerzo una sonrisa.
Luego, siguió con las recriminaciones. Hasta ahora el Gobierno puso mucho énfasis
en la recaudación pero poco en la fiscalización. Nosotros le daremos más poder a la
DGI para combatir la evasión, prometió. Roque expuso a continuación.
Tuvimos que enfrentar gastos extraordinarios, como los bocones previsionales o la
absorción de las cajas previsionales de las provincias. De lo contrario, nuestro
presupuesto estaría equilibrado, se defendió.López Murphy honró su papel de
moderador. Al sintetizar las ponencias, recalcó que Machinea también reconoció la
voluntad del ministro saliente para contener el gasto en plena contienda electoral. Roque
ya no tuvo oportunidad de desmenuzar sus ideas: no hubo una sola pregunta dirigida a él
de la concurrencia que lo despidió efusivamente.
Gananciaspor aportes
En la tónica de relacionar cualquier variable con el empleo, el
economista radical Pablo Gerchunoff propuso frente a los empresarios de IDEA aumentar el
Impuesto a las Ganancias para poder bajar los aportes patronales. Según uno de los
hombres de mayor confianza de Machinea, la resultante disminución del costo laboral
sería un importante incentivo para contribuir a superar el desempleo. Además, la medida
permitiría disminuir el empleo en negro y, en consecuencia, proveer cobertura social a un
mayor número de trabajadores. Gerchunoff amplió sus consideraciones a la necesaria
relación entre crecimiento y resolución de los problemas sociales. No alcanza
sólo con el gasto asistencial, debe ir acompañado por crecimiento, si no, no
habrá recursos para aliviar la situación de los que están peor, precisó. Otra de
las medidas propuestas por el economista de la Alianza fue la creación de un fondo
anticíclico como política social para no tener una contracción del gasto frente a
una crisis, lo que implicaría deteriorar aún más la condición de los sectores más
marginados de la sociedad, argumentó. |
DEBATE LA ALIANZA LA IDEA DE SUBIR IMPUESTOS INTERNOS
Primera grieta en el paquete
Por C.C.
Desde Mar del Plata
No
hay ningún proyecto acordado para aumentar los impuestos internos, aseguró a Página/12
José Luis Machinea, quien eludió cuidadosamente dar precisiones sobre el paquete fiscal
en marcha. La negativa del posible ministro de Economía de Fernando de la Rúa descubre
una de las primeras fisuras que se hacen públicas en la Alianza, ya que desde el viernes
pasado un puñado de diputados frepasistas presentaron un proyecto para aumentar la base y
la alícuota de esos impuestos. De todos modos, aunque no lo quieran reconocer
públicamente, en FADE, la fundación que dirige Machinea, han estado estudiando esa
iniciativa.La modificación de Internos es uno de los puntos que discute el equipo
económico de la Alianza, desesperado por herramientas que le permitan incrementar los
magros ingresos públicos. Pero mientras los técnicos ligados a De la Rúa eligen
cuidadosamente qué hacer, un grupo de diputados ligados al Frepaso, Guillermo Estévez
Boero y Alfredo Bravo, entre otros, presentaron una iniciativa que propone con todo
detalle aquellos cambios.Antes de que el proyecto sea ampliamente conocido por todos los
legisladores de la coalición, las empresas potencialmente involucradas por la iniciativa
se pusieron en pie de guerra. La primera reacción correspondió a las
tabacaleras.Es un proyecto de algunos socialistas, intentó minimizar el
diputado radical Carlos Becerra. Sirve para abrir la discusión sobre el tema, pero
no tiene el consenso de la Alianza. Modificaron el procedimiento de rutina: debería haber
esperado que el proyecto estuviera discutido y tuviera el aval de todos,
opinó.Ricardo López Murphy es aún más renuente que Machinea para opinar sobre el
paquete fiscal en danza que, según prometió ante este diario, prevé criticar apenas sea
anunciado formalmente por el presidente electo. A mí no me gusta subir ningún
impuesto. Claro que, con este desastre en las cuentas públicas, la perspectiva puede
cambiar, señaló ante Página/12.El desafío de emparejar las cuentas públicas
también enfrenta criterios en el debate del proyecto del Presupuesto del 2000, que para
algunos aliancistas es una especie de caja de Pandora. Encontramos que un ente que
sintetiza los trámites legales pendientes de las empresas que se privatizaron tiene un
presupuesto de 200 millones, objetaba ayer Becerra.Parte de la corrección que
intentará la Alianza para que el déficit del año próximo no supere los 4500 millones
tal como prevé la ley de Convertibilidad Fiscal provendría de la nueva
estructura ministerial. Esta iniciativa busca eliminar una serie de subsecretarías y
mandos intermedios de la administración pública central, que permitiría aliviar al
Tesoro en un monto aún no precisado.
Proyecto para dar más poder a la DGI
Por C.C.
Desde Mar del Plata
Fernando de la Rúa ya
tiene listo un proyecto para reformular el Código Tributario y dotar de más poder a la
Dirección General Impositiva. La propuesta consiste, básicamente, en engrosar las
atribuciones del organismo recaudador, que podrá hasta disponer el remate de los bienes
de quienes deban al Fisco. La iniciativa fue elaborada por Juan Carlos Gómez Sabaini, con
la colaboración de Carlos Silvani, titular de la Administración Federal de Ingresos
Públicos. Discutí el tema con De la Rúa, comentó a este diario.La
modificación sustancial al Código Tributario tiene el propósito de jerarquizar la sede
administrativa para permitir que tanto las pruebas, que descubren a un contribuyente como
moroso, como la decisión de ejecutar la obligación con un remate de sus bienes recaigan
en la DGI y no estén reservados a la Justicia, como ocurre en la actualidad. El
mecanismo, según precisó Silvani ante Página/12, sólo sería aplicable a aquellas
deudas en firme, y siempre y cuando el contribuyente no interponga un recurso de
excepción. Aun así, el cambio podría ser sustancial, ya que una mínima porción de los
reclamos que formula la DGI son negados por los demandados. El mecanismo consensuado entre
el equipo saliente y el entrante daría mucha celeridad a los trámites de cobranza que
hoy suelen diluirse en la maraña burocrática judicial. Este acercamiento entre Silvani y
los técnicos de la Alianza refuerza la hipótesis de que el titular de la AFIP podría
conservar su puesto. Silvani sonrió cuando este diario le preguntó si recibió algún
ofrecimiento. Lo que es seguro es que me voy a quedar a vivir en la Argentina,
fue su enigmática contestación.
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