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EL CONTADOR QUE CUIDA LAS CUENTAS DE LA AFA
El hombre del lápiz

A partir de la reforma estatutaria acordada este año, la AFA es el ente de control de los presupuestos de los clubes. La entidad que cierre en rojo será suspendida y podrá ser penalizada con la pérdida de la categoría. El hombre que está a cargo de esa fiscalización es el contador Juan María Manganiello que está en la casa de la calle Viamonte desde antes de que arribara Julio Grondona. Curiosamente, el hombre que va a controlar a los clubes, a la vez, está imputado de graves irregularidades por su gestión al frente del Banco Municipal de La Plata.

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Por Gustavo Veiga
t.gif (862 bytes)  Juan María Manganiello es un hombre de espíritu inquieto. A los 72 años, preside el Tribunal de Cuentas de la AFA, conduce el Banco Municipal de La Plata y es titular del Círculo de Periodistas Bonaerenses. Además continúa matriculado como contador público y ejerce su profesión, pese a que le sobra edad para jubilarse. “Si no, sería un muerto civil”, apunta. Las diversas funciones no le impiden disfrutar de una condición que él vincula con su actividad, el perfil bajo. “Debe ser por la formación, un contador es un técnico, no busca litigios, trata de arreglar las cosas”. Sin embargo, el cargo que ocupa al frente de un organismo de control clave para el futuro de los clubes acaso le impida seguir gozando de su apacible anonimato en el ambiente futbolístico. Y tal vez le provoque disgustos como los que sufre por las denuncias de irregularidades en el banco platense que hoy encabeza (ver aparte).
–¿Desde cuándo preside el Tribunal de Cuentas de la AFA?
–Aunque ya había existido muchos años antes y luego se desmanteló, en 1974, y durante la presidencia del escribano Mitjans, me designaron al frente del Tribunal de Cuentas. ¿Sabe quién era el secretario general? Carlos Tacchi, el hombre que estaba en la DGI y que ya falleció. El reglamento del Tribunal de Cuentas lo redactó él.
–¿Usted es un hombre cercano a Gimnasia y Esgrima La Plata?
–Sí (sonríe), lo que pasa es que Gimnasia es un equipo muy popular. Pero yo soy hincha de San bu08fo02.jpg (7762 bytes)Lorenzo de toda la vida. Lo que ocurre es que nací en Alberti, un pueblo de la provincia de Buenos Aires y me radiqué en La Plata cuando fui a estudiar. Uno llega a una ciudad como ésa y tiene que ser de Gimnasia o Estudiantes. Calcule que vivo en la misma casa hace 41 años.
–¿Y cómo empezó la sólida relación que aún hoy mantiene con Julio Grondona?
–En 1976 él ya era tesorero de la AFA y me conoció a mí por intermedio de Oscar Venturino, un ex presidente de Gimnasia y también del contador Ignacio Ercoli, un ex presidente de Estudiantes. Cuando en 1979 lo eligieron a Grondona para conducir la AFA, yo le elevé la renuncia, pero él no la aceptó. Me dijo: conozco su actuación, quédese.
–¿Para qué sirve el Tribunal de Cuentas de la AFA?
–Hasta hoy servía solamente para el control de las cuentas de la AFA que mejoraron de manera extraordinaria con una serie de modificaciones que hizo Grondona en toda el área contable. Por eso, podemos firmar los balances con mucha tranquilidad. Pero la fisonomía del Tribunal cambió. Ahora va a cumplir dos funciones. Además de auditar a la AFA, tiene que controlar económica y financieramente a los clubes.
–¿Y de qué manera va a ejecutar esta política que se ampara en la modificación más reciente del estatuto?
–Quiero que quede clara una cosa. No se puede hacer todo de la noche a la mañana. Piense en lo siguiente: todos los clubes tienen que ir adaptando su cierre de ejercicio al de la AFA, al 30 de junio. Pero antes deben modificar sus estatutos por asamblea. Entonces, estamos en una transición.
–¿Usted es consciente de que tendrá más poder y que, si el Tribunal de Cuentas determina que los números de un club no cierran, eso puede significar lisa y llanamente el descenso de un club?
–Nosotros le vamos a comunicar todo al Comité Ejecutivo. A mí me tocó como ex presidente del Banco Provincia de Buenos Aires tomar decisiones difíciles. Nada es fácil, así que imagínese.
–¿Qué ocurriría si, por razones políticas, los dirigentes amparan a un club que tiene los balances en rojo o contradicen sus dictámenes?
–Si el Tribunal tiene razón, yo me voy. Aunque le quiero decir que desde la asunción de Grondona, el cambio en nuestro organismo ha sidoextraordinario. Porque somos escuchados. En este momento, la contabilidad de la AFA es una contabilidad bien llevada. –En el balance de la AFA cerrado este año, según el Tribunal que usted preside, los créditos otorgados a los clubes tienen un alto índice de incobrabilidad, ¿cómo se entiende esto?
–En este momento creo que deben casi 56 millones, pero los dueños de la AFA son los clubes. O sea, quienes tomaron la plata prestada son los mismos dueños.
–¿Alguna vez le dijo a Grondona esto no va así?
–Sí, sí... El nunca discutió un dictamen del Tribunal de Cuentas. No sé si la gente lo conoce a Grondona como lo conozco yo. Es un hombre que escucha, comprende perfectamente cuando alguien le lleva un problema. Nunca puso un obstáculo.
–¿Usted le cuestionó los sucesivos préstamos a Racing tomando en cuenta las pésimas administraciones que se daban en ese club?
–Sí, lo hemos conversado, aunque ocurre que también hay un Comité Ejecutivo. Como contador tengo la obligación de decir las cosas.
–¿Grondona lo ha consultado cuando la AFA firmó sucesivos contratos millonarios con Torneos y Competencias o cuando lo hizo con la empresa Reebok por la indumentaria de la Selección nacional?
–Nos pone en conocimiento, como corresponde. Nosotros, si no estamos de acuerdo, algunas cosas observamos. Pero tome en cuenta que el presidente del Tribunal de Cuentas es elegido por el presidente de la AFA.
–¿Los miembros del Tribunal son rentados o ad honorem?
–Hay un grupo de contadores que va a estar rentado. Por ahora, no son más que tres. Uno de ellos es el doctor Humberto Mucelli, que es profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de La Plata. Y también están los doctores Eduardo Núñez y Roberto Sambuccetti. Los propuse yo.
–¿Ustedes van a recorrer los clubes o se desempeñarán desde la AFA?
–No, vamos a estar en la AFA, nuestras oficinas están en el sexto piso. Los clubes ya han entregado documentación y en general han cumplido, aunque a lo mejor, no como uno quisiera. Sí hubo una muy buena recepción. Los contadores y tesoreros están viniendo a pedir aclaraciones. Me parece que tienen interés en amoldarse a las normas de la AFA. No le quiero macanear. Pero quizás dentro de dos meses la cosa esté mucho más armada.
–¿Y usted hasta cuándo va a seguir como presidente del Tribunal? ¿No tiene pensado jubilarse?
–No, ni siquiera me jubilé como contador. Además, cuando termino una función vuelvo a mi estudio. Yo, durante la presidencia de Grondona, me quise ir repetidas veces. Pero él siempre me dijo: nos vamos juntos. Va a ser difícil que me vaya, porque Grondona se queda siempre.

 

El preso de Suárez Mason

El 22 de abril de 1976, el contador Juan María Manganiello –casado, tres hijas– quedó detenido por una orden del Primer Cuerpo de Ejército, que estaba bajo la conducción del ex general Carlos Guillermo Suárez Mason, el mismo que hoy se presenta como el señor Suárez, a secas, como si sus crímenes pudieran pasar inadvertidos. Manganiello vivía en La Plata, donde había ocupado importantes cargos entre 1965 y el último golpe militar. Había sido contador del Ministerio de Educación Bonaerense, contador general del Estado provincial –un cargo creado en 1822– y presidente del Banco Provincia de Buenos Aires. Militante justicialista de casi toda la vida, había adherido a la causa del general Perón en 1945, cuando a los 18 años ya era afiliado del Partido Laborista y definía su origen político como “de una raigambre nacionalista, católica...”

–¿Cómo fue que lo detuvieron a casi un mes de instalada la dictadura en marzo del ‘76?

–Me fueron a buscar, pero yo no estaba en mi casa. Igualmente fui y me presenté. Yo pensé, me presento un jueves y el lunes salgo. Si yo no había robado, no había tocado un peso. Al final, estuve seis meses adentro.

–¿Sabía que lo buscaban?

–Sí, me habían allanado la casa, pero esa noche estaba en la Capital Federal. Yo era presidente del Banco Provincia de Buenos Aires, que no era un cargo menor. Me llevaron a la Unidad 9 de La Plata, que por entonces era una cárcel común y ahora es para menores.

–¿Fue blanqueado cuando lo detuvieron?

–Sí, es decir, me pusieron a disposición del Poder Ejecutivo al segundo día. Yo no sabía lo que era la palabra blanqueado. Cuando llegué a la cárcel y como vivo hace muchos años en La Plata y conozco a demasiada gente, el director de la Unidad 9, que se llamaba Parenti, una persona bellísima, me dijo: “Juan, estás blanqueado”. Y entonces aprendí lo que era esa palabra.

–¿Fue sometido a torturas o malos tratos?

–No, yo no puedo decir nada. Estaba en el mismo pabellón que De Stéfano. Juancito quedó preso cuando yo llevaba como dos meses.

–Acaso usted y De Stéfano sean casi los únicos hombres vinculados al poder del fútbol que terminaron en prisión durante la dictadura, ¿no?

–A ver, déjeme pensar. Ahí donde me detuvieron a mí estuvo preso Guillán, el telefónico, pero él nada que ver con el fútbol. Yo, le dije, estaba en el banco y Juan era el secretario general de la gobernación.

–¿Le quedó la misma sensación que a De Stéfano, quien sostiene que el gobernador peronista Victorio Calabró lo traicionó cuando negoció con los militares?

–No, yo a Calabró lo sigo queriendo. Cuando uno acepta un cargo en la función pública, sabe los riesgos. Yo no culpo a nadie, me tocó a mí y punto.

–¿Y qué pasó durante su detención con el cargo de presidente del Tribunal de Cuentas de la AFA que usted mantenía?

–Una de las personas que más hizo por mí fue el ex presidente de Gimnasia, Oscar Venturino, por quien tengo un especial cariño y recuerdo. Yo tuve una licencia forzosa. Cuando salí en libertad, presenté dos notas en la AFA; en una anunciaba mi renuncia y en la otra decía que regresaba. Aceptaron esta última.



“Tendrá un velorio vacío”

t.gif (862 bytes) “Tener hoy en el Banco Municipal de La Plata al contador Juan María Manganiello como fiscalizador de la entidad, significa lisa y llanamente una afrenta a la sociedad platense, además de constituir un insensato intento de institucionalizar la corrupción en el corazón del organismo destinado a proteger los intereses financieros de la Comuna...” Este es un tramo del informe final realizado por la Comisión Especial Investigadora del Banco Municipal de La Plata integrada por cuatro concejales platenses de la Alianza: Francisco Da Giau, Alejandro Simonoff, Claudio Frangul y Alberto Darhanpé. Los cuatro ediles concluyeron su trabajo en septiembre último y se lo entregaron al fiscal general de la provincia, Héctor Vogliolo, para que investigara.

El contador Manganiello se encuentra en un brete. No sólo ha sido cuestionado por su desempeño al frente de la entidad crediticia. Además, un ex vicepresidente del Banco Municipal, Luis Martínez Varela –con quién mantenía diferencias–, lo acusó cuando declaró ante el Concejo Deliberante de La Plata de haber “traicionado la causa justicialista por el resto de sus días”. Inclusive, el detractor de Manganiello fue más allá. Se atrevió a vaticinar que “morirá a velorio vacío...”

Todas estas imputaciones tienen su origen en el papel que viene cumpliendo el veterano contador al frente del banco, quien las atribuye a “factores políticos”. Manganiello presidió la entidad entre diciembre de 1991 y el 8 de junio de este año en que renunció. Sin embargo, tiempo después volvió a conducir al Banco Municipal cumpliendo la función de fiscalizador, “un cargo que no existe y que inventó el Intendente Julio Alak mediante un decreto”, según el concejal Da Giau. Ocurrió que antes de esta designación, el Concejo Deliberante le había rechazado el pliego como presidente a Manganiello.

Hoy existen dos causas en la Justicia por las supuestas irregularidades cometidas durante la gestión de Manganiello. Ambas están en manos del juez de garantías, César Melazzo, quien tuvo dificultades para llevar adelante el caso cuando a un fiscal, Antonio Raimundi –el primero que investigó el tema del banco– le sacaron la causa. Da Giau atribuye esta situación a cuestiones políticas, utilizando el mismo argumento que esgrime Manganiello para defenderse.

Al actual titular del Tribunal de Cuentas de la AFA y sus ex colaboradores en el Banco Municipal se los investiga por un préstamo concedido a una ignota firma denominada Construar SA para la fabricación de viviendas, por un convenio con la filial La Plata de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación para el otorgamiento de créditos a sus afiliados y otros asuntos que la comisión investigadora de ediles difundió a través de su informe en septiembre.

La situación del contador y militante peronista se complicó tanto que realizó un pedido de eximición de prisión ante el juez Federico Guillermo Atencio, por lo que calificó como “falta de garantías suficientes” de la investigación que llevaba a cabo el fiscal Raimundi. Hoy, Manganiello denomina como “campaña muy despiadada” a las denuncias contra el banco, y asimismo, considera que las consecuencias de este caso resultaron para él “peores que la detención durante la última dictadura”.

De algo no puede quejarse Juan María Manganiello. Las muestras de solidaridad que recibió fueron tan contundentes, como graves los hechos que se le imputan. La noche del lunes 27 de septiembre, en el restorán El Jardín de La Plata, más de 300 personas –entre contadores, empresarios, académicos y ex futbolistas como Juan Carlos Rulli y Daniel Bayo– le organizaron una especie de cena de desagravio.

La frutilla del postre llegó desde la Capital Federal. Julio Grondona, su amigo fiel y presidente de la AFA, estuvo en la comida para saludarlo y se dejó sacar una foto sonriendo junto a él que ilustró una edición posterior del diario platense El Día.

 

 

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