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 Tres bombas
explotaron ayer en la ciudad costera de Netanya en Israel, hiriendo a 33 personas
precisamente un día antes que israelíes y palestinos se reunieran para discutir un
acuerdo final. Fue el primer ataque significativo que sufrió el premier laborista
israelí Ehud Barak desde su elección seis meses atrás. Los líderes palestinos e
israelíes condenaron el ataque, pero sostuvieron que no los apartaría de abrir hoy las
negociaciones en todos los temas clave del conflicto, incluyendo el futuro de Jerusalem y
el status de millones de refugiados palestinos. Ningún grupo se responsabilizó por las explosiones, pero las sospechas recayeron sobre militantes palestinos de Hamas y de Jihad Islámica, enemigos de alcanzar un acuerdo de paz final el próximo año. Las explosiones de ayer llegan cuando Barak estaba dando pasos para confirmar sus compromisos con los palestinos, irritando a los israelíes de derecha. Recientemente abrió una ruta para los palestinos entre Cisjordania y Gaza, liberó prisioneros, y planea entregar la semana que viene más tierra cisjordana al control palestino. Muchos israelíes reunidos ayer en el lugar de las explosiones sostenían que no había que darle más oportunidades a la paz si continuaban los atentados terroristas. Los manifestantes gritaban "Barak go home" y "Bibi, Bibi," el sobrenombre del ex premier, el derechista Benjamin Netanyahu.
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