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"Aquí hubo connivencia entre los gobiernos constitucionales y las Fuerzas Armadas. Nunca se admitió, por parte del Estado, que hubo desaparición de personas." Estas serán algunas de las palabras que se escucharán hoy en la conferencia de prensa que realizarán los organismos de derechos humanos de Uruguay por el caso del nieto/a desaparecido del poeta Juan Gelman. Los defensores de derechos humanos uruguayos no ahorrarán hoy críticas al presidente de su país, Julio María Sanguinetti. Página/12 publicó el domingo una carta en la que Sanguinetti intentó responder a los reclamos del poeta por su nieto o nieta desaparecido. Gelman se había entrevistado con el secretario general de la Presidencia de Uruguay, Elías Bluth, el 7 de mayo pasado y éste le había comunicado que Sanguinetti iniciaría una investigación para tratar de dilucidar el paradero del nieto de Gelman. Ante la falta de respuesta el poeta hizo pública la exigencia. Intelectuales, artistas y personalidades de todo el mundo sumaron su voz. José Saramago, Eric Hobsbawn, Joan Manuel Serrat, Eduardo Galeano y René Favaloro son sólo algunos de los que le pidieron a Sanguinetti que usara los recursos que como jefe de Estado posee y le diera una respuesta al poeta. En su carta, Sanguinetti aseguró que inició una "discreta investigación" por la cual "no había surgido ningún dato que permitiera conformar la presencia de su nuera en el país". "Ni yo ni nadie en el mundo tiene la capacidad de milagro de aclarar algo tan difícil con sólo una orden", aseguró Sanguinetti. Ayer, este diario publicó la respuesta de Gelman a la contestación de Sanguinetti. Allí el poeta señala con nombre y apellido a los represores que podría interrogar sobre el tema el presidente de Uruguay, quien había dicho que todos los que conocen los hechos son ancianos o están muertos. La edad de los militares mencionados por Gelman oscila entre 54 y 63 años. La nuera del poeta, María Claudia García Irureta Goyena de Gelman, fue secuestrada el 24 de agosto de 1976 por un grupo de tareas argentino y llevada al campo de concentración Automotores Orletti. En la segunda semana de octubre de ese año, fue trasladada por militares uruguayos al local del Servicio de Información de Defensa, en Montevideo. "A pesar de las denuncias aquí nunca hubo una investigación de los hechos. Ni durante los dos períodos de Sanguinetti ni durante el gobierno blanco (de Luis Alberto Lacalle). Ni la Justicia, por la ley de caducidad penal, ni la comisión creada en el Parlamento, porque se le retiraron facultades, hicieron nada", aseguró ayer la uruguaya Sara Méndez, anticipando los argumentos que los organismos de derechos humanos plantearán hoy. Sara Méndez fue secuestrada junto con su hijo Simón Riquelo en julio de 1976 en el barrio de Belgrano. Como la nuera de Gelman, estuvo detenida en Automotores Orletti aquí y en la División III del Servicio de Información de Defensa. No recuperó a su hijo, que era un bebé en 1976, aunque está segura de que es el joven que fue anotado como Gerardo Vázquez. Los Vázquez Morales, que criaron a este chico, son familia política de Juan Antonio Rodríguez Buratti, ex jefe del departamento de Inteligencia de Uruguay que estuvo en Argentina a cargo de operativos del Plan Cóndor. Según la investigación de Gelman, Buratti fue uno de los dos militares que escoltaron a su nuera cuando salió del edificio del Servicio de Información de Defensa con su bebé en un moisés y destino desconocido.
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