Por Raúl Kollmann A la Argentina
llegaron por lo menos 180 criminales de guerra nazis. La cifra exacta todavía no se
conoce y puede ser bastante más alta. Lo que sí se comprobó es que Juan Domingo Perón
sabía todo y creó condiciones para la llegada de esos criminales, aunque no se
estableció su responsabilidad. Criminales de guerra croatas trajeron al país unos 200
kilos de oro provenientes de saqueos a víctimas del nazismo. A la Argentina llegaron dos
submarinos del Tercer Reich, que se rindieron en la base naval de Mar del Plata, pero
está descartado que hayan arribado otros sumergibles y, por consiguiente, no
desembarcaron de esa forma ni jerarcas ni riquezas nazis. Estas son las conclusiones
finales algunas de ellas imprecisas a las que llegó la Comisión para el
Esclarecimiento de las Actividades Nazis en la Argentina (CEANA) tras dos años de labor.
Ayer el canciller Guido Di Tella dio por cerrados los trabajos de la comisión.El proyecto
de la CEANA fue una iniciativa del Gobierno para investigar un tramo oscuro de la historia
argentina: los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la llegada de criminales de
guerra y su relación con los gobiernos argentinos de aquella época. Aunque después de
dos años de labor las conclusiones no fueron categóricas, se trató del primer esfuerzo
real de profundizar en la cuestión. Siempre se habló y se sospechó dijo
ayer el canciller Di Tella, pero con estos trabajos demostramos seriamente que la
Argentina está dispuesta a investigar su pasado y poner sobre el tapete cosas que no
debieron haber ocurrido.Aunque el documento final no se terminó de redactar, éstas
son las conclusiones fundamentales de la comisión que presidió Manuel Mora y Araujo y
que condujo Ignacio Klich en la tarea científica:u Se estimó en 180 la cifra mínima de
criminales de guerra que llegaron al país. Con nombre y apellido se registran unos 30
alemanes, 50 croatas y 100 franceses. El propio Klich mencionó que pueden ser muchos
más, aunque dijo que no podía precisar cuántos. Todo indica que en este rubro la CEANA
no pudo hacer una estimación más o menos aproximada: la lógica indica que a la
Argentina llegaron más alemanes o croatas que franceses, pero estos casos son los únicos
que se pudieron comprobar. u Ni Adolf Hitler ni Martin Bormann llegaron a la Argentina.u
La investigación hecha en Francia y Bélgica permitió comprobar que en el país se creó
la SARE, Sociedad Argentina de Recepción de Europeos, una organización que sirvió para
que entraran numerosos criminales de guerra y que funcionó en la Casa Rosada. Es que en
su fundación estuvieron Perón y Rodolfo Freude, un adherente nazi más que conocido. De
todas maneras, la CEANA todavía no saca conclusiones definitivas sobre la responsabilidad
de Perón en la llegada del conjunto de los criminales de guerra.u El arribo de unos 200
kilogramos de oro saqueados del banco estatal croata es un hallazgo de la comisión. Fuera
de esa cantidad, no se detectó otra llegada de oro, salvo 70.000 dólares recibidos por
la embajada nazi.u La CEANA sostiene que a la Argentina únicamente llegaron dos
submarinos, que se entregaron a las autoridades en 1945. Expertos navales, ajenos a
la comisión, han logrado determinar el destino de todos los sumergibles del Reich,
por lo tanto se da por hecho que las historias sobre la llegada de jerarcas y tesoros
nazis en submarinos son fantasiosas. El investigador Jorge Camarasa prepara, sin embargo,
un amplio estudio con una conclusión opuesta.uLa CEANA también estudió la influencia
nazi en la Argentina. Hubo una profunda infiltración en la cultura, la justicia y
las fuerzas de seguridad, señaló ayer el escritor Marcos Aguinis.
La pregunta de la continuidad El gran interrogante que quedó flotando en el cierre de la CEANA se
relaciona con la continuidad de la investigación oficial sobre la llegada de criminales
de guerra y la complicidad de los gobiernos argentinos de la época. En el encuentro
realizado ayer estuvo Arnoldo Listre, del equipo de transición designado por Fernando de
la Rúa en el tema de las relaciones exteriores. Listre esbozó el interés del próximo
gobierno por continuar de alguna manera la investigación.En realidad hay dos posturas. El
Centro Simon Wiesenthal le dirigió una carta a De la Rúa sugiriéndole que se mantengan
los trabajos, básicamente en lo que se refiere a los criminales de guerra y la llegada de
oro proveniente de los saqueos a las víctimas del nazismo. Hay algunos archivos, como los
recientemente abiertos en la ex Alemania Oriental, que podrían echar nueva luz sobre
estos temas.Otros investigadores sostuvieron ayer que el Estado argentino ya hizo un
esfuerzo y una inversión millonaria a través de la labor de unos 40 investigadores
durante dos años. En todo caso, que los trabajos sean continuados por alguna
universidad, argumentaban.La resolución deberá ser tomada por De la Rúa y el
canciller que éste designe. |
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