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Radicales y frepasistas negocian la composición de un gabinete mixto, quese conformaría cerca del 10 de diciembre. Ibarra participará de las reuniones de gabinete en los barrios. Un economista lo acompañará y será quien debata con los otros candidatos. Fin de la lista sábana.

Aníbal Ibarra fue apuntalado como candidato por el propio De la Rúa en su reciente viaje a París.
En Buenos Aires, los socios de la coalición arman la estrategia para fortalecer su postulación.

LOS PLANES
DE LA ALIANZA PARA FORTALECER LA CANDIDATURA DE ANIBAL IBARRA
Bajo el paraguas de la continuidad

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Por Sergio Moreno y José Natanson

t.gif (862 bytes)  En este momento, Aníbal Ibarra está en un avión, regresando de Barcelona. Tiene algún apuro, dicen sus allegados. Tiene que comenzar la campaña por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad; es el candidato de la Alianza. Mientras Aníbal vuela, mucha gente piensa en él y en su futuro, que es el futuro de todos ellos, que piensan, y hacen. Y piensan y hacen mucho más, más aceleradamente, con un pisca más de preocupación, después de la derrota en la provincia de Buenos Aires. Por estas horas, frepasistas y radicales negocian la incorporación de algunos cuadros frentistas al gabinete porteño, en el que Ibarra sería una especie de intendente virtual –sin voto, por ahora–, y una batería de medidas para apuntalar su candidatura. La Alianza tiene el imperativo de ganar en su principal bastión. Para el Frepaso es cuestión de vida o muerte: una derrota lo dejaría sin el manejo ejecutivo de ningún distrito, diluiría su peso político externo e interno y su supervivencia quedaría en manos de la bonhomía del Presidente. El radicalismo, en tanto, reconoce que una derrota en la Capital sería un golpe de envergadura que no dejaría impávido a De la Rúa. Por todo ello, los principales operadores citadinos de la coalición arman un esquema de fortalecimiento de la candidatura de Ibarra, candidatura que fue bendecida por el propio De la Rúa, que lo floreó en su reciente viaje a París.u Gabinete: Cuatro meses atrás, los radicales porteños propusieron a sus socios rediseñar el gabinete de la ciudad, e integrarlo en partes iguales. La idea fuerza de la nueva conformación sería mostrar continuidad de la gestión de De la Rúa, para lo cual se debería acompañar la medida con el anuncio de la permanencia de los secretarios hasta que finalice el próximo mandato –ejercicio que, creen, quedará en manos de la Alianza–. Antes de la derrota bonaerense, los frepasistas no estaban convencidos con la propuesta. Acuñaban la idea de marcar alguna diferenciación de la gestión delarruista y acentuar más el perfil propio. “Fue una idea chiquilina”, reconoció a Página/12 uno de los principales dirigentes frepasistas del distrito. “Lo cierto –continuó– es que la gestión de Fernando es buena, está bien vista y, si bien creemos que se puede mejorar, hay que mantener lo que está bien hecho, que es bastante”.Para montar el gobierno de coalición entre socios porteños existieron dos reuniones. En la primera participaron el vicejefe Enrique Olivera, Ibarra y Darío Alessandro, virtual jefe de la campaña porteña. En la segunda participaron sólo Olivera y Alessandro.La propuesta radical es analizada minuciosamente y, si bien existe un acuerdo de base, faltan pulir algunos detalles (no menores). El Frepaso sostiene que nominar a los secretarios e imbuirlos de inamovilidad laboral atenta contra toda lógica. “Si un secretario no funciona, sea de uno o de otro, el jefe de Gobierno puede cambiarlo”, dijo un dirigente del frente.Más allá de las diferencias, quizá poco antes del 10 de diciembre se produzca la incorporación inicial frepasista al gabinete de Olivera, que quedará al frente del gobierno hasta que asuma el sucesor de De la Rúa. Cuatro son los secretarios municipales que ocuparán un cargo en el gobierno nacional y que, por lo tanto, dejan vacantes sus puestos: Cecilia Felgueras, secretaria de Promoción Social; Héctor Lombardo, de Salud; Hernán Lombardi, de Turismo; y Darío Lopérfido, de Cultura.No es excluyente que el Frepaso ocupe esas vacancias, ya que podría producirse una rotación en los cargos. Pero esos sillones serán la base del desembarco orgánico del frentismo en la comuna.En cuanto a Ibarra, el candidato se incorporará a las reuniones de gabinete, fundamentalmente las que se hacen cada semana en los barrios, al lado de Olivera “pero sin pisarle los callos”, según la imagen elegida por un alto dirigente radical para marcar las diferencias entre ambos. “Aníbal tiene que caminar, salir a los barrios, mostrar una imagen ejecutiva. Lo va a hacer desde el gabinete”, coinciden tirios y troyanos. u Hacienda: Radicales y frepasistas coinciden en que las cuentas de la ciudad están ordenadas y que, por lo tanto, no se convertirán en el issue central de la campaña. De todos modos, en la Alianza asumen que la falta de experiencia ejecutiva es el principal flanco débil de Ibarra, quien deberá competir con Domingo Cavallo y Gustavo Beliz. Por eso, apenas se comenzó a aclarar el panorama porteño, cerca del ex fiscal elucubraron una idea: designar anticipadamente, recién comenzada la campaña, al secretario de Hacienda de la gestión aliancista. “Cavallo va a mostrar gráficos y números y nosotros tenemos que responderle con solidez”, señaló uno de los operadores del Frepaso. Las especulaciones iniciales mencionaron a Adalberto Rodríguez Giavarini. El economista ya ocupó ese cargo durante parte de la gestión de De la Rúa y cuenta con la ventaja de haber logrado ordenar las cuentas de la ciudad. Los dirigentes del Frepaso sondearon tangencialmente a Giavarini, quien no tiene muchas ganas de repetir una experiencia que ya vivió. El segundo candidato es Juan Llach, un ex funcionario cavallista que también fue tentado para ocupar algún cargo en el gobierno nacional. Sin embargo, Llach asegura que no aspira a ningún puesto y que, luego de cinco años en la función pública, su futuro más inmediato es la actividad académica. Así, a pesar de la intenciones, los operadores del Frepaso aún no lograron encontrar un economista con la solvencia técnica necesaria. Pero la economía es sólo un costado de la estrategia. En la Alianza sostienen que el electorado porteño es especialmente exigente y que, por lo tanto, la campaña deberá tener un alto contenido programático. “Vamos a armar equipos que desarrollen cuatro o cinco medidas centrales para instalar en la sociedad desde un principio”, dijo un operador frepasista, seguro de que los dos rivales harán lo mismo. “Cavallo ya lo demostró durante la campaña presidencial: su slogan decía que él era el único que tenía un plan. Beliz viene trabajando en la ciudad desde hace mucho. Incluso publicó un par de libros”, agregó el frepasista.u Sábana: La última preocupación de los operadores de Ibarra es el régimen electoral, que la Legislatura porteña deberá definir antes de los comicios. Actualmente los legisladores de la Capital se eligen mediante el clásico sistema lista sábana, el mismo que se utiliza para los cargos nacionales. Convencidos de que Cavallo y Beliz podrían utilizarlo como argumento de campaña, en la Alianza parecen decididos a modificar el sistema e incorporar nuevas variantes, como la posibilidad de tachar algunos nombres en las listas.

 


 

DOS GRANDES PREOCUPACIONES DE LA ALIANZA PORTEÑA
Los tiempos y los impuestos

Por S. M. y J. N.

t.gif (862 bytes) Los dirigentes del Frepaso están convencidos de que las elecciones porteñas deberán realizarse, a más tardar, a fines de marzo. Sin embargo, el radicalismo se prepara para posponer la interna de vicejefe (cargo que les corresponde según el acuerdo preelectoral entre ambas fuerzas de la coalición) para fines de febrero, lo que estiraría inevitablemente los plazos. Pero la fecha de los comicios no es el único dato que despierta inquietud en las cercanías de Aníbal Ibarra: la posibilidad de que el nuevo presupuesto incluya modificaciones impositivas que afecten a la clase media –el electorado cautivo de la coalición– encendió luces de alarma en el Frepaso de la Capital.Convencidos de que la espuma del triunfo nacional se extenderá durante un par de meses, los principales dirigentes del Frepaso presionan en voz baja para que las elecciones se celebren a fines de marzo. “Tenemos que aprovechar el entusiasmo de la gente con la Alianza”, dicen cerca de Ibarra, temerosos de que la buena imagen de De la Rúa se diluya con el desgaste de su gestión. El principal escollo para esta estrategia parece ser, curiosamente, la UCR. El triunfo del 24 y la conformación del gabinete alteraron el tablero porteño. Todas las líneas del radicalismo de la Capital coincidieron en que no es el momento de disputar internas y se preparan para votar mañana la postergación de los comicios, que pasarían del 28 de noviembre a la última semana de febrero. “Deberían ser en junio”, aseguró a Página/12 un radical de la Capital. “Necesitamos acomodarnos. Cavallo viene haciendo campaña desde hace meses. La candidatura de Aníbal todavía no está instalada y deberíamos tomarnos un tiempo para fortalecerlo”, explicó.De todos modos, la realidad indicaría que finalmente se podrán evitar las internas y que Enrique Olivera secundará a Ibarra en la fórmula porteña. Aunque el funcionario aspiraba a algún lugar de peso en el gabinete nacional, De la Rúa y Carlos “Chacho” Alvarez ya conversaron sobre la posibilidad de que se convierta en candidato a vice. Los jefes de la Alianza están convencidos de que la figura de Olivera podría complementar a Ibarra con dos atributos: experiencia y capacidad de gestión. Pero es el presupuesto el tema central de preocupación de los frepasistas de la Capital. José Luis Machinea, referente económico de la Alianza, estudia varias modificaciones, entre ellas la posibilidad de ampliar la base imponible del impuesto a las ganancias: podría comenzar a cobrarse en los sueldos de más de 1.500 pesos, en lugar de los dos mil actuales. La modificación impactaría directamente sobre la clase media, que constituye la mayor parte del electorado porteño.El escenario ideal que el Frepaso anhela es posponer el “paquetazo” impositivo para después de las elecciones porteñas, con lo cual los comicios deberían realizarse, a más tardar, en marzo. Pero la única verdad es la realidad y las medidas impositivas tendrán que anunciarse conjuntamente con el modelo de presupuesto que debe aprobar el Parlamento antes del 10 de diciembre y con el proyecto de ley de coparticipación. Esto es así por imperio de las negociaciones que la Alianza mantiene con el peronismo para aprobar las tres medidas que están íntimamente relacionadas: el paquete fiscal deberá imponerse para paliar el déficit acotado en la ley de presupuesto que, a su vez, determina la coparticipación de ingresos de la Nación a las provincias. Gobernadores, diputados y senadores del PJ quieren saber qué impuestos pergeña el futuro gobierno para evaluar si los votarán o no. Ergo, el diez de diciembre habrá medidas impositivas nuevas. Ante la inevitabilidad de los hechos, los frepasistas porteños imaginan que el anuncio del “paquete” sea matizado por algunas otras medidas, de corte progresista, que forman parte del mismo embalaje. Entre ellasnombran un hipotético aumento a los haberes de los jubilados mayores de 70 años que cobran el ingreso mínimo.

 

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