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El rabino leyó un salmo sobre la verdad y luego expresó que era el más acertado para esa ocasión. "Temo no equivocarme al afirmar que muchos de nosotros, los que pertenecemos a una generación, fuimos marcados por el fuego y la pasión periodística de Jacobo Timerman". En una ceremonia sencilla, en la que participaron familiares, amigos y colegas, los restos del periodista fueron inhumados en el cementerio Jardín de Paz, en Pilar, junto a la tumba de Risha, su esposa. Timerman murió en su departamento el jueves a la tarde. Había salido a almorzar con una periodista uruguaya que le realizaba una entrevista y al regresar se descompuso y falleció de un paro cardíaco. La vida agitada y polémica de uno de los periodistas más importantes de la Argentina había culminado así a los 76 años. "Jacobo se sentía mal de salud desde hace bastante --recordó Marcelo Capurro, que fuera jefe de redacción del famoso matutino La Opinión que dirigiera Timerman en los años 70--; cada tanto hablábamos por teléfono o nos encontrábamos a comer y en las últimas veces se lo notaba agotado". Capurro también fue convocado por Timerman cuando asumió la dirección de La Razón al regresar del exilio. Martín Granovksy, subdirector de Página/12, había llegado directamente del avión en el que regresó de Francia, donde cubrió la reunión de la Internacional Socialista. "Estuvimos charlando un día antes --recordó Carlos Gabetta, director de Le Monde Diplomatique en castellano-- y me comentó que no se sentía bien, pero nunca imaginé que pasara esto". Amigos y colegas comentaban sus últimas charlas con Timerman o recordaban anécdotas de las redacciones. En el Jardín de Paz estaban también Chiquita Constella, viuda de Pablo Giussani, e Isidoro Gilbert, dos viejos amigos de Timerman. También había varios de los periodistas que trabajaron con Timerman en La Razón o en otras labores de estos últimos años, como Pablo Mendelevich, Claudia Acuña, Sergio Ciancaglini, Cristina Mucci, Gabriela Cerruti y Lucas Guagnini. En otro grupo se encontraban el abogado Emilio Weisselbaum, el "cadete" Ricardo Güiraldes y el diputado Marcelo Stubrin. Los hijos menores de Timerman, Héctor y Javier, sus nueras y sus nietas despidieron los restos del periodista. Daniel, el mayor, no pudo llegar desde Israel, donde reside. "Pese al dolor por su pérdida --dijo Héctor--, me reconforta pensar que en este momento se está encontrando con dos amigos que se fueron antes que él y que extrañaba mucho. Quiero imaginarlo como si ahora estuviera tomando un café con ellos, con Pablo Giussani y el rabino Marshall Meyer". "También, en medio de esta pena --agregó--, me alegra pensar que finalmente se ha reencontrado con nuestra madre, Risha, a quien perdimos hace ya casi nueve años. Tanto él como nosotros la extrañamos mucho, pero a él se le hacía insoportable esa ausencia. Finalmente ambos se han vuelto a encontrar".
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