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Por Claudio Zlotnik Apenas dos semanas después de las elecciones, en el Congreso ya se escuchan voces de advertencia hacia Fernando de la Rúa, incluso de legisladores de la Alianza. "Sería una muy mala señal que un gobierno recién electo empiece su gestión aumentando impuestos", comentó en diálogo con Página/12 el diputado aliancista Eduardo Santín, miembro de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja. A las presiones que ejercen radicales y frepasistas, se les suman las resistencias que opondrá en el Parlamento la bancada justicialista a cualquier iniciativa que ponga el peso del ajuste en las provincias. En los pasillos del Congreso se viven horas expectantes. Toda la atención está puesta sobre el proyecto presupuestario que en las próximas horas dará a conocer José Luis Machinea. Por ahora, los legisladores se limitan a hacer conjeturas sobre el contenido del ajuste fiscal que propondrá el próximo equipo económico. No obstante, en los bloques de la Alianza de Diputados y Senadores esperan definiciones oficiales para esta misma semana. "Si ello no ocurre, se complicaría la posibilidad de aprobar el Presupuesto antes del 10 de diciembre", afirman los legisladores. En las reuniones informales que vienen manteniendo diputados del PJ y de la Alianza hay coincidencia en varios puntos: por un lado, asegurarle al gobierno entrante la aprobación del Presupuesto 2000. Pero, al mismo tiempo, condicionar ese visto bueno a que Machinea no limite el objetivo de equilibrar las cuentas públicas a un "impuestazo". En ese sentido, la mayor resistencia de los legisladores es a la posibilidad de disminuir el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, la generalización del IVA a los rubros hasta ahora exentos, un nuevo incremento del componente impositivo de los combustibles, la eliminación de los fondos específicos de las provincias y a la desaparición del Fonavi --con el cual se construyen viviendas populares-- y cuya exclusión figura en el proyecto presupuestario diseñado por Roque Fernández. "La idea no es juntar plata castigando a los mismos que tienen la mayor carga tributaria", señaló Santín, dando una clara advertencia de la oposición que generaría aun entre los aliancistas la posibilidad de elevar la presión fiscal. En cambio, en el Congreso aceptarían un aumento de los impuestos internos, que fueron rebajados durante la época de Domingo Cavallo al frente del Palacio de Hacienda. Al respecto, mañana habrá una reunión entre los diputados Juan Pablo Baylac (Alianza) y Emilio Martínez Garbino (PJ) para analizar los productos a los que se les podría incrementar la tasa impositiva. En esa lista podrían figurar bienes suntuarios, bebidas alcohólicas (excepto el vino) y las gaseosas cola, no así las frutales que llevan un componente de cítricos, evitando perjudicar a las economías regionales. A su vez, hay consenso para pedirle a Machinea la postergación de la rebaja de los aportes patronales prevista para el mes que viene, lo que posibilitaría un ahorro fiscal anual de 900 millones de pesos. Un referente de la bancada justicialista de Diputados comentó a este diario el estado de ánimo que prevalece en el bloque. "Si Machinea propone aumentos impositivos, que no cuente con nosotros. En el PJ no vamos a pagar costos políticos por un gobierno que no es el nuestro", apuntó. Sobre el futuro de los gastos reservados y los ATN (aportes del Tesoro a las provincias), en la Alianza ya armaron grupos de análisis para determinar su viabilidad. "Hay áreas que deben mantener fondos reservados --como la SIDE--, pero que deberán hacer una minuciosa rendición de cuentas", señaló el diputado Santín. En su búnker de la FADE, Machinea ya está al tanto de los condicionamientos de los legisladores. Y busca fórmulas que le aseguren cumplir con el déficit fiscal comprometido para el 2000.
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