El presidente electo tiene pronóstico favorable según el parte médico leído ayer. Lo visitaron Chacho Alvarez y Machinea, con quien mantuvo unareunión por el presupuesto, Graciela Fernández Meijide y Di Tella, entre otros.
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Fernando de la Rúa interrumpió ayer su reposo en un sanatorio privado para privilegiar la salud de su futuro gobierno. La despojada habitación del Instituto del Diagnóstico en el que se encuentra internado desde el viernes debido a un neumotórax espontáneo se convirtió ayer en el improvisado despacho donde el presidente electo siguió elaborando su estrategia de gobierno. Carlos Chacho Alvarez mantuvo un nuevo encuentro ya habían conversado el viernes con el convaleciente De la Rúa, con quien continuaron ajustando los detalles de la Ley de Presupuesto que se debatirá el miércoles en el Congreso. En buena medida el primer año de gestión del futuro mandatario dependerá del texto final de esta ley. Los últimos partes médicos indican que De la Rúa evoluciona favorablemente de la intervención a la que fue sometido y que su internación podría prolongarse hasta el martes o miércoles. Tiene mucha ansiedad por muchas cosas que tenía que hacer y que debió postergar por esta afección, pero los médicos se han puesto duros y le ordenaron reposo, narró Graciela Fernández Meijide al abandonar el sanatorio donde mantuvo una breve entrevista con De la Rúa.Fernández Meijide también aseguró que su visita estaba despojada de toda connotación política, y que durante su encuentro con el futuro presidente no se habló del lugar que ella podría ocupar en el próximo gabinete, aunque fuentes aliancistas ya dan por seguro que estará a cargo del flamante Ministerio de Acción Social. El actual jefe de Gobierno porteño podría ser dado de alta entre el martes y el miércoles. Pero deberá continuar en reposo, ya en su domicilio, moviéndose lo menos posible al menos durante una semana más. Lo que tarda en cicatrizar su fisura, según explicaron los médicos. Posiblemente estos días de descanso obligado le otorguen al presidente electo la soledad que necesitaba, lejos de las trajinadas operaciones políticas que poblaron los pasillos del Hotel Panamericano desde los primeros minutos del 25 de octubre, el día después de la victoria. Un tiempo para decidir quiénes, finalmente, integrarán su gabinete y quiénes ocuparán otros cargos claves en la estructura de su gobierno. Pero las urgencias de la política no se detienen ante la dureza de los médicos al borde de un ataque de nervios cuando se viola su orden de reposo. De la Rúa negoció interrumpir su descanso en dos oportunidades, siempre con el mismo objetivo. Ayer se reunió con Alvarez y Machinea para ajustar los detalles de la estrategia que la Alianza impulsará en el Congreso durante el tratamiento de la Ley de Presupuesto para el año 2000, este miércoles. El futuro mandatario está preocupado por la letra chica del proyecto que el gobierno menemista envió al Parlamento y quiere, entre otras cosas, que quede en claro la cifra exacta del déficit fiscal que heredará a partir del 10 de diciembre. Según el actual gobierno éste no supera los 5 mil millones; en cambio los economistas de la Alianza calculan que el rojo llega a 10 mil. Así lo expresó ayer el senador nacional (UCR) José María García Arecha, quien, después de asegurar que De la Rúa se encuentra bien, ironizó con dudoso gusto: Si fuera por la contradicción entre lo que ellos cuentan como déficit y lo que realmente dejan, más que un neumotórax es para producir un infarto. Chacho Alvarez también vínculo la afección del presidente electo con los índices económicos que deja la gestión de Carlos Menem: La campaña produce mucha tensión, y si a esto se agrega la situación en la que encontramos el país, más la situación financiera fiscal, lo que genera un cuadro (en De la Rúa) donde el estrés empieza a jugar. El futuro mandatario, quien según el último parte médico evoluciona favorablemente de la intervención a la que fue sometido, sólo está acompañado por su esposa, Inés Pertiné; su hijo menor, Fernando, y su hermano Jorge. Nadie más puede llegar hasta él, salvo algunos que como Rafael Pascual lograron, gracias a una vieja amistad, superar el filtro telefónico. A Pascual se le agotan los tiempos para ser confirmado como elfuturo presidente de la Cámara de Diputados, y dar por terminada su disputa con Federico Storani, al que, tal como anticipó Página/12, ya le estarían buscando nuevo destino.Mientras la transición avanza, De la Rúa duerme la siesta y hace política en piyama aprovechando una internación que le da el respiro que necesita para diseñar los días sin siesta y política con armadura.
LAS VISITAS DE LA JORNADA Durante el día de ayer una media docena de dirigentes se acercaron hasta el Instituto del Diagnóstico para dejar constancia de su interés por la salud de Fernando de la Rúa. Entre los visitantes hubo amigos, políticos de toda la vida; los esperados. Pero también otros, interesados en informarse personalmente sobre el estado del presidente electo que el viernes fue intervenido quirúrgicamente a raíz de un afección pulmonar. Eduardo Bauzá y Patricia Bullrich, entre ellos.No todos los que ayer por la tarde llegaron hasta el sanatorio donde se encuentra internado De la Rúa lograron ver al futuro mandatario, quien por indicación de sus médicos debe guardar absoluto reposo. Pasaron por entre la numerosa guardia de movileros y lograron entrevistarse con él: Carlos Chacho Alvarez, José Luis Machinea, Graciela Fernández Meijide y Rodolfo Terragno. Además de Héctor Lombardo, actual secretario de Salud del gobierno de la Ciudad, que ofreció su diagnóstico optimista a la prensa al afirmar que el pulmón de De la Rúa sigue bien, no burbujea.Otros visitantes debieron conformarse con dejar sus deseos de pronta recuperación a una amable Inés Pertiné, la esposa del presidente electo. Entre ellos: el canciller Guido Di Tella; el senador Eduardo Bauzá; el ex ministro de Defensa de la gestión alfonsinista, Horacio Jaunarena; el concejal socialista Norberto La Porta; y la dirigente de Unión por Todos, Patricia Bullrich.Al abandonar el sanatorio, unos y otros se ofrecieron como voceros médicos ante micrófonos y cámaras. Está descansado y reponiéndose, se encuentra muy bien, los médicos le recomendaron descansar, su evolución es excelente, y otras consideraciones por el estilo. Lo cierto es que ninguno de los visitantes pudo llevarse algo de lo que fueron a buscar amparados en su gesto solidario. No hubo oportunidad de encuentro a solas, salvo los convocados por De la Rúa para mantener reuniones de trabajo específicas, tal como Machinea y Alvarez. Incluso Fernández Meijide se fue con las mismas dudas con las que llegó en la mañana de ayer hasta la sala donde el aliancista está alojado: no hubo propuesta ministerial para ella. Ni gestos diferenciales para nadie. De la Rúa está en reposo.
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