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La Corte Suprema colombiana aprobó ayer la extradición a Estados Unidos de un capo del narcotráfico, el venezolano José Flores Garmedia (capturado en Colombia), sólo un día después de que otro tribunal colombiano decidiera extraditar al narco colombiano José Jaime Lara Nausa. El fallo contra Lara fue considerado ayer un posible motivo del atentado del martes en Bogotá con una bomba de alto poder. La posibilidad de que los carteles estén organizando una ola de atentados para frenar las extradiciones llevó ayer al ministro de Justicia colombiano, Rómulo González, a amenazar con extraditarlos a todos si lo hacían. El proceso de paz del gobierno con la guerrilla registró un avance luego de que el Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo, revelara que estaba analizando cuánto territorio de un área desmilitarizada entregarle al Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista, la segunda guerrilla del país) para entablar negociaciones. El anuncio de Ricardo reveló un cambio importante en la actitud de Bogotá, que anteriormente se había negado terminantemente a ceder una zona de distensión al ELN semejante a la que ya tienen, y del tamaño de Suiza, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas). La declaración confirmó al líder del ELN, Pablo Beltrán, que el martes había proclamado que el gobierno ya aceptó desmilitarizar un área en el norte del país. El ELN no baja las armas y ayer secuestró a siete periodistas gráficos y televisivos en el Nevado de Santa Marta, al norte del país. En contraste con este progreso, las negociaciones del gobierno con la guerrilla marxista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) parecen estar en peligro. El servicio secreto colombiano informó ayer que las FARC preparaban una ofensiva contra Bogotá. Y entregó a los medios una serie de órdenes supuestamente interceptadas a las FARC para probarlo. Como si esto fuera poco, el Ejército colombiano anunció ayer haber abatido a un alto jefe de las FARC. En Colombia, sin embargo, la atención no se concentró ayer en estos desarrollos, sino que estuvo dominada por las especulaciones sobre la autoría del atentado del martes en la capital. Según el comandante de la policía de Bogotá, general Argemiro Serna, la bomba contenía al menos seis kilos de indugel, un explosivo muchas veces más potente que la dinamita. Fue colocado junto a un poste de luz en la esquina de un sector residencial de la capital colombiana, cerca de una ruta frecuentemente transitada por altos jefes militares y policiales del gobierno. Tres funcionarios fueron heridos por la explosión. Aunque se mencionó la posibilidad de que los autores del atentado hayan sido grupos guerrilleros o paramilitares, la principal sospecha recayó sobre los carteles del narcotráfico. El ataque despertó ecos de la ola de atentados narcoterroristas de 1997, que buscó sin éxito impedir la ratificación de la reforma constitucional que permitió la extradición de criminales colombianos. Colombia tiene actualmente en sus manos a 44 narcos buscados por Estados Unidos, por lo que los carteles podrían estar intentando intimidar al gobierno para evitar su extradición. Este alto número de narcos en prisión dio fuerza ayer a la amenaza del gobierno de extraditarlos a todos si se registraban más atentados. En lo que se refiere a las extradiciones, el presidente colombiano Andrés Pastrana parece estar a mitad de camino entre ceder al poder del narcotráfico colombiano y a las demandas de Estados Unidos. El diario colombiano El Tiempo reveló ayer que el Departamento de Estado norteamericano le comunicó hace cinco meses que, si en marzo del 2000 quería la certificación plena sobre la lucha antidrogas, debería extraditar a narcos colombianos antes de que terminara el milenio. Si un país no consigue esta certificación, perdería la ayuda financiera de Estados Unidos, a cuyo gobierno Pastrana ya le pidió 1500 millones de dólares.
LA ASAMBLEA APROBO 389 DE LOS 396 ARTICULOS En lo que ya es abiertamente una carrera contrarreloj, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) aprobó ayer 389 de los 396 artículos de la nueva Constitución venezolana. Se destacó ayer que los artículos aprobados permitían la unificación de las Fuerzas Armadas y la concesión del voto a los militares en servicio. La ANC buscará aprobar el documento definitivo antes del 15 de noviembre para poder presentarlo a referéndum popular el 15 de diciembre.La velocidad de la ANC se logró a costa de dejar para hoy y mañana el debate sobre los temas más sensibles de la reforma constitucional. En estos dos días, la ANC tendrá que decidirse sobre el cambio de nombre de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela, si el Congreso será unicameral, la prohibición constitucional del aborto y la inmunidad parlamentaria. El presidente venezolano, Hugo Chávez, cuyos partidarios cuentan de una abrumadora mayoría en la ANC, sugirió la semana pasada que el espinoso tema de la reelección presidencial se decida en el referéndum constitucional del 15 de diciembre. Una encuesta reveló ayer que el 68 por ciento de los venezolanos votaría por el Sí en estos comicios, pero no informó cuáles eran las opiniones del electorado sobre los aspectos específicos de la nueva Constitución. En otro frente, Raúl Arrieta, el representante de Venezuela ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), asumió ayer en nombre del Estado venezolano la entera responsabilidad por 35 muertes durante la represión del caracazo en 1989, un levantamiento popular contra el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez. Arrieta aseguró que Chávez quería compensar rápidamente y equitativamente a los familiares de las víctimas.
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