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Por Adrián H. Mouján "Yo voy a ser el jefe de la oposición hasta el año 2003. Sí, hay cambios, sólo Dios puede saberlo". De esta manera, Carlos Menem exteriorizó, no sólo, la bronca que venía rumiando desde que percibió el diferenciamiento que algunos gobernadores justicialistas marcaron respecto de su liderazgo, sino que además recordó se considera presidenciable para el 2003. Pero la respuesta de los mandatarios provinciales no tardó en llegar. El salteño, Juan Carlos Romero, no puso en discusión el liderazgo partidario del presidente, pero abrió interrogantes respecto de la posibilidad de que lidere la oposición a Fernando de la Rúa, mientras que el santafesino Jorge Obeid volvió a cuestionar al menemismo "por no haber puesto lo que había que poner en la campaña" y auguró un pase de facturas. En un día sumamente verborrágico, Carlos Menem, desde su Anillaco natal, volvió a agitar la bandera de su candidatura presidencial para el 2003, pero también lanzó un desafío, filas adentro del peronismo, para evitar que su liderazgo se vaya desdibujando a medida que De la Rúa elija a los gobernadores como interlocutores. En declaraciones a Página/12, y con mucho cuidado, Romero marcó diferencias entre lo que significa ser el titular del PJ y el jefe de la oposición. "Su liderazgo partidario no se discute. Pero, en cambio, decir que se es el jefe de la oposición es un término más amplio que supera los límites del partido. Oposición, van a ser todos los justicialistas, cada uno desde su posición, y siempre y cuando ésta sea constructiva", fueron las palabras de Romero. El cuidado del salteño se debe a que aspira a convertirse en el líder de un bloque de gobernadores del NOA, en una región en la que, con excepción de Jujuy, Menem siempre mantuvo una buena intención de voto. Pero a medida que se desciende en el mapa de la Argentina, los ánimos son muchos más belicosos. El santafesino Obeid, también en declaraciones a este diario, criticó a los sectores del "partido que no pusieron lo que había que poner, en la campaña electoral", aunque no mencionó al menemismo. "Felipe González continúa siendo el jefe de la oposición en España, porque murió con las botas puestas en la elección que perdió con (José María) Aznar. Pero además, ni siquiera ahora, que el candidato del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) es Joaquín Almunia, Felipe le quitó el hombre al partido, por eso es el jefe de la oposición. Menem en cambio no puede decir lo mismo", explicaron en las cercanías de Obeid. En Santa Fe, mientras Carlos Reutemann quiere realizar el "mejor gobierno posible" para poder triunfar en las elecciones legislativas del 2001, y a partir de allí empezar a construir un proyecto nacional, varios dirigentes políticos del PJ santafesino, entre los que se cuentan Obeid, Gualberto Venesia y Marcelo Muniagurría, serán los encargados de participar de las discusiones partidarias y de no descuidar los puentes tendidos hacia el resto de los gobernadores. Dos señales claras son las críticas de Obeid, en sintonía con una queja manifestada por el entrerriano Jorge Busti en la reunión que Menem tuvo con los gobernadores justicialistas el miércoles pasado. Y en segundo lugar: la posible decisión de Reutemann y del cordobés José Manuel de la Sota, de vender en paquete las empresas eléctricas de ambas provincias. Desde Córdoba, explicaron que "tenemos que preocuparnos por responder a las expectativas de la gente. Si hacemos un buen gobierno, estaremos más cerca de la victoria en el 2001 y, a partir de allí, comenzará la discusión para que el peronismo sea otro". En el menemismo reconocen que tanto Reutemann como De la Sota y el bonaerense Carlos Ruckauf tendrán un diálogo personal con De la Rúa, al señalar que "va a haber dos niveles de discusión: cuando haya que tratar temas económicos, Menem no va a tener injerencia, pero cuando la discusión sea política, Menem va a ser quien tenga el poder". Y advierten: "El problema de los gobernadores es que tienen que ganar sus provincias en el 2001, el que pierda queda afuera de la carrera presidencial".
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