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Por Luis Bruschtein Como presidente de la Comisión Investigadora, Martín Sabatella fue uno de los responsables de la caí da del intendente Juan Carlos Rousselot en Morón. En las últimas elecciones se presentó como candidato de la Alianza y ganó. Dirigente del Frepaso, tiene 29 años, es casado, con una hijita de seis, y milita desde la escuela secundaria donde empezó poco antes de la retirada de la dictadura militar, organizando el centro de estudiantes del Nacional de Morón. --Empecé en el '82, '83 en la apertura democrática en un momento de mucho auge, de mucha participación, empecé a trabajar en la conformación de los centros de estudiantes, que todavía estaban prohibidos. Había que esperar una circular del gobierno. Primero fui presidente del centro de estudiantes del Nacional de Morón, el Dorrego, y luego en la Federación de Estudiantes Secundarios de Morón. --¿Qué expectativas tenía con la etapa que se abría? --Era un momento de mucha participación de mucho auge, y además, la salida de la dictadura era una etapa nueva que se abría y cuando uno empieza a militar en política, lo hace porque quiere cambiar cosas, por bronca contra lo que a uno no le gusta, por sensibilidad social, por la búsqueda de justicia. Tantas cosas que después se mantienen en lo que uno va haciendo día a día. La salida de la dictadura era eso, ser parte de un cambio. --El Nacional de Morón tiene muchos de sus estudiantes desaparecidos durante la dictadura... --Sí, la temática de los derechos humanos tuvo una influencia muy fuerte para los secundarios en aquella época. Estaba La Noche de los Lápices. La búsqueda de la verdad, la lucha por los derechos humanos estaba muy metida en los secundarios. La propia lucha de aquella época se relacionaba muy directamente con el tema del boleto estudiantil. Yo estaba muy cruzado por todas esa cosas en ese momento. --¿Y cuando terminó el secundario? --Empecé la universidad pero por mi actividad, el trabajo y además tengo una nena de seis años, me casé muy joven, no pude seguir estudiando. Me dediqué de lleno a la actividad política. Conformamos acá una agrupación que se llamaba Convocatoria Juvenil, un poco en la búsqueda, porque estábamos un poco perdidos de por dónde participar y después surgió más adelante el tema de la conformación del Frente Grande y con esa agrupación local nos sumamos al Frente. Fui parte de la conformación del partido del Frente Grande, después del Frepaso y así sucesivamente. Fui coordinador local del Frepaso, después en el '95 fui secretario del bloque del Frepaso en el Concejo Deliberante, y en el '97, ya conformada la Alianza, asumí como concejal y presidente del bloque y ahora fue la candidatura a la intendencia que ganamos. --¿Siempre lo acompañó la misma gente desde el principio? --Fue un poco de las dos cosas. Mucha gente nueva, mucha gente que nos fuimos encontrando desde distintos lugares. Lo que atravesó un poco todo fue darnos cuenta de que a veces cada uno estaba en un partido político distinto o en lugares distintos y necesitábamos sintetizar, juntarnos, esta idea de frente, de convocar a una fuerza nueva que fuera superadora de lo que hemos vivido sin negar, por supuesto, las historias de cada uno. Cada quien se suma desde lo que ha hecho para construir una especie de síntesis nueva con lo mejor de la historia y con lo mejor que cada uno va aportando. Entonces nos fuimos encontrando con gente que venía de distintos lugares. Pero también es cierto que yo estoy trabajando con gente que hace muchísimos años que estamos juntos. --En la época de Rousselot, ¿Morón fue un lugar muy difícil para la oposición? --Fue un lugar muy difícil para hacer oposición y lo peor es que también tuvo consecuencias graves para la comunidad. El desastre administrativo de Rousselot tiene consecuencias que hoy mismo estamos viviendo. Yo presidí la Comisión Investigadora que lo encontró culpable de faltas graves, negligencias reiteradas, de haber causado un perjuicio al patrimonio municipal. Cuando asumimos en el '97 en el marco de la Alianza, dijimos que había que investigar fuerte el pasado, había que investigar con mucha fuerza todas las dudas y sospechas que había en la comunidad sobre actos administrativos de Rousselot. Se crearon las comisiones investigadoras, se pidió la suspensión y terminó con el desplazamiento definitivo de Rousselot del cargo. Fue una etapa muy dura, el rousselotismo ha marcado muy fuerte. No sólo era difícil el rol de opositor sino que también son profundas las consecuencias que ha traído a la sociedad. La gente pensaba que Morón era el carnaval carioca, con pito y matraca, la ciudad del vale todo. --¿Cómo acompañó la gente ese proceso, porque Rousselot había conseguido cierto consenso? --Eso es obvio porque los resultados electorales así lo demostraban. Los primeros años Rousselot tenía consenso y creo que después esa situación fue cambiando. Ya en el '95, cuando nos presentamos a elecciones, en ese momento estábamos solos con el Frepaso, estuvimos a cuatro puntos de la intendencia. El rousselotismo sacó 39 puntos y 35 nosotros con Juan José Pisano como candidato, que actualmente es el presidente del Concejo Deliberante. En el '97 fue clara la diferencia a favor nuestro, al igual que este triunfo del '99. Yo creo que en Morón fue creciendo la voluntad de cambio. --Pero además se planteaban situaciones de violencia durante esa etapa. --Yo creo que en determinado momento el rousselotismo se planteó recuperar lo que iba perdiendo en los votos, a través de la violencia. En el '97, cuando la Alianza logró la mayoría en el Concejo Deliberante, fue una cosa muy clara: en el momento de la jura de los concejales, el Partido Justicialista, que perdía la mayoría, generó un acto de violencia importante. Y la sensación era ésa: "han perdido los votos y lo quieren recuperar con la violencia". --¿A nivel personal tuvo problemas de ese tipo? --En algunos momentos tuve amenazas, llamados telefónicos, mensajes... Sobre todo cuando presidí la comisión investigadora y cuando estaba trabajando desde ahí. --¿Cómo repercutió esa situación en su familia? --Bueno, cuando uno está en esta actividad pasan estas cosas. Cuando era chico tuve mucho apoyo de la familia y ahora de Mónica Macha, que es mi esposa, y de Camila, que es chiquitita, pero se siente su apoyo. Por supuesto, estas cosas a veces son fuertes pero es cierto que si uno está en esta actividad y no tiene el apoyo de los más cercanos es muy difícil. Por suerte tengo ese apoyo permanentemente. --¿Hace mucho que está casado? --Tengo 29 años, hace ocho que estoy casado. O sea desde los 21. A Mónica la conocí en una marcha contra el indulto. Mi viejo y mi hermana más grande eran peronistas, ellos militaron en el peronismo, pero ahora el que tiene más actividad política soy yo, ellos me acompañan. Mis demás hermanos también, algunos más otros menos. --¿Al principio usted también empezó en agrupaciones peronistas? --Empecé con el tema de los centros de estudiantes, me relacioné con algunas agrupaciones peronistas al principio, después, durante el secundario trabajé en el Frente del Pueblo y a los 15 años, poco más, estuve un tiempo en la juventud comunista. Me fui de allí y me sentí atraído por la propuesta del Grupo de los Ocho. Cuando salí del secundario ya fue todo para ese lado... --Después de esa historia, con 29 años está a punto de asumir la intendencia de un municipio muy grande y complejo como Morón. ¿Cómo se ve en ese futuro inmediato? --Me parece que es un desafío muy, muy importante. Por un lado estoy orgulloso de la responsabilidad que significa. Morón es un municipio muy importante, que tiene recursos, que le podría ir mejor, es un municipio que ha estado muy golpeado durante estos años. Yo creo que lo primero que hay que hacer es entender que hay que generar un modelo de gestión distinta, eficiente, austera, ágil, desburocratizada, transparente, hay que profesionar la gestión, hay que convocar a la inteligencia, el saber, el conocimiento, hay que tener un diálogo con todos los sectores que conviven en una ciudad. Aquí conviven muchos sectores, muchos actores, muchos intereses distintos y el gobierno tiene que priorizar el interés general por sobre el interés particular de un sector sobre otro, pero tiene que convocarlos a todos a discutir, a articular grandes consensos. Me parece que por lo tanto la responsabilidad es responder con claridad y con eficiencia la prestación de los servicios básicos del municipio, al mismo tiempo creo que hay que tener fuertes políticas sociales en lo que hace a educación, cultura, deporte, salud y, por supuesto, el municipio tiene y el gobierno deberá tener como uno de los principios fundamentales el desarrollo económico local y la problemática de la seguridad. Pero también nos vamos a encontrar con una etapa de transición. Hay una primera etapa de transición entre un gobierno que se va y otro que viene, hasta el 10 de diciembre. Y hay otra etapa de transición que se abre el 10 de diciembre entre un modelo de gestión que se va y otro modelo que viene y hay que recuperar y reconstruir este municipio. --¿Fue importante haber presidido la comisión investigadora para este triunfo electoral? --Yo creo que en el Concejo Deliberante mostramos una tendencia de lo que íbamos a hacer en el gobierno y eso la gente lo vio con claridad, que no solamente veníamos a terminar con lo viejo, sino que veníamos a construir otra cosa. Creo que la Alianza no nace en Morón para terminar con Rousselot nada más. En el Concejo Deliberante nosotros mostramos una tendencia en el sentido de la transparencia, de investigar la corrupción y llevarla hasta las últimas consecuencias en el sentido de una administración austera y honesta. Se ahorró el diez por ciento del presupuesto. También trabajamos en el sentido de abrir la participación de la gente, se creó la banca abierta, la audiencia pública. Yo creo que el Concejo Deliberante administrado por la Alianza marcó una tendencia de lo que se iba a hacer después. El tema de la corrupción es fundamental, por eso hay que generar mecanismos de transparencia y control permanentes, hay que rendir cuentas permanentemente a la gente, la gente tiene que saber qué es lo que se hace, lo que se gasta. --Los escándalos por corrupción en el municipio se generaron, la mayoría de ellos, a partir de las licitaciones... --Eran "Estacionar S.A.", que tenía el control del tránsito vehicular, además de la recolección de residuos y la autopista del arroyo Morón, que es un conflicto que todavía perdura. Y lo que se investigaba era la conducta del intendente en relación con el funcionamiento de todo esto. Ahí es donde se lo encontró culpable de faltas graves, negligencias reiteradas y de haberle causado un perjuicio al patrimonio municipal. Por todo esto, y por lo que se vivió en el país en temas de corrupción, se llegó a un punto donde la política quedó muy desprestigiada, degradada, alejada de la gente. Hay que generar mecanismos que achiquen esa distancia, que acerquen esa sociedad a la política, que transparenten la gestión, que recuperen la política desde su sentido original, desde la ética, del compromiso social, porque me parece que lo que hay que hacer es recuperar la confianza de la sociedad. --¿Cuál será la primera licitación importante que deberán resolver al asumir? --El contrato de recolección de residuos tendrá una prórroga por unos meses, pero el próximo gobierno tendrá que llamar a licitación. Habrá que transparentar toda la gestión y ubicar los mecanismos de mayor transparencia. Todas las decisiones que iremos tomando en la gestión nos pondrán a prueba permanentemente porque la sociedad no da más cheques en blanco y los dirigentes políticos tenemos que estar dispuestos a que la sociedad nos evalúe permanentemente. --¿Cómo es la relación con el radicalismo en un municipio donde la intendencia estará a cargo de la Alianza? --Yo estoy muy contento de la relación que hay dentro de la Alianza en Morón. Algunas veces podemos haber discutido pero el propio marco de la Alianza nos permitió avanzar en la experiencia de convivencia, de que hay que crear una cultura de Alianza. Yo creo que vamos marchando bien en esto. Desde el año '97 que se conformó la Alianza, venimos trabajando en el Concejo Deliberante con dos bloques y un interbloque y ahora nosotros creemos que sería importante marchar al bloque único de la Alianza. Acá se conformó el Instituto Programático de la Alianza (IPA) ya hace mucho tiempo, que trabajó con las propuestas de gobierno. Tenemos espacios comunes en el Concejo Deliberante. Esto me parece que marca una señal de que debemos fortalecer la Alianza, tiene que seguir creciendo, abrir más sus puertas, seguir convocando. --¿Y Rousselot cómo queda en el municipio; seguirá siendo un actor importante de la política? --La gente en general espera que no. Hace tiempo, por lo menos desde el alejamiento de la intendencia, que no aparece en la escena política de Morón. Más allá de las cuestiones partidarias, yo creo que el alejamiento de Rousselot de la política partidaria le hace bien a la política y a la sociedad. --¿Y la relación con el Partido Justicialista después de la crisis? --Yo creo que hay que destacar que con esto de la transición se abrió una relación madura, responsable, con un profundo sentimiento democrático en el sentido de respetar lo que ha decidido la gente con el voto y estamos trabajando bien. El actual intendente y yo nos hemos reunido varias veces en este proceso y se creó una comisión con dos delegados del intendente y dos delegados míos para coordinar la etapa de transición. Yo creo que con la salida de Rousselot se comenzó a superar la etapa de conflicto violento, de enfrentamientos antagónicos. Espero que esta situación se mantenga porque la política tiene que responder a las necesidades de la gente y no a la de los políticos. La propia estructura municipal estaba más pensada para la necesidad de los partidos políticos que para la necesidad de la gente y se veía más al estado municipal como botín de guerra de los partidos políticos para cubrir sus propias necesidades. Gobernar era nombrar gente. La relación entre el cargo y una persona no tiene que estar a partir de lo político, sino de la idoneidad, la capacidad. --¿Desde que ganó las elecciones usted nota una diferencia en la reacción de la gente con usted en la calle? --Yo hice una campaña muy cuerpo a cuerpo, caminé todos los barrios, me cansé de tocar timbres, hice reuniones en los almacenes, en los supermercados, en las plazas. El cambio es que ahora me saludan para felicitarme o para darme fuerza. Uno se siente bien porque es importante sentir el reconocimiento de la gente. Yo creo que hay una expectativa muy grande y mucha voluntad de cambio de la gente, hay una esperanza depositada y nuestra responsabilidad es cumplir con eso. --Usted será uno de los intendentes más jóvenes, ¿qué otra perspectiva se plantea para su futuro? --No, por ahora la verdad es que toda mi cabeza está puesta en hacer la mejor gestión que pueda. Tenemos el desafío de pasar de una cultura de oposición a una cultura de gobierno y poder plasmar en la práctica nuestros principios, nuestros ideales, nuestros sueños. Tenemos la oportunidad de hacernos cargo del gobierno para poder plasmar todas esas cosas. Muchos al principio de los '90 miraban con escepticismo la posibilidad de crear una fuerza que terminara con la hegemonía del polo conservador en la política. Muchos se cansaron en el camino, pero finalmente pudimos hacerlo.
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