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La IX Cumbre Iberoamericana comenzará hoy en La Habana con dos novedades excluyentes respecto de las anteriores reuniones. Una es de orden local y anecdótico: será la primera vez que el rey de España, Juan Carlos I, pisará tierra cubana, aunque las autoridades españolas se esforzaron en aclarar que no se trata de una visita oficial. La otra tiene un tono claramente político. Por primera vez, cinco presidentes latinoamericanos decidieron boicotear la Cumbre con sus ausencias: los de Chile y la Argentina, en protesta por la detención de Augusto Pinochet en Londres y su juicio en España, y los de Nicaragua, Costa Rica y El Salvador, que dirigieron sus dardos contra la situación de los derechos humanos en Cuba. Más allá de estas turbulencias, los mandatarios presentes en la capital cubana darán a conocer una declaración conjunta donde se repasan varios temas, entre ellos la globalización y la extraterritorialidad de las leyes nacionales, que tiene un consenso unánime en el caso del bloqueo comercial a Cuba pero que se vuelve polémica para el caso Pinochet. La detención del ex dictador en Londres ya es un hecho simbólico clave de estas Cumbres Iberoamericanas. Cuando se produjo, el 16 de octubre de 1998, los mandatarios iberoamericanos estaban reunidos en Oporto. En ese momento, el gobierno chileno pidió a gritos algún tipo de repercusión del hecho en la misma Cumbre, dado que se acababa de redactar una condena conjunta, de dos párrafos, a las leyes penales extraterritoriales. Pero el presidente Eduardo Frei no logró su objetivo y, tras un año de negociaciones impotentes para traer de vuelta al ex dictador, decidió protestar en La Habana con su propia ausencia. El jefe de Estado español, José María Aznar, prefirió desviar el tema de la extraterritorialidad hacia el bloqueo norteamericano contra Cuba, un tema sobre el que no hay controversias en la Cumbre. "El embargo es un error porque sirve de coartada al régimen de Fidel Castro", dijo Aznar, y precisó que la política de España consiste "en hacer lo mejor pensando en los cubanos de carne y hueso". Otro de los temas espinosos de la Cumbre es el de los disidentes cubanos. El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, había denunciado anteayer que Estados Unidos está utilizando el tema de los disidentes como una forma concreta de boicotear la Cumbre. Pérez Roque exhibió una carta de la secretaria de Estado, Madeleine Albright, en la que pedía a los funcionarios latinoamericanos que se reúnan con disidentes para criticar la falta de democracia en Cuba. Más allá de este pedido, lo cierto es que las reuniones con disidentes será uno de los temas de la reunión. El canciller de Nicaragua, Eduardo Montealegre, se entrevistó ayer con dos disidentes cubanos: Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, y Gustavo Arcos, del Partido Proderechos Humanos. La canciller mexicana, Rosario Green, y el presidente y premier de Portugal, Jorge Sampaio y Antonio Guterres, también se reunieron con Sánchez. El conjunto de las coincidencias entre los países participantes de la Cumbre estará condensado en la Declaración de La Habana, en la que los funcionarios de todos los países estuvieron trabajando en los últimos días. Además de la renovada condena al embargo contra Cuba, los gobiernos iberoamericanos propondrán "el diseño de una nueva arquitectura financiera" internacional que posibilite frenar "la seriedad y recurrencia de las crisis financieras y la severidad de su impacto en la economía mundial". El texto subraya "la necesidad de reforzar la disciplina y la transparencia financiera y bancaria; mantener políticas económicas y financieras sanas y promover el incremento de las tasas de ahorro interno en los países de la región". En cuanto a temas específicos de cada país, habrá declaraciones sobre Centroamérica, a un año del paso del huracán "Mitch", que causó miles de muertos y grandes pérdidas materiales; sobre el apoyo al proceso de paz entre el gobierno colombiano y las guerrillas que operan en ese país; sobre el acuerdo de paz firmado por Ecuador y Perú en 1998; sobre las islas Malvinas en el caso argentino y sobre la entrega del Canal de Panamá que Estados Unidos deberá concretar dentro de un mes. También figurará una declaración sobre el fallecido artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que será declarado Pintor de Iberoamérica. La Cumbre Iberoamericana estuvo precedida de otras dos cumbres a nivel periodístico: el Quinto Foro Eurolatinoamericano de Comunicación, cerrado por el canciller cubano Pérez Roque, y el VIII Congreso de la Felap (Federación Latinoamericana de Periodistas), que contó con la presencia del líder cubano Fidel Castro. En el evento, la Felap eligió a sus nuevas autoridades y aprobó por unanimidad el documento "Manifiesto por un Nuevo Periodismo".
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