Por José Natanson Dos dirigentes
claves del radicalismo bonaerense buscan un lugar en el complejo universo de la Alianza.
El primero es Federico Storani. Luego de su derrota en la disputa por la presidencia de la
Cámara baja, el diputado tendría ahora posibilidades ciertas de conducir algún
ministerio: Relaciones Exteriores o Interior. El segundo es Melchor Posse, quien se
reunió en dos oportunidades con Enrique Coti Nosiglia y convino en que harán
esfuerzos conjuntos para convencer a De la Rúa de que lo designe como interventor del
PAMI o de la ANSeS. El miércoles por la mañana, después entregarle la célebre carta a
De la Rúa, Storani criticó por primera vez abiertamente al presidente electo, al que
acusó de no hacer honor a un viejo acuerdo que incluía que el diputado se convertiría
en el próximo titular de la Cámara baja. Hay que buscarle un lugar a
Storani, dijo De la Rúa a un grupo de íntimos el miércoles por la tarde, antes de
una reunión a solas con el diputado. Allí se terminó de sellar la suerte del
bonaerense: el lugar que tanto ambicionaba quedó en manos de Rafael Pascual. Una vez que
finalizó el encuentro, el jefe del bloque radical no quiso dar precisiones, pero su
espíritu crítico se había transformado mágicamente en voluntad conciliadora. Dos
dirigentes cercanos a Storani aseguraron ayer que el diputado sería designado en algún
ministerio. La primera especulación es que se convertiría en canciller, un lugar que
Storani ambicionaba en caso de que no se cumpliera su aspiración inicial. De la Rúa, sin
embargo, ha deslizado su voluntad de imprimirle al Ministerio de Relaciones Exteriores una
orientación eminentemente económica, que no se compadece con el perfil político de
Storani. La otra versión es que el presidente electo aún no logró encontrar un
dirigente adecuado para el Ministerio del Interior y que Storani podría ser designado al
frente de ese área.Posse quedó políticamente debilitado como consecuencia de la derrota
bonaerense. Es que el intendente de San Isidro había cedido enormes espacios
plasmados en el acuerdo agitado por Storani a cambio de su candidatura a
vicegobernador. Una vez que se conocieron los resultados de la elección, Posse se retiró
unos días a un campo y luego se ausentó de la Capital Federal. Anoche llegó dispuesto a
retomar la actividad política.A pesar del silencio mediático, el intendente se comunicó
con De la Rúa, quien le reconoce haber trabajado como pocos en la campaña electoral.
Posse no quiso formular un pedido directo y prefirió conversar su futuro con Nosiglia,
con el que se encontró en dos oportunidades. Los dos dirigentes se entienden bien.
Comparten el criterio de dialogar con todos los sectores sindicalistas,
justicialistas y han sellado una alianza estratégica que se basa en el
enfrentamiento que mantienen con los caciques del radicalismo provincial. Durante los
febriles meses de campaña, Nosiglia cedió una oficina de su propiedad en el centro de la
Capital para que Posse se reuniera todas las semanas con representantes del peronismo.El
intendente le dijo a Nosiglia un hombre al que De la Rúa escucha con
atención que no aspira a un cargo ministerial y que su futuro podría ser la
intervención de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS). No es un lugar
menor: la ANSeS es una de las principales reparticiones del Estado, tiene siete mil
empleados y un presupuesto de 20 mil millones de pesos. El PAMI, que sería intervenido
apenas asuma el nuevo gobierno, es otra de las posibilidades lucubradas por los dos
dirigentes.Mientras Storani y Posse esperan una señal de De la Rúa, en el Hotel
Panamericano continúa la danza de ministeriables. Es como el juego de la oca: uno
avanza dos casilleros, otro retrocede tres, decía ayer un dirigente radical. Las
duda central es la Jefatura de Gabinete. Página/12 informó ayer que Carlos
Chacho Alvarez le manifestó a De la Rúa su oposición a que ese lugar fuera
ocupado por Fernando de Santibañes, el nombre que más le gustaba al presidente electo.
De la Rúa modificó sus planes y el sillón máximo del gabinete parece hoy reservado
para Rodolfo Terragno, el candidato inicial. Rodolfo avanzó un par de
lugares, decía ayer el radical, un poco cansado por la falta de definiciones.
FALTAN DOS FIRMAS EN EL PLIEGO DE CORACH
Legisladores olvidadizos y rebeldes
Por Santiago Rodríguez
Presurosos por satisfacer los deseos de Fernando de la Rúa, los legisladores porteños de
la Alianza que deben legitimar el pliego de Carlos Corach como senador por la Capital
Federal hicieron mal las cuentas y demostraron saber tan poco de matemática como de
política: anunciaron que tenían aprobada en comisión la designación del ministro del
Interior en la Cámara alta, a pesar de que faltaban dos firmas para cumplir ese trámite.
Es que dieron por sentado que otros dos diputados refrendarían el dictamen y resulta ser
que ahora nadie pone el gancho para habilitar el ingreso al Senado de una de las figuras
emblemáticas del menemismo.Las desavenencias que genera dentro del bloque aliancista el
nombramiento de Corach hicieron que el quórum del plenario de las comisiones de Asuntos
Constitucionales y de la Junta de Etica que anteayer trató su pliego fuera el
estrictamente reglamentario: la mitad más uno. Ese es el número que se requiere también
para emitir despacho de mayoría y como Marta Oyhanarte y el radical Felipe Figuerero se
negaron a firmar el diploma, el aval de los 11 restantes no era suficiente.Aunque el
reglamento no lo permite taxativamente, es habitual entre los legisladores considerar
aprobados con reserva los dictámenes cuando tienen asegurada la firma de los
que faltan. De eso se valieron los asistentes a la reunión presidida por los
radicales Agustín Zbar y Mabel Diez para dar todo por hecho. En sus cálculos, Abel
Fatala, Raúl Puy y Raúl Zaffaroni pasarían a firmar, pero hasta ayer ninguno de los
tres tenía en sus planes hacerlo.Diez admitió a Página/12 que el despacho tiene
11 firmas y está reservado en la Junta de Acuerdos porque va a haber más
firmas.¿Y quién lo va a firmar?Eso lo debe consultar usted con los
legisladores.Ya consulté y ningún legislador más quiere firmarlo.Ah,
entonces no sé.Entre los legisladores que podrían haber firmado el pliego es Fatala
vicepresidente del bloque aliancista el más presionado por los que quieren
cumplir con la ley como dijo De la Rúa y aprobar la designación
del ministro del Interior. Va a resistir hasta que lo descuarticen, explicaron
a este diario los hombres que lo rodean.Zaffaroni ya tiene un viaje agendado para la
semana próxima, dijeron en el entorno de ese legislador. Y agregaron que es
del ámbito jurídicoacadémico desde el cual le pueden pedir explicaciones. Así, que
venga de quien venga la orden, buscará la forma para evitar pronunciarse.Los
socialistas como Puy o como Fernando Finvarb, quien también podría firmar el
pliego por integrar la comisión que lo trata se preguntan: ¿Por qué vamos a
poner nosotros el cuerpo y otros no?, en alusión a los radicales Cristian Caram,
Daniel Bravo y Figuerero, quienes ya adelantaron que no votarán al ministro del
Interior.Así las cosas, puede suceder que la Alianza logre disciplinar su tropa o que
Corach decida finalmente recurrir a la mayoría peronista en el Senado e ingrese a la
Cámara alta por la ventana.
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