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Cuando todavía falta un mes para que Carlos Ruckauf asuma la gobernación de Buenos Aires y el ex golpista Aldo Rico se convierta en su ministro de Seguridad, ya se mete bala en territorio bonaerense. El partido QuilmesChicago por la duodécima fecha de la Primera B Nacional fue suspendido a los 11 minutos, cuando estaba 0-0, por el feroz enfrentamiento de la policía provincial con los hinchas visitantes. La pelea se originó en la calle cuando los agentes impidieron el paso a dos hinchas de Chicago con una bandera verdinegra y ante la protesta de los simpatizantes se desató una represión muy pocas veces vista en un estadio de fútbol. Las hinchadas de ambos equipos son amigas desde hace 30 años y no hubo ningún episodio de violencia entre ellas. Es más, estaban juntas en las tribunas.Estoy muy caliente y soy abogado, no voy a hacer declaraciones sobre lo que pasó pero sólo voy a decir que hay un solo partido en el fútbol argentino que se puede jugar sin policías y ese partido es Quilmes-Nueva Chicago, dijo el vicepresidente del club local, José Luis Meiszner. El presidente, Daniel Razetto aseguró que me comprometo a que esto se investigue hasta las últimas consecuencias y su colega de Chicago, Jorge De Paoli, afirmó que la gente tuvo que soportar agravios inexplicables y la policía reprimió en forma innecesaria. Realmente no se puede entender. En el vestuario visitante hubo momentos dramáticos porque varios jugadores de Chicago querían averiguar la suerte de familiares y amigos que estaban en las tribunas populares cuando se produjo el enfrentamiento.Hubo alrededor de 40 heridos entre los hinchas de Chicago, de los cuales 8 debieron ser trasladados al hospital de Quilmes donde dos quedaron internados. Se trata de Marcos Espósito y Pablo Robledo, ambos con más de 10 balazos de goma en sus cuerpos. De los dos el estado de Robledo es el más comprometido ya que un proyectil de goma habría hecho impacto en un testículo. También quedaron internados dos policías, uno de ellos con traumatismo de cráneo mientras que otros tres recibieron curaciones y se retiraron. Los enfrentamientos comenzaron en las calles que rodean el estadio Centenario entre los simpatizantes de Chicago y la policía que le impidió a dos hinchas entrar con una bandera del club. Luego continuó en la tribuna visitante cuando sonaron algunos petardos y la policía disparó balas de goma indiscriminadamente. Las dos hinchadas mantienen una larga amistad y suelen reunirse en asados de camaradería antes de los partidos que enfrentan a sus equipos. Sin embargo, hubo 140 policías al mando de Agustín Lencinas para controlar a dos hinchadas que son amigas desde hace 30 años.Pese a la pelea que se había producido en la calle, el partido comenzó. Sin embargo, a los 11 minutos, el juez Rafael Furchi decidió suspenderlo por falta de garantías. Mientras se jugaba, se cruzaban balazos y piedras en las tribunas y se daba una lucha cuerpo a cuerpo entre los hinchas y los agentes. Furchi es el mismo que hace siete días hizo seguir Huracán-Banfield pese a que Diego Graieb casi se muere en el césped. La cancha de Quilmes había sido suspendida hace dos semanas por el Instituto Bonaerense del Deporte, a cargo de Sergio Groupierre. Sin embargo, los dirigentes de Quilmes apelaron la suspensión que los obligaba a jugar a más de 100 kilómetros de su estadio este partido con Chicago, fueron beneficiados con el dictamen judicial y así pudieron recibir a sus amigos de Mataderos en el Centenario.
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