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Las provincias exigen que les aumenten el “sueldo”

En la discusión presupuestaria, todavíano aceptan la suma fija mensual que lesofrece la Alianza para el año que viene.

José Luis Machinea, archiprobable ministro de Economía de Fernando de la Rúa.
Decisión de tener el presupuesto para el 10 de diciembre y con una fuerte señal de ajuste.

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Por Julio Nudler

t.gif (862 bytes)  La discusión presupuestaria entre la Alianza y el PJ siguió avanzando ayer dificultosamente en busca de un número preciso: el de cuántos millones por mes les serán transferidos a las provincias por el Tesoro Nacional a lo largo del 2000. La cifra, que –si los aliancistas se salieran con la suya– podría quedar en unos 900 millones o algo más, y que debería representar un leve aumento respecto de lo efectivamente recibido por el interior en 1999, obraría como piso y techo. Así, todo lo que se recaude por impuestos nacionales por encima de ese nivel, y que debería dar lugar –en virtud del porcentaje de coparticipación– a remesas más abultadas, quedaría en cambio para la Nación, al menos hasta cierto tope anual, para que ésta pueda afrontar el enorme agujero de la seguridad social, abierto por la reforma previsional y la reducción de aportes patronales, y la abultada factura por intereses de la deuda, que superaría en 900 millones de dólares a la de este año. La pretensión de José Luis Machinea y su equipo negociador es llegar con las provincias a una cifra que incluya todo, desde los impuestos coparticipados hasta los fondos de asignación específica (que podrían subsistir momentáneamente, pero convirtiéndose en recursos de libre disponibilidad), pasando por los ATN. A partir de esto, la Nación les fijaría un “sueldo” mensual, corriendo el riesgo de que la recaudación no crezca como se espera, pero asegurándose la apropiación de cualquier excedente. No obstante, hasta ahora los gobernadores del PJ no aceptan que se tome a 1999 como referencia para establecer esa suma fija porque fue un año muy malo. Su actitud negociadora es la del que no tiene apuro por firmar, y espera que le mejoren la oferta.Dependiendo de la cifra que se acuerde con el interior, la Alianza definirá otros replanteos fiscales. Si los números cierran, habría cierta quita en los aportes patronales. La reducción del mínimo no imponible en Ganancias aún no está definida, como tampoco el límite al que se llegará en la eliminación de exenciones a ese impuesto. Pese a los problemas judiciales que podría generar, se mantiene la intención de colocarles un techo de 2500 pesos mensuales a las jubilaciones, mientras se diseña una estrategia legal capaz de conjurar los reclamos por los derechos adquiridos lesionados.Por lo demás, los economistas de Machinea rechazan por inflada la hipótesis de un crecimiento nominal de 5 por ciento en el PBI para el año próximo, sobre la que Roque edificó el presupuesto. Al recalcular hacia abajo ese número, los recursos previstos también bajan. Esto que ellos llaman “una proyección realista para un presupuesto cumplible” es visto a su vez por los justicialistas como un dibujo para retacearles fondos.En todo caso, la Alianza está resuelta a emitir una señal muy fuerte de ajuste fiscal que dé credibilidad a su gestión y logre así bajar la tasa de interés e inducir a los bancos a volver a dar crédito. Consideran que sin poner en marcha este círculo virtuoso no habrá posibilidad de retomar el crecimiento. En este sentido, piensan que en estos momentos una política fiscal expansiva abortaría la reactivación, que en cambio sólo puede consolidarse con una política en apariencia contractiva. Este enfoque los obliga a terminar con el enganche automático de las provincias respecto de la recaudación, y a redefinir el reparto de recursos entre la Nación y el interior, no en los términos históricos del régimen de coparticipación, sino en un nuevo sistema que meta en una misma bolsa todos los ingresos. Como ejemplo, un miembro del (virtual) futuro equipo económico indicó ayer a Página/12: “No es razonable que cuando se decide bajar aportes patronales, la Nación haga el ciento por ciento de la pérdida, y cuando se sube un impuesto sólo reciba la mitad de la ganancia”. El propio Carlos Alvarez reiteró en la víspera la decisión de lograr que el miércoles haya despacho de comisión en Diputados para el proyecto, yque el presupuesto esté votado para el 10 de diciembre. Es que así como una empresa no puede ir al banco a pedir crédito sin llevar el balance, sin presupuesto no habrá apoyo externo para el primer plan de De la Rúa.

 

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