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El anunciado paro de camioneros quedó sin efecto. Los transportistas decidieron levantar la medida después de que el Gobierno postergara hasta el 1º de enero el vencimiento del pago del impuesto docente, a través de un decreto de necesidad y urgencia. Además de la prórroga, los camioneros recibieron el compromiso de la Alianza de que el gravamen podrá pagarse hasta en ocho cuotas y que el sector estará exento el año que viene. Es la segunda vez que se pospone el pago del impuesto. De esta manera, Carlos Silvani ya no tendrá bajo su responsabilidad el control de la oblea que acredita el pago del impuesto para financiar un aumento salarial a los docentes. La tarea quedará en manos del técnico que designe Fernando de la Rúa al frente de la AFIP. Ayer, desde bien temprano, el Gobierno intentó persuadir a los empresarios para que se levante la huelga. En la primera reunión que el secretario de Transportes, Armando Canosa, mantuvo con los transportistas les mostró el proyecto de ley que el Ejecutivo había girado al Congreso postergando el pago del impuesto, tal como se les había prometido la noche anterior. Pero a los propietarios de camiones no los convenció la iniciativa y siguieron manteniendo la medida de fuerza. Para los transportistas, el proyecto del Ejecutivo no alcanzaba porque el Congreso recién podría aprobar la prórroga sobre tablas el próximo miércoles, día en que hay sesiones en las dos cámaras, pero el impuesto había que pagarlo a partir del lunes. Justamente, el decreto de necesidad y urgencia que Carlos Menem firmó en las primeras horas de la tarde, minutos antes de subirse al avión que lo llevó a La Rioja, sirvió para salvar el bache de esos dos días. Pero el Parlamento deberá refrendarlo dentro de cuatro días para que la suspensión del pago tenga rigor hasta el primer día hábil del año 2000. "Ante el acuerdo logrado, el sector ha decidido posponer el paro nacional", señaló la federación de camioneros en un comunicado. Además de la postergación, los transportistas se llevaron la promesa del equipo técnico de la Alianza, comandado por José Luis Machinea, de que el pago del impuesto correspondiente a este año se realizará en hasta ocho cuotas mensuales, con un mínimo de 50 pesos. Y el compromiso de la derogación del gravamen para el sector, a partir del 2000. En realidad, y según lo expresó anteayer Machinea, la Alianza piensa en exceptuar del pago del impuesto a aquellos que utilicen los vehículos para trabajar: taxis, remises, camiones y el autotransporte público de pasajeros. Los particulares deberán seguir pagando. "Hay que ser realistas. No estamos pagando ni siquiera los seguros de los camiones y muchos de nosotros no tenemos obra social. ¿Cómo pretenden cobrarnos el impuesto para financiar a los docentes?", se quejó en diálogo con Página/12 Horacio Bautista, directivo de Ataci, una de las cámaras que convocaban a la medida de fuerza. El denominado impuesto docente fue creado a principios de año y desde entonces ya hubo dos paros decretados por los transportistas, lo que obligó al Gobierno a aplazar el pago. Las huelgas provocaron el desabastecimiento de productos básicos en todo el país. Y ahora será la Alianza quien deberá resolver el tema, a poco tiempo de instalarse en el poder. El próximo gobierno deberá tener en cuenta que los reclamos de los camioneros no se agotan en el gravamen. Para cuando vuelvan a la mesa de negociaciones con los técnicos de la Alianza, ya tienen preparada una lista de pedidos:
* Rebaja de las tarifas de los peajes. Hace un mes, Economía ordenó a las concesionarias de las rutas bajar los precios entre 25 y 33 por ciento para el transporte. De la diferencia, vigente hasta fin de año, se hace cargo el Estado. * La eliminación del componente impositivo del gasoil y del impuesto que grava a los intereses de los préstamos. * Plan de refinanciación de deudas a un plazo de 20 años. * Intervención estatal en el mercado de los combustibles.
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