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Por Facundo Martínez  El Boca
bicampeón podría quedar desmantelado. Después de un año y medio de retención de
jugadores --ésa era una de las condiciones que imponía Carlos Bianchi para seguir en
Boca--, el mercado internacional tuerce las voluntades y los sueños de que el mismo
equipo continúe ganando campeonatos. Diego Cagna se va al Villarreal, en diciembre --la
operación se arregló ayer en las oficinas de Mauricio Macri (ver aparte)-- y se arregló
un compromiso de venta al mismo club de Rodolfo Arruabarrena, aunque el lateral recién se
iría en junio de 2000. A este cuadro hay que sumarle el acuerdo de venta de Martín
Palermo al Lazio o al Milan (ver aparte). Existe la posibilidad de que el club pierda,
también en diciembre, a los mellizos Barros Schelotto, en la licitación entre Gimnasia y
Boca en la que se pondrán en juego los respectivos 50% de los pases. Está confirmado que
en junio se va Walter Samuel a Roma. Para colmo, existen cuatro clubes italianos
interesados por Jorge Bermúdez y un club inglés que querría al arquero Oscar Córdoba.Antes de que se confirmaran la transferencia de Cagna y la más que posible de Arruabarrena, durante el entrenamiento matutino en Casa Amarilla, el defensor Jorge Bermúdez fue observado por un empresario italiano, quien estaba acompañado por otro empresario argentino, Miguel González, quien señaló: "Hay cuatro clubes de Italia que tienen intenciones de llevarse al jugador". En tanto que el arquero boliviano José "Gato" Fernández comentó a la prensa de su país que el representante de Oscar Córdoba lo habría tentado para venir a Boca, debido a que el colombiano podría desembocar, en el futuro, en un club de Inglaterra. Las cuentas son sencillas. El Boca titular es con Córdoba; Ibarra, Bermúdez, Samuel, Arruabarrena; Cagna, Serna, Gustavo; Riquelme, Guillermo, Palermo. Hay dos vendidos (Cagna y Samuel), uno casi (Arruabarrena), otro transferido en diciembre según Macri (Palermo), sondeos por otros dos (Córdoba y Bermúdez) y dos más en una situación "inestable" (los mellizos). ¿Qué equipo podrá presentar Bianchi en el comienzo del Clausura 2000? ¿En el debut de la Copa? ¿Y en julio, cuando arranque el Apertura? Así las cosas, los objetivos que Carlos Bianchi y Mauricio Macri acordaron en el momento de firmar la renovación del contrato del entrenador parecen desdibujarse. La Copa Libertadores y el proyecto de las inferiores sufrirá alteraciones importantes. Porque Bianchi no contará con la base en la que deposita su confianza --hasta ayer sostenía que "con este equipo se puede ganar la Copa"--, y porque nada indica que esta tendencia se reprima. El mismo Macri reconoció la imposibilidad de un club argentino, aunque se trate de Boca, de retener a sus figuras debido a las diferencias económicas que existen entre el mercado europeo y el local. No es una novedad que Macri quiere ver realizado su sueño de un equipo compuesto por mayoría de juveniles de las inferiores del club, pero aunque el presidente prefiera cubrir las ausencias con chicos de las inferiores, teniendo en cuenta la realidad de la competitividad del fútbol argentino, las pérdidas reales y potenciales obligarán a Bianchi a exigir algunas compras. Lo que demandará la construcción de un nuevo equipo. Tomando en cuenta sólo las ventas concretas, lo mínimo que pedirá Bianchi son un volante y un delantero. El volante podría ser Cristian Bassedas, uno de los preferidos del técnico, en tanto que aún no está definido el nombre del delantero, pese a que en Boca suena el nombre de Diego Klimowicz, goleador de Lanús. Por ahora sólo se trata de trascendidos, pero esa plaza la podría ocupar algún jugador argentino que en este momento está jugando en el exterior. ARRUABARRENA CASI Por F. M. Apenas terminó la reunión entre Macri y el consejero del Villarreal, el representante de Cagna, Gustavo Mascardi, confirmó la concreción del pase del volante al club de la segunda división española. El mismo se hará efectivo para cuando termine el Apertura o cuando Boca pierda toda posibilidad de obtener este torneo. Llaneza manifestó su conformidad por haber logrado destrabar la operación, y anunció el interés de su club por Rodolfo Arruabarrena, quien podría acompañar a Cagna a partir de junio del 2000, a cambio de 4 millones de dólares por el 72,5 por ciento del pase. Un hecho determinante para que Boca ceda en su posición de no soltar al jugador fue la voluntad del volante quien informó ayer al presidente de Boca y al entrenador sus deseos de emigrar y de no desaprovechar esta oportunidad. Por el pase. Boca pretendía 4 millones limpios, y el Villarreal, que el jueves había ofrecido 3, se estiró hasta 3,3 millones; aunque la venta se hizo por el 80 por ciento del pase, de los cuales 2,3 serán en efectivo, 500 mil le quedarán a Boca por un partido amistoso frente al Villarreal, y otros 500, correspondientes al 20 por ciento del pase que le pertenece a Boca, siempre que el Villarreal no venda al futbolista antes de los dos años. Y, si el club español transfiere a Cagna antes de lo pactado, los xeneizes cobrarían ese 20 por ciento, pero sobre el valor de la futura venta. Enterados de la noticia sobre la concreción del pase, el plantel completo festejó con un brindis la operación mientras compartían el tradicional asado de camaradería. El que no se mostró conforme con la determinación de Cagna fue Bianchi. Quizás por eso no quiso tocar el tema durante la conferencia de prensa que brindó minutos antes de que se oficialice la noticia. "Sigo pensando lo mismo --manifestó el técnico, quien unos meses atrás había afirmado que a Cagna no le convenía ir a jugar al Espanyol, por ser un equipo menos importante que Boca--. Hay cosas que conversé con Diego que no les puedo decir, y que yo tengo que escuchar".
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