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Por Marina Caporale Con un estrado, pupitres y una sala de audiencias construida a escala, y aprovechando un viejo galpón ferroviario abandonado, la Universidad Nacional de Lanús acaba de inaugurar un aula-juzgado, diseñada para realizar juicios virtuales (simulacros para los alumnos) y procesos de resolución de conflictos reales. Desde el primer cuatrimestre del 2000, el aula será usada para dictar clases de posgrado y cursos de capacitación sobre mediación escolar, comunitaria, familiar y penal. Los alumnos serán los 3850 estudiantes de la universidad, pero también jueces y policías bonaerenses. Además, esperamos que pueda ser usada para brindar asistencia a la comunidad y realizar verdaderos juicios y negociaciones, anunció Mirta Fabris, responsable del proyecto.Reciclado mediante, la flamante aula-juzgado funciona en un viejo galpón que perteneció a los antiguos talleres ferroviarios de Remedios de Escalada. Además de estrado y pupitres para la defensa y la fiscalía -que, en rigor, todavía están en construcción, el aula cuenta con una gran sala de audiencias con capacidad para cincuenta personas. Allí se van a dictar las clases de la maestría en Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Justicia y, gracias a un convenio con el Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense, se van a dar cursos de capacitación para jueces y para personal policial en servicio, explicó Fabris, directora académica del Centro de Estudios sobre Prevención y Resolución de Conflictos (Ceprec). También hay un proyecto para que la universidad ceda este espacio para que funcionen mediaciones comunitarias y familiares, agregó Fabris.En el mismo galpón se construyeron dos oficinas. Allí funcionará el Ceprec, recién creado para promover el estudio, investigación y capacitación de cuestiones referidas a la resolución de conflictos. Los conflictos se pueden solucionar por la vía judicial o a través de métodos alternativos, como la mediación y la negociación explicó Fabris. Ambos procesos implican un ritual establecido, que requiere determinados tiempos y espacios. Este juzgado permitirá generar situaciones virtuales de juicios y mediaciones. El objetivo del aula, sin embargo, va más allá de la formación y capacitación. Uno de los pilares de esta universidad es la vinculación con la comunidad. Por eso, queremos que éste sea también un espacio de asistencia comunitaria, donde se solucionen conflictos reales, dijo Fabris.Vista desde afuera, el aula no es más que un viejo galpón, con paredes de ladrillos y portones de madera, ubicado a unos doscientos metros del edificio central de la universidad, construida en terrenos del antiguo Ferrocarril Roca (ver aparte). Para amoblarlo, se pidió ayuda a la Corte de la provincia de Buenos Aires, que dio asesoramiento sobre la disposición espacial y la forma que deben tener los escritorios y pupitres. En la parte posterior del aula, a más de dos metros del suelo, una pasarela especialmente construida permitirá a los estudiantes filmar las clases. El aula va a funcionar a pleno el cuatrimestre que viene, cuando se pongan en marcha los cursos de capacitación dirigidos a funcionarios y comiencen las clases de la maestría, dijo Fabris. Por ahora, es usada para dictar seminarios y conferencias, y como espacio para realizar reuniones internas de la universidad, que cuenta con un plantel de 160 docentes.
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