Por Fernando Almirón Carlos Chacho
Alvarez tendrá que presidir un Senado controlado por la mayoría justicialista. Pero, al
menos por ahora, no son los aliancistas los más preocupados por su futuro en la Cámara.
El bloque de senadores del PJ se desplaza al filo de la ruptura entre menemistas y
duhaldistas quienes se disputan el liderazgo de la oposición. Con la aprobación de los
pliegos de Carlos Corach desembarcará en el Congreso uno de los infantes más efectivos
que tuvo Carlos Menem en su gestión. Otros hombres del Presidente también intentarán
quedarse con la representación del peronismo en las negociaciones a la que se verá
obligada la Alianza: Eduardo Menem y Eduardo Bauzá. Entre los duhaldistas, pretenden
convertirse en interlocutores Augusto Alasino y Ricardo Branda. Alvarez apronta sus
anzuelos a la orilla del río revuelto del justicialismo. Antonio Cafiero intentó el
martes pasado acercar posiciones entre los dos bandos en pugna. Fue durante una cena
organizada en su casa de San Isidro a la que fueron convocados los integrantes de la
bancada oficialista. Esa noche, los senadores decidieron rápidamente bajarle el pulgar al
ahora ex juez Hernán Bernasconi, y pasar los temas que realmente les preocupan: quién
controlará desde la oposición al poderoso Senado de la Nación a partir del 10 de
diciembre, y qué hacer con la presidencia provisional del cuerpo. Así como Fernando de
la Rúa deberá gobernar con la mayoría de los estados provinciales en manos del
justicialismo, Chacho Alvarez presidirá la Cámara de Senadores que controla cómodamente
el PJ, y en la que Eduardo Menem ocupa su presidencia provisional. Si el peronismo se
niega a abandonar el cargo, un hombre de la oposición ocupará el tercer lugar en la
sucesión presidencial. Esta es la pieza clave de la actual negociación entre el PJ y la
Alianza.Hace unos 20 días atrás el senador Menem sugirió que podía dar un paso al
costado, una posibilidad a la que se opusieron con firmeza los menemistas, y en cambio,
apoyaron con entusiasmo los duhaldistas. Para estos últimos, la presidencia provisional
le corresponde al partido que esté a cargo del Ejecutivo. Mientras para Bauzá y Corach,
a la fuerza que tenga mayoría en el cuerpo: el PJ.En realidad el juego gira en torno a
los acuerdos que se pueden pactar con la renuncia del senador Menem al cargo que ejerció
durante diez años, tanto en la interna partidaria como con la Alianza. Los legisladores
más cercanos a Carlos Menem quieren aprovechar que su hermano es quien tiene en su poder
la decisión para sacar el mayor provecho político a su renunciamiento. Y quedarse así
con la presidencia de las comisiones más importantes del cuerpo: Presupuesto y Hacienda,
Asuntos Constitucionales, Acuerdos. Si Eduardo renuncia será para quedarnos con la
representación de la oposición en el Senado, aseguran los menemistas que de todos
modos no están convencidos de entregar la pieza. En el sector duhaldista que integran
entre otros Augusto Alasino, Jorge Villaverde, Osvaldo Sala, Ricardo Branda y Julio San
Millán, quieren aprovechar el recambio para arrinconar y disputarle espacios al
menemismo. Al anticipar su disposición de entregar a Eduardo Menem, los duhaldistas le
estarían arrebatando a los hombres del Presidente su poder de negociación a la hora de
designar a los que manejarán las comisiones estratégicas. Y tampoco están de acuerdo en
entregar un lugar clave si los acuerdos no los benefician. Por estos días se han
endurecido en extremo todas las posturas, señaló un senador del PJ. Así es
confirmó otra fuente de la bancada, en lo interno se esgrime una dureza que
incluso amenaza con romper el bloque, y hacia la Alianza un mensaje de intransigencia
donde nada parece ser negociable. Otra fuente opinó que sólo se trata de la
dureza típica de los condimentos de un puchero que todavía se está cocinando. En
este sentido hay quienes dicen que todavía falta poner en la olla parte de la receta.
Señalan que el quórum del PJ dependerá de la continuidad de sus alianzas con los
partidos provinciales. Y que hay nuevos nombres que pretenden quedarse con la
representación partidaria en el Senado. Y que si Eduardo Menem se va, otros podrían
ocupar su lugar: Branda, Alasino o Cafiero. Lo mismo sucede con la jefatura de la bancada,
la que podría quedar en manos del senador Menem, y a la que también aspira el histórico
Cafiero. Alvarez, de cuna peronista, ya está hablando con todos.
Claves de la Cámara alta La intrincada trama de la interna justicialista
será el escenario en el que Carlos "Chacho" Alvarez deberá buscar el consenso
que necesita para llevar adelante su gestión al frente del Senado.
* El bloque de senadores del PJ está dividido entre menemistas y duhaldistas,
prácticamente por partes iguales.
* El sector del duhaldismo está representado por la mesa de conducción del bloque que
dirige Augusto Alasino y al que respaldan Jorge Villaverde, Ricardo Branda, Osvaldo Sala,
Julio San Millán, Julio Humada y Omar Vaquir, entre otros. Estos se adjudican la
representación de la futura oposición oficial en la Cámara alta.
* El menemismo ofrece como interlocutores extraoficiales a Eduardo Menem, Eduardo Bauzá,
Carlos Corach y Jorge Yoma, entre su exponentes más representativos.
* Antonio Cafiero se presenta como la figura alternativa que puede navegar entre las dos
aguas, lo que lo convierte en otra de las figuras en la que los aliancistas deberán poner
su atención.
* En un lugar expectante se encuentran los legisladores que podrían comenzar a responder
simultáneamente a más de una conducción. Los que comenzarán a apostar sus fichas a los
futuros proyectos presidenciales: José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann.
* Chacho Alvarez sabe que la interna del PJ dará para largo, y ya le dio instrucciones a
quien será su operador en el Senado, José Genoud --presidente del bloque de la UCR--
para que instale más de una línea de interlocución con los justicialistas. Entre ellas
privilegió, además de la oficial con el jefe de la bancada Augusto Alasino, a Eduardo
Menem, Carlos Corach y Jorge Yoma.
* Alvarez también deberá tener en cuenta a los senadores de los partidos provinciales
tradicionalmente aliados al PJ que ahora, con el manejo del Tesoro en manos de la Alianza,
podrían llegar a ser susceptibles a sus propuestas. |
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